Sin lugar a dudas, el hombre más representativo de los profundos cambios que se dieron en el país desde 1811 es el padre Morelos. Él recogió la comisión de insurreccionar el sur y muy especialmente de capturar ciudades estratégicas tanto en Oaxaca como en el estado que lleva su nombre y así reclutar hombres para ello, lo que fue muy importante para la captura de Acapulco.Morelos provenía de una estirpe mestiza que algunos señalan tenía también sangre negra, vivió los azares después de cursar sus estudios religiosos en San Nicolás, donde fue ciertamente próximo de Hidalgo. También se sabe que Morelos era su discípulo, cuando Hidalgo era profesor y luego Rector de la Universidad de San Nicolás, luego volvió a reencontrar a Hidalgo en la Hacienda de Charo y éste lo invitó al día siguiente a Indaparapeo.Entre sus enormes talentos estuvo el de invitar a rancheros de la sierra, como: Guerrero, los Galeana, Matamoros, los Bravo, que tenían un pleno conocimiento de la región. También se hizo del muy valeroso sacerdote Mariano Matamoros. Es decir, formó una generación, aunque tuvo discrepancias con López Rayón. Pero su obra cumbre fue LOS SENTIMIENTOS DE LA NACION, que después se plasmarían en la decisión fundamental de la época, porque es el parteaguas ideológico de lo que sería la concepción de un México independiente.Tuvo el talento de designar emisarios a varios países, mismos que estaban en la lucha insurgente en Sudamérica. Desafortunadamente, de las armas realistas, después del histórico triunfo de Cuautla, tuvo en desventaja que refugiarse en la parte sur del río Mezcala hasta que fue aprehendido en un poblado, Tezmalaca. Fue llevado por los realistas hacia Tlalpan, que por la inseguridad del sitio los españoles lo trasladaron sigilosamente a San Cristóbal Ecatepec, cruzando la capital después de una degradación y una confesión de dudosa validez. Muere fusilado oprobiosamente en San Cristóbal Ecatepec en las goteras de la capital. Entra así en la historia de México como el gran caudillo ideológico y militar y así pasa a las páginas de nuestra historia. Historiadores mexicanos y extranjeros le hacen un panegírico de plena justificación.La alusión que hago yo a que era la Ceiba de la Patria es porque tuvo la sensibilidad absoluta de la realidad que anhelaban los insurgentes para su independencia, un conocimiento pleno de la realidad mexicana de la época, producto sin duda de su larga vida en curatos pequeños y con tacto muy intenso con su pueblo. Tenemos la convicción de que en las próximas celebraciones corresponderá un homenaje de todos los mexicanos para este hombre de gran lucidez, que sin duda alguna es el artífice del gran cambio que con todo talento nos dio patria, independencia y coadyuvó a este México libre que con tanto ahínco ha sido profundamente transformado desde el capítulo de la Independencia.
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