sábado, 31 de diciembre de 2011

ÁNGELES Y DEMONIOS

ANA LAURA MAGALONI

Sin lugar a dudas, el 2011 nos haría pensar que el mundo es cada vez más violento e inestable y que se vuelve cada vez más complicado imaginar escenarios de paz y tranquilidad a nivel mundial
2011 ha sido un año convulsionado y complejo a nivel nacional e internacional. Comenzando por las revueltas en Medio Oriente y el Norte de África, que dieron lugar al derrocamiento de los gobiernos autoritarios de Mubarak en Egipto y Gadafi en Libia. Las secuelas de dichos movimientos sociales se siguen observando en países como Argelia, Túnez, Siria, Jordania, entre otros. También, durante el 2011, hubo protestas sociales en Europa producto de la crisis económica de la región. Londres tuvo varios días de revueltas, en donde se incendiaron coches y edificios y se saquearon miles de comercios. En México, la crisis de seguridad, con sus más de 50 mil muertos en cinco años, hizo que miles de víctimas alzaran la voz reclamando justicia para sus muertos y desaparecidos. La ola de violencia continúa sin que nadie sepa bien cómo frenarla. Sin lugar a dudas, el 2011 nos haría pensar que el mundo es cada vez más violento e inestable y que se vuelve cada vez más complicado imaginar escenarios de paz y tranquilidad a nivel mundial.
Sin embargo, para tomar perspectiva y tener optimismo respecto de lo que los seres humanos somos capaces de hacer como colectividad vale la pena leer el libro de Steven Pinker, The Better Angels of Our Nature: Why Violence Has Delcined. El argumento central de Pinker es que en la historia de la humanidad la violencia ha estado siempre presente, pero ésta, a pesar de lo que vemos todos los días en las noticias, ha venido disminuyendo a lo largo tiempo, tanto en términos cuantitativos como cualitativos. Es decir, los seres humanos somos cada vez menos violentos. Para demostrarlo analiza empíricamente el fenómeno: las guerras tribales fueron nueve veces más mortíferas que los genocidios del siglo XX, la tasa de homicidios en la Europa medieval fue 30 veces mayor que la tasa de homicidios de esa región hoy en día. Las guerras son menos mortíferas de lo que eran hace algunas décadas. Violaciones, crímenes de odio, abuso de niños, muertos en revueltas sociales, crueldad a los animales, castigos inhumanos son fenómenos que han venido disminuyendo drásticamente a lo largo de la historia de la humanidad. La pregunta que intenta responder el profesor de Harvard es por qué. Es decir, si la naturaleza humana no ha cambiado, ¿por qué somos cada vez menos violentos?
Pinker argumenta que para entender la violencia y su disminución hay que comprender la forma en que opera nuestro cerebro. En las últimas décadas, la neurociencia ha comenzado a descifrar esta enigmática "caja negra" que todos tenemos. Sin duda, la parte más interesante del libro de Pinker tiene que ver con el análisis de los descubrimientos más relevantes de cómo está "cableado" nuestro cerebro para la violencia. Es imposible resumir en este espacio las más de 300 páginas dedicadas sólo a explicar cómo funciona el "circuito de la furia" en el cerebro y qué lo activa, así como los factores químicos y mentales que nos hacen empáticos y refrenan nuestros impulsos violentos. Sin embargo, en un resumen demasiado apretado, Pinker, haciendo referencia a los más importantes estudios de neurobiología y de neurociencia, sostiene que existen cinco raíces de la violencia: la violencia predatoria, la violencia que busca marcar dominio y superioridad, la violencia producto de la venganza, la violencia sádica o el placer de lastimar y, finalmente, la violencia producto de la ideología. Estos serían nuestros demonios y todos los seres humanos tenemos posibilidad de encarnar cada uno de ellos. Por lo que respecta a nuestra capacidad de conectar con otros seres humanos e inhibir nuestros impulsos violentos se encuentra nuestra capacidad de empatía, de autocontrol, nuestro sentido moral y de justicia y nuestra razón. Estos también son atributos de toda mente humana. Según Pinker, el proceso "civilizatorio" en el aspecto social, cultural y de condiciones materiales ha permitido que nuestros ángeles vayan prevaleciendo, poco a poco, sobre nuestros demonios. Ello no significa que el proceso haya sido lineal ni que no puedan existir retrocesos.
Sin embargo, para terminar este 2011, me gustaría desear que el año que comienza sea un año en que los que habitamos este país dejemos a nuestros demonios en la caja y asumamos la responsabilidad de que aflore, en nuestra vida personal y colectiva, nuestra enorme capacidad de empatía, de autocontrol, de razón, de sentido moral y de justicia. Puede sonar un deseo romántico y poco viable, sin embargo, siguiendo a Pinker, éstas son capacidades que están en nuestros circuitos cerebrales y que gracias a ellas ha sido posible que la especie humana habite este planeta hasta el día de hoy. ¡Feliz 2012!

viernes, 30 de diciembre de 2011

QUE NOS DIGAN CÓMO

MIGUEL  CARBONELL

No podemos saber el resultado que finalmente tendrán las elecciones del 2012. De lo que sí podemos estar seguros es de que será un proceso sumamente competido, caro y desgastante para quienes compiten, pero también para los ciudadanos que miramos desde fuera el desarrollo de la contienda política.
En ese contexto, es probable que los candidatos a cualquier cargo público, del nivel de gobierno que sea, comiencen a prometer cosas que bajo toda regla de sentido común no podrán llevar a cabo.
Ya en el pasado hemos escuchado promesas que se quedaron simplemente en eso: en buenos deseos o en simples engaños a una ciudadanía que está siempre ávida de buenas noticias.
Por eso la pregunta más importante que todo ciudadano debe hacerle a los candidatos es: ¿cómo piensa usted realizar, en la práctica, todo lo que está proponiendo? De esa manera podremos percatarnos de si estamos frente a un payaso que hace simple retórica, o bien, si las propuestas tienen fundamento y son practicables.
La competencia electoral tan intensa y la superficialidad que todavía tiene nuestro debate público permiten que los candidatos incurran en excesos discursivos, sin que frente a eso se les oponga la exigencia de mantener líneas argumentales que guarden una racionalidad mínima.
Por ejemplo, es común que los candidatos a ser diputados prometan que van a construir escuelas, pavimentar calles o poner más policías para cuidarnos.
Los ciudadanos deben saber que nada de eso va a poder ser realizado, por el elemental hecho de que todo está fuera de la competencia de un diputado, e incluso fuera de la competencia de una cámara legislativa.
El órgano encargado de construir escuelas, pavimentar calles o contratar policías es el Poder Ejecutivo. Los diputados, cuando más, podrán aprobar los recursos para que se realicen dichas acciones, pero desde luego que no podrán llevarlas a cabo.
La exigencia de que los candidatos expliquen los cómos es una especie de seguro que los ciudadanos tenemos a nuestro alcance para evitar que terminemos eligiendo a personajes que nos seguirán condenando a perder el tiempo.
Ya llevamos varios años en los que las grandes reformas y las grandes decisiones que se deben tomar simplemente se posponen. Eso ha dado como resultado un crecimiento económico mediocre, una educación pública de escasa calidad, unos servicios de salud al borde de la bancarrota, un sistema de seguridad pública por demás ineficiente, un mercado laboral anacrónico y una red de infraestructuras propia de países subdesarrollados.
El problema sería menor si las naciones con las que estamos obligados a competir hubieran hecho su tarea igual de mal que nosotros. Infortunadamente los datos demuestran que muchos países cercanos o parecidos a México han tomado decisiones valientes y han generado las políticas públicas necesarias para resolver de fondo sus principales problemas.
Brasil ha avanzado muchísimo en la tarea del combate a la pobreza, gracias a programas como Hambre cero. Lo mismo ha sucedido con Colombia, que ha superado su endémica crisis de violencia y hoy en día está creciendo mucho más que México.
En pocas décadas, países como Corea del Sur o Israel han hecho mejoras espectaculares en sus sistemas educativos. China ha logrado sacar a más de 400 millones de sus habitantes de la pobreza.
Mientras el mundo se mueve a una velocidad increíble, nosotros llevamos casi 30 años discutiendo sobre temas como la reforma política.
Hay países que decidieron subirse a un tren de alta tecnología y mientras México decidió permanecer sentado. De esa manera, no solamente hemos obtenido resultados raquíticos en casi todos los temas, sino que además nos hemos ido rezagando de manera significativa respecto a otros países.
Es probable que si no decidimos con mucho detenimiento y con gran responsabilidad nuestro voto, sigamos siendo una nación rezagada, detenida en el tiempo e incapaz de remontar su parálisis.
Por eso es que, antes de que tomemos la decisión, debemos exigirles a los candidatos que nos expliquen con la mayor sencillez, pero también con rigor, cómo piensan hacer realidad sus propuestas.
Cada año que inicia es portador también de una nueva esperanza. Ojalá que durante el 2012 no olvidemos que un México mejor es posible y que depende de todos nosotros el hacerlo realidad.
Los políticos sin duda tienen un papel fundamental, pero también es cierto que el éxito de las sociedades depende del empuje que tengan sus ciudadanos.
Ojalá que seamos entre todos capaces de sacar adelante a nuestro país. Es nuestra tarea y nadie la va a hacer por nosotros. No nos demoremos más.

jueves, 29 de diciembre de 2011

INTERNET HACE 262 AÑOS

JOSÉ WOLDENBERG

En la primavera de 1749 la policía de París rastreó la pista de una oda contra su majestad Luis XV. Un espía de la policía proporcionó la primera pista. El texto se lo había suministrado un estudiante de medicina. Inmediatamente el estudiante fue arrestado y declaró cómo había conocido el poema. La policía fue deteniendo a uno tras otro de los eslabones en el trayecto de la oda hasta sumar 14. Así empieza la interesante reconstrucción de las redes de comunicación preexistentes a la Revolución Francesa que realizó Robert Darnton (Poesía y policía. Traducción: Antonio Saborit. Cal y Arena. 2011).
En la red de comunicación aparecían el secretario de un juez, un estudiante de filosofía, el hijo de un comerciante de seda, un abate, jóvenes sacerdotes. "La trasmisión se realizaba por medio de la memorización, de notas escritas y declamaciones en lugares clave de la red de amigos". Y la policía utilizó una técnica eficiente para desmantelar la trama: "les advirtió a los detenidos que quien no pudiera decir dónde recibió el poema sería sospechoso de haberlo escrito...". Uno a uno hablaron y fueron a parar a la prisión de la Bastilla.
Pero como bien documenta Darnton la red no puede entenderse en sí misma, porque buena parte de la poesía crítica que circulaba en París tenía su origen en la Corte. Era de las intrigas de pasillo y de las recámaras de Versalles de donde surgía buena parte del material que luego circulaba por las calles. Y en particular, a raíz del despido del conde Maurepas por parte de Luis XV, se multiplicaron canciones y poemas que apuntaban contra la probidad del monarca y sobre todo contra su amante Madame Pompadour.
"La lucha por el poder no significaba nada para los catorce jóvenes encerrados en la Bastilla. Ellos no tenían idea alguna de las maquinaciones que se producían por encima de sus cabezas... A todos se les desterró lejos de París... Sus vidas se arruinaron...", y las intrigas en la Corte siguieron.
Pero Darnton va más allá. La red de los 14 es interesante en sí misma como un circuito estrecho de comunicación entre amigos, y los pleitos en la Corte ilustran el ardor y la beligerancia de la lucha en los angostos corredores del poder. Pero había algo más: una naciente "opinión pública" a la que era perceptivo el mismo Rey. "Una población más amplia y alfabetizada clamaba por ser oída", y "Luis XV era muy sensible a lo que los parisinos decían de él, de sus amantes y de sus ministros". Esa sensibilidad "abrió otra dimensión a las luchas por el poder en Versalles: las relaciones del rey con el pueblo francés, la sanción de un público más amplio, la percepción de los hechos fuera de los círculos internos y la influencia de tales opiniones en la conducción de los asuntos".
Una novedad apareció en el horizonte, la misma que no haría sino abrirse paso con el tiempo: "El monarca, teóricamente absoluto en su soberanía, se sintió vulnerable ante la desaprobación de sus súbditos", y con ello la política, entendida como intriga cortesana, se convirtió en un espacio "susceptible a las presiones provenientes de fuera".
Al parecer, una ola general de descontento, alimentada por un alza a los impuestos (en tiempos de paz), forjó sus propios canales de comunicación -la red de los 14 no sería sino una entre muchas-, que acabó extendiéndose "desde el Palacio de Versalles hasta los cuartos amueblados de los pobres de París". Y Darnton, con una paciencia digna de un santo, escudriña la poesía y las canciones que circulan por el laberinto parisino. Y en ellas encuentra exhortos contra el servilismo, proclamas contra la cobarde conducta del soberano, agresiones contra su amante. Los poemas y canciones pudieron originarse en la Corte, pero crecían, se modulaban, se afinaban con versos agregados en las calles. Una vigorosa comunicación oral los difundió por todas partes. "En una sociedad semi alfabetizada, las canciones funcionaban hasta cierto punto como periódicos. Ofrecían un comentario inmediato a los hechos del momento". Forjaron circuitos: "los aristócratas cantaban en la corte, los cultos en los salones, los ociosos en los cafés, los obreros en las tabernas, los soldados en las barracas...".
A través de adivinanzas, juegos de palabras, burlas, bromas, chistes, baladas populares, villancicos burlescos, filípicas, se expresa una "opinión pública", que desde entonces preocupó a las mentes más lúcidas de la Corte. "Era una fuerza que surgía de las calles". No era "la voz de la razón ni nada remotamente parecido... sino más bien el diktat de un híbrido social, el Monsieur le Public... que ahora lucía como un nuevo Leviatán".
Darnton concluye: "A mediados del siglo (XVIII) París no estaba listo para una revolución. Pero había desarrollado un sistema de comunicación efectivo que informó al público... Revela la forma en que una sociedad de la información trabajaba cuando dicha información se difundía oralmente y la poesía llevaba mensajes a la gente común, con una alta efectividad y mucho antes de Internet".

DOCE UVAS PARA EL PRÓXIMO AÑO

CIRO MURAYAMA RENDÓN

Una de las tradiciones con las que se celebra el final de un año y el inicio del nuevo consiste en tomar doce uvas, una por cada campanada del reloj, y pedir doce deseos. 2012 es en México, sobre todo, año de cita electoral. Ojalá se puedan cumplir los siguientes deseos que dependen, más que de la buena fortuna —siempre etérea—, de la terrenal responsabilidad de los actores políticos.
1. Que los partidos, las coaliciones y sus seguidores asuman que no se trata de "la batalla final", sino de una contienda -importantísima, sí- que es parte de un proceso rutinario, institucional, abierto, de renovación del poder político.
2. Que el ganador sepa que no gana todo, que tendrá contrapesos políticos legítimos, también emanados de las urnas, en el Congreso y en los poderes locales. Además que coexistirá con un Poder Judicial independiente. Que el próximo presidente entienda que no será rey por seis años y que el hiperpresidencialismo venturosamente se ha ido para no volver.
3. Que los perdedores sepan que no pierden todo: sus partidos ganarán posiciones relevantes de representación en el Poder Legislativo, tendrán gobiernos y diputados locales, alcaldías, todos ellos espacios para impulsar su agenda política e ideológica.
4. Que se dé al Congreso la importancia clave que tiene en una democracia: que los partidos postulen a sus mejores cuadros, a políticos honorables (que los hay); que no se olvide que no es menos importante que la presidencia una buena bancada parlamentaria en cantidad y calidad.
5. Que se asuma oportunamente que la violencia y el narco son asuntos de Estado que no deben partidizarse para tratar de ganar o restar votos. El Ejecutivo tiene una delicadísima responsabilidad en esta materia.
6. Que no se confunda al IFE con la AFI, y se le pida al primero hacer tareas de policía o ministerio público tratando a los candidatos como si fueran presuntos delincuentes. No, para evitar que elecciones y delincuencia no se mezclen la peor fórmula es empezar por confundir las labores de la autoridad electoral con las labores de las fuerzas de seguridad. Que se recuerde que el IFE debe instalar casillas, casi 150 mil, y asegurar que ahí los votos cuenten y se cuenten bien; nada más pero nada menos.
7. Que en las campañas, además de ganas de ganar y de sacar a relucir los defectos del resto de los adversarios, haya ideas propias, diagnósticos rigurosos, programas viables, sustancia; que se demuestre que política no es antónimo de ética y estética. Que lleven la batuta de las campañas los políticos comprometidos y sus propuestas, no los mercadólogos y sus estrategias para "vender" candidatos como si de simples productos desechables se tratara.
8. Que los medios de comunicación electrónicos se pongan del lado de la Constitución, cumpliendo de manera cabal sus obligaciones legales de transmitir las pautas del IFE y evitando toda compra-venta de publicidad electoral (así sea encubierta).
9. Que el poder del dinero no quiera ni pueda interferir en el sentido del voto ciudadano. Y que si lo pretende hacer, se encuentre con la oportuna intervención y sanción del IFE.
10. Que el árbitro sea discreto pero contundente. Que aunque la elección sea muy cerrada, el IFE ofrezca los resultados de los conteos rápidos con claridad y transparencia la noche del primero de julio.
11. Que ningún candidato se auto declare ganador. Que no se repitan las escenas de la noche de 2006 ni de la de Michoacán en 2011 donde primero se dice "mi triunfo es un hecho", luego "ya gané" apenas cierran las urnas y más tarde "esto es un robo". Que se sepa que quien quiera "madrugar" al IFE con los resultados estaría mostrando una ansiedad y arbitrariedad incompatibles con la investidura presidencial.
12. Que vote la gente, de forma masiva, pacífica, reflexiva, alegre, pues el voto es conjura para los malos presagios antidemocráticos y el autoritarismo.

PRECAMPAÑAS : ¿EN LAS PLAZAS O EN LOS MEDIOS?

JULIO JUÁREZ GÁMIZ

Cuántas maromas se cometen a nombre de la equidad. Ahora resulta que ningún partido político desea que sus contrincantes salgan en los millones de spots que la ley electoral les garantiza. Los priistas no quieren que los tres aspirantes panistas no den un mensaje navideño a millones de televidentes que, faltaba más, no tendremos ni voz ni voto al momento de elegirlos como candidatos del blanquiazul.
Los perredistas no están nada contentos con la idea de que su virtual candidato no aparezca en los spots de radio y televisión sino hasta que inicie la campaña electoral el 30 de marzo de 2012. Y ahora los panistas han amagado con denunciar tanto al candidato priista como al perredista por realizar actos públicos de campaña en donde se dirijan al electorado porque, argumentan, estos ya fueron designados como candidatos y deberían entrar a la congeladora hasta que termine el primer trimestre del 2012. Qué bueno que fueron estos mismos partidos los que introdujeron el concepto de precampaña en la reforma electoral de 2007-2008.
Obligado por el Trife, y a raíz de un cuestionario redactado por AMLO que inquiere acerca de lo qué le es permitido hacer durante el periodo de precampaña que concluye en febrero próximo, en la noche del lunes 26 de diciembre el IFE aprobó un acuerdo para hacer valer una ley electoral que no contempla limitar derechos de precandidatos únicos. Tanto en el caso de López Obrador como en el del aspirante priista, la resolución del Consejo General determinó que la libertad de expresión de ambos aspirantes no debe ser coartada en sus actividades diarias de precampaña salvo en la aparición de su nombre o imagen en los spots que transmitirá. Es decir, podrán comunicarse con los ‘pequeños públicos’ pero no con los ‘grandes públicos’ a los que conduce la radio y la televisión (siempre y cuando no llamen a votar por ellos o en contra de sus contrincantes y se limiten a una discusión general del estado de las cosas). Una de tantas lagunas reglamentarias que, a mi parecer, se salva afortunadamente con un poco de sentido común.
Gran parte de lo que sucede hoy resulta de características muy distintas dentro de la estrategia electoral de cada partido de acuerdo, fundamentalmente, a dos variables. 1) El posicionamiento de sus candidatos y 2) la configuración de fuerzas al interior de cada partido y coalición. En el caso de AMLO y EPN ambos cuentan con un conocimiento entre el electorado superior al 90% desde hace meses. Su objetivo ahora no es darse a conocer sino modificar percepciones sobre su persona, en caso del primero, y conservar una ventaja sin arriesgar demasiado, en el caso del segundo.
En cuanto al balance de fuerzas partidistas, la izquierda tomó una decisión temprana para, una vez fuera de la ecuación Marcelo Ebrard, poder concentrar las fuerzas de tres partidos (PT, PRD y MC) en torno a un solo aspirante. Acaso la puja interna más intensa ahora en la izquierda sea por las candidaturas a las dos Cámaras del Congreso en donde, ahí si, las tribus se darán con todo.
Por su parte, en el PRI han recalibrado la balanza con la predecible salida de Humberto Moreira de su dirigencia y la cesión de espacios a grupos antes excluidos por la aplanadora mexiquense de Peña Nieto. Reajustes que, entre otras cosas, permitieron que se destrabara la elección de los consejeros del IFE finalmente concluida hace dos semanas. Los cambios al interior del PRI han alcanzado también la correlación de fuerzas con Nueva Alianza y con los siempre entusiastas ecologistas que comanda Emilio González. A pesar de ello, la posición del candidato a la presidencia no está en disputa. Más de uno dirá que los priistas jugarán ‘a no perder’, sobre todo después de las pifias de su candidato en las últimas semanas.
El caso de los aspirantes panistas es muy distinto pues ninguno de los tres alcanza los niveles de conocimiento público que tienen Peña Nieto y López Obrador. Particularmente para quien es el candidato preferido de los Pinos, Ernesto Cordero, cuyo conocimiento entre el electorado está muy lejos de sus posibles contrincantes el año próximo. Y ya no digamos en comparación de sus dos contendientes internos a los ojos de los propios filopanistas. Seis de cada diez se pronuncian hoy a favor de Josefina Vázquez Mota según la encuesta publicada recientemente por el periódico Reforma.
Y aquí es donde todos los partidos terminan inconformes con la principal ventaja de la nueva ley electoral que traería, según nos lo dijeron ad nauseaum en 2008, campañas electorales de tan sólo 90 días en el caso de la presidencia de la República. Unos por querer callar a los otros, otros por aprovechar cualquier pretexto para darse a conocer en el electorado. Todos por dejar muy claro que, si por ellos fuera, las campañas no deberían de acabar nunca, sobre todo cuando se hacen con cargo al erario. Al final, la pretendida equidad queda convertida en una devaluada moneda de cambio para, una vez más, negociar la presencia de los candidatos en los medios y en las plazas.

ROJA NAVIDAD

RAÚL CARRANCÁ

De acuerdo con las informaciones de la prensa ocho estados del interior del país fueron víctimas de la delincuencia organizada durante la Nochebuena y la Navidad: hubo 29 homicidios en total. El saldo es terrible y superior al del año pasado. Ningún discurso, ningunas palabras, ningún mensaje, pueden paliar siquiera la afrenta a los familiares o deudos de los victimados y por supuesto a la nación. La violencia pasó por alto esas fiestas tradicionales y hasta sagradas, burlándose de las prevenciones del gobierno. Las causas de la tragedia nacional son múltiples y se han estudiado de sobra, pero analicemos algo a nivel de ejemplo para ilustrar unos de los aspectos más sobresalientes e inquietantes del desastre que vive México. Imagínense que a un paciente enfermo, gravemente enfermo, se lo va a intervenir quirúrgicamente para salvarlo o tratar de salvarlo. Se lo lleva a un quirófano, de dudosa limpieza e higiene. Pero lo peor viene después porque los cirujanos emplean instrumentos quirúrgicos obsoletos, desgastados por el tiempo, inadecuados e impropios para el caso. ¿Conclusión? Que el enfermo está a punto de morir. Creo que la moraleja es elocuente. ¿Por qué entonces no se entiende que con el cuerpo social ha sucedido lo mismo, exactamente lo mismo, desde el inicio del sexenio, aparte de que se lo ha llevado a un quirófano insalubre e ineficaz ? No es posible erradicar la violencia o luchar contra ella utilizando instrumentos legales ajenos al Estado de Derecho, es decir, por su propia naturaleza injustos. Y eso son las malas leyes como las derivadas de la reforma constitucional de 2008, pues utilizarlas es negar el sentido del Estado de Derecho, y lo menos que se puede decir al respecto es que el cuerpo social es operado imperfectamente. Los resultados se hallan a la vista, no importa que se pregonen detenciones espectaculares de delincuentes. El clima violento no desaparece sino que aumenta de manera escandalosa. Lo bueno o esperanzador es que en 2012, año en que se elegirá un nuevo Congreso y un nuevo Presidente de la República, se podrán ventilar ideas, repasar conceptos y huir del fantasma del voto visceral.
En suma, la realidad es que el elector no suele razonar, al margen de que en un pueblo como el nuestro, todavía con poca formación política, el razonamiento es a menudo contraproducente. Pero hay hechos que se imponen al sentido común y por eso recurrí al símil que presento. El derramamiento de sangre que se ha vivido y se vive en el país es el resultado de operar con pésimos instrumentos. La mayoría de los analistas y políticos dicen sobre el particular que hay que ir a las causas determinantes de la violencia, a saber, las grandes fallas estructurales en el sistema educativo, el desempleo, la crisis económica, la pérdida de los valores familiares y la incapacidad de las policías, entre otras. Sin negar la importancia de lo anterior yo regreso a mi ejemplo del quirófano, o sea, el actual régimen ha querido resolver el problema inmediato, que no el mediato, en contra de preceptos fundamentales de la Constitución, alterándola incluso y "fabricando" leyes supuestamente ad hoc para enfrentarlo. La consecuencia de esto aparece cotidianamente en las noticias, en la prensa, y por eso se vivió una roja Navidad. Yo hago votos, igual que millones de mexicanos, porque la próxima Navidad sea distinta y para bien. Hago votos porque los candidatos presidenciales, analistas, comentaristas y políticos -doy por descontado que no los del PAN- rectifiquen, corrijan, la estrategia que nos ha llevado a una guerra sin cuartel, y porque los soldados y marinos regresen precisamente a su cuartel. Es sorprendente que se hable de la Constitución y de las leyes con un respeto meramente formal, de apariencia y conveniencia, como si fueran citas imprescindibles (en especial para los políticos), y que se ignore su contenido, en ocasiones hasta con insolencia mal disimulada. Ojalá el votante consciente y responsable entienda en 2012 que la salud del cuerpo social merece el mayor respeto.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

TELEVISA Y TELMEX EN 2011, LA GUERRA DE LAS GALAXIAS

JENARO VILLAMIL
 
-Mire, ingeniero, quienes deciden lo que se hace en los contenidos de Televisa somos nosotros –le respondió Emilio Azcárraga Jean a Carlos Slim durante aquella mañana del 3 de febrero de 2006.
-Es que ustedes hacen telebasura –se quejó el magnate, principal accionista de Grupo Carso (ver El Sexenio de Televisa, Ed. Grijalbo, pp.95-96).
Las tensiones entre Slim y el equipo de Azcárraga Jean no disminuyeron. Slim era, hasta entonces, el segundo accionista más importante de Televisa. En los últimos años fue desinvirtiendo hasta quedar con menos del 2 por ciento en todo el grupo, incluyendo Cablevisión, donde llegó a tener la cuarta parte. A su vez, los ejecutivos de la era Azcárraga Jean, conocidos como Los Cuatro Fantásticos, veían con recelo el interés de Slim por entrar a la televisión restringida. Para ellos, el poderío de Telmex, junto con el de Telcel, constituyen una amenaza para sus planes no sólo de negocios sino políticos.
Pasaron cinco años de aquella reunión anticlimática para que en febrero de 2011, después de varios litigios jurídicos, la disputa entre Grupo Televisa y Grupo Telmex, los dos gigantes en los medios electrónicos y en las telecomunicaciones, abandonara los salones cerrados de los especialistas y se transformara en una abierta guerra mediática, publicitaria e informativa con dos “galaxias” o territorios de influencia claramente diferenciados: por un lado, las televisoras (Televisa y TV Azteca), aliadas un grupo de empresas de telefonía celular y fija de menor dimensión y de televisoras de cable dependientes (Canitec); del otro lado, Telcel-
Telmex, en alianza coyuntural con MVS, con los medios impresos que no forman parte de la “galaxia Televisa” y unas cuantas estaciones de radio.
El pretexto de esta guerra fue lo de menos. En la primera semana de febrero de 2011 Grupo Carso decidió suspender sus anuncios en los cuatro canales de televisión abierta de Televisa, en protesta por el incremento del 20 por ciento de las tarifas. La empresa de Azcárraga Jean minimizó el impacto. Una semana después, TV Azteca, de Ricardo Salinas Pliego, se sumó con un argumento tramposo: condicionó el contrato de publicidad con Grupo Carso a la disminución de las tarifas de interconexión en telefonía móvil y fija, ambas dominadas ampliamente por Telcel y Telmex.
Lo que pocos esperaban es que la alianza entre Televisa y TV Azteca fuera circunstancial. En abril de 2011, ambos consorcios confirmaron lo que el periodista Miguel Angel Granados Chapa publicó a inicios de este año en su Plaza Dominical: el duopolio negoció un convenio para que Televisa se apropiara del 50 por ciento de Grupo Iusacell, la tercera empresa de telefonía móvil más importante, a cambio de que se retiraran los litigios que durante todo el 2010 se abrieron en contra de la Licitación 21 (la famosa “ganga” a favor de la fallida sociedad Televisa-Nextel) y de que cerraran filas en contra del ingreso de Telmex a la televisión restringida.
Esta sociedad prácticamente es un hecho. La Comisión Federal de Competencia ha dilatado su autorización, a pesar de que en este mismo año, el mismo organismo le impuso a Telcel la multa más grande en su historia: mil millones de dólares, que está aún en litigio.
Sin embargo, Televisa y TV Azteca actuaron a partir de este año como un solo bloque en contra de todo lo que oliera a Grupo Carso (Telcel-Telmex, principalmente), a su socio MVS, que este año no pudo echar a andar su proyecto Banda Ancha para Todos, que implicaba la utilización de sus concesiones en la banda 2.5Ghz para dar internet de mayor velocidad y mayor accesibilidad.
Otro elemento fundamental unió a las dos grandes televisoras que concentran el 95 por ciento de las concesiones de televisión abierta en México: impedir el ingreso de Telmex a la televisión restringida y, por tanto, al mercado del triple play; e impedir la licitación de nuevas cadenas de televisión abierta, a pesar que desde enero de 2011 Cofetel confirmó la existencia de un proyecto para licitar dos cadenas de televisión digital.
Como si fuera una réplica de la guerra de los cárteles del narcotráfico o de la polarización política que vivimos desde el 2006, la guerra de las galaxias entre Telmex y Televisa forzó a prácticamente todos los actores políticos a tomar partido, a costa de que en la pantalla del canal 2, la única empresa con capacidad de llegar al 95 por ciento de los 27 millones de telehogares del país, se pudiera emprender un linchamiento informativo.
Slim, el hombre más rico del mundo según la revista Fortune, comenzó a ser un “peligro para México” en la guerra de los spots que se transmitieron en las pantallas de Televisa y de TV Azteca, mientras que Telmex-Telcel pagó cientos de desplegados en medios impresos para argumentar en contra del “duopolio televisivo”, denunciar la “Ley Televisa” y el favoritismo de las autoridades hacia sus ex socios. Parecía, de pronto, que el mundo se volvió al revés: los monopolios que antes estaban asociados ahora tiraban lodo y disputaban a la opinión pública.
El problema durante este año es que el gobierno de Felipe Calderón quedó atenazado y claramente favoreció a las televisoras. El 27 de mayo, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes negó formalmente el cambio de título de concesión de Telmex para dar servicios de televisión restringida.
Las autoridades no han puesto ningún reparo frente a la alianza Televisa-Grupo Iusacell. Televisa ha podido crecer en materia de telecomunicaciones: ganó la concesión de la fibra óptica oscura de la CFE; ganó la licitación 21 y, a pesar de su rompimiento con Nextel, puede quedarse con el otro bloque de 30 megahertz que están pendientes de licitar; se le autorizaron mayores concentraciones en televisión restringida (con Cablemás y Grupo Multimedios o TVI); frenó cualquier reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión y de Telecomunicaciones; pospuso por un sexenio más la licitación de nuevas frecuencias de televisión abierta y, por si fuera poco, logró con Calderón dos sendas licitaciones para su empresa de telefonía fija Bestel en el ISSSTE y en el IMSS. Eso sin contar los multimillonarios recursos en publicidad que le ha destinado tanto el gobierno federal como los gobiernos estatales tanto del PRI como del PRD.
Televisa se volvió juez y parte. Y Carlos Slim, a pesar de su poderío financiero, de su condición dominante en telefonía fija y móvil, de su desinversión (alrededor de 1,500 millones de dólares) en este año, quedaron truncos sus planes para acceder al triple play.
La fortuna de Slim y el poderío de Grupo Carso no se vieron afectados de manera significativa. Han consolidado su posición como un consorcio global, con fuerte presencia en América Latina. Y en otras áreas como las finanzas, la construcción, la inversión en infraestructura y hasta en servicios para Pemex, Slim ha recibido jugosos contratos oficiales.
El problema ha sido para el avance de la sociedad mexicana en materia de libertad de expresión, acceso a servicios de internet y de televisión restringida, pluralidad y calidad en contenidos mediáticos, democratización del régimen de medios electrónicos y mejores tarifas y servicios en telefonía.
El gobierno de Calderón no pudo con el paquete. Se quedó atrapado en sus compromisos con Televisa y, peor aún, benefició indirectamente así al precandidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, que se convirtió en el principal cliente y en la inversión política más importante para Televisa y TV Azteca.
Ni siquiera se trataba de beneficiar a Telmex para perjudicar a Televisa. Se trataba de tener una política de Estado y no de facción para regular la convergencia, la competencia y la cobertura (las tres famosas “c” de su discurso de 2010) en beneficio de una sociedad que no se merece estar atenazada a guerras monopólicas y expectante frente a la configuración de un “monopolio de la opinión pública”, como bien advirtió el ex subsecretario de Comunicaciones foxista, Jorge Alvarez Hoht, a quien difícilmente se le puede catalogar de subversivo o izquierdista.
En otras palabras, 2011 fue el año de la concentración, la cartelización y la cesión del Estado en materia de telecomunicaciones.

martes, 27 de diciembre de 2011

DECISIONES ANTIDEMOCRÁTICAS

JESÚS CANTÚ ESCALANTE

La decisión del Comité Ejecutivo Nacional del PAN de negarle el registro a Manuel Clouthier a fin de competir como precandidato externo para integrar la fórmula al Senado en Sinaloa, y la respuesta de éste a los argumentos que esgrime la dirigencia partidista, ponen sobre la mesa dos asuntos que Acción Nacional no puede resolver desde su arribo a la Presidencia de la República, en diciembre de 2000: los procesos de selección de los candidatos a puestos de elección popular y su rol como partido en el gobierno.
Particularmente en este proceso electoral el PAN vive un desaseado y atropellado proceso de selección interna de sus candidatos, lo cual se refleja en que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ya corrigió varias de sus decisiones y, a juzgar por sus intentos de estrechar las vías democráticas, todo indica que todavía faltan algunas más.
Su primer tropiezo lo sufrió en noviembre pasado, cuando el Tribunal le ordenó motivar adecuadamente su decisión de recurrir a la designación directa para la selección de los candidatos a diputados federales en 141 de los 300 distritos federales uninominales y a 24 de las 32 fórmulas para senadores de mayoría relativa. El 18 de noviembre, dos días después de la decisión del Tribunal, el PAN reiteró su decisión pero únicamente en 42 distritos y en tres fórmulas de senadores, entre los que se encontraban todos los puestos de elección popular federal en Nuevo León y Tamaulipas.
El pasado sábado 17 el Tribunal volvió a enmendarle la plana a los blanquiazules al dejar el procedimiento de designación directa únicamente en el caso de las candidaturas de Nuevo León y revocarlo en los casos de Tamaulipas, Oaxaca, Chihuahua, Distrito Federal y Guanajuato.
En el proceso de selección del candidato presidencial, desde que se empezaron a manifestar abiertamente las aspiraciones de los distintos interesados, se definió que la selección se realizaría mediante la elección entre miembros activos y adherentes; sin embargo los esfuerzos de Gustavo Madero, presidente del Comité Ejecutivo Nacional de dicho partido, se enfocaron a disminuir el número de precandidatos a dos o máximo tres, lo cual implicó presionar a diversos aspirantes para que declinaran.
Además de las declinaciones voluntarias, la instancia interna le negó el registro a Javier Livas y Luis Paredes con el argumento de que incumplieron el requisito de acompañar su inscripción con 30 mil 804 firmas de miembros activos.
Los reveses en las instancias jurisdiccionales y la canalización de los esfuerzos de la dirigencia en disminuir el número de precandidatos reducen las posibilidades de aprovechar el hecho de que el blanquiazul es el único partido que realiza un proceso de selección interna, porque la imagen que se transmite es la de procesos limitados, controlados y no democráticos.
Esta percepción en la opinión pública se acrecienta por la negativa del CEN panista al registro de Clouthier Carrillo; la razón que esgrimen, en una extensa carta que le envió la secretaria general del PAN, Cecilia Romero, es por sus críticas al partido y al gobierno.
En febrero de 2010 Clouthier Carrillo, quien en 2009 llegó a la Cámara de Diputados dentro de las listas plurinominales del PAN, expresó severas críticas a la lucha contra el narco del actual gobierno federal, particularmente porque en su estado natal no se manifiesta el combate contra el cártel de Sinaloa (Proceso 1737). Tras conocer la decisión de la dirigencia blanquiazul, Clouthier manifestó que él no ha criticado al PAN, que cree en los principios que enarbola y anunció que interpondrá los recursos jurídicos a su alcance para ser admitido en la contienda interna.
En entrevista telefónica con el Grupo Reforma señaló: “Es muy diferente criticar al gobierno que criticar al partido. Al gobierno yo creo que todos los ciudadanos lo debemos criticar y exigirle, porque eso es lo que nos va a hacer que tengamos mejores gobernantes”. Lo cual complementó en una declaración al periódico Noroeste, de Sinaloa: “Ellos plantean que al criticar al gobierno estoy criticando al partido, con una gran confusión, como lo había en el vejo régimen priista, cuando se confundía al PRI-gobierno, el concepto de partido de Estado”.
El PAN funcionaba bien como partido de oposición, pero como partido en el gobierno no encuentra su posición, pues en los dos aspectos señalados al inicio parece retomar las prácticas del régimen autoritario: designación de candidatos por la vía del dedazo presidencial, así sea por interpósita persona; y su actuación como partido del gobierno.
La intromisión presidencial en la designación de candidatos se agudizó en el actual sexenio y es una de las razones del fracaso del PAN en algunas de las elecciones de gobernador. A pesar de ello persisten en su decisión, como es evidente con lo expresado en los párrafos previos.
Respecto a su rol como partido en el gobierno, el PAN no logra comprender que como instituto político debe vigilar que la actuación de los gobernantes emanados de sus filas se apegue a los principios y postulados del partido y sean acordes con su plataforma electoral y sus propuestas de campaña. En los casos en los que así suceda, deben respaldar firme y comprometidamente sus acciones y decisiones; pero en los que esto no sea realidad, deben exigirle la rectificación o deslindarse de las mismas. Como partido del gobierno, simplemente siguen las instrucciones de sus gobernantes y respaldan, sin ningún análisis, todas sus iniciativas y acciones gubernamentales; hasta hoy el PAN actúa como partido del gobierno.
Esta confusión los lleva a rechazar acríticamente cualquier cuestionamiento al gobierno y optar por recurrir a las formas autoritarias para cerrarle el paso a las voces incómodas, antes que correr el riesgo de que los militantes blanquiazules de Sinaloa decidan respaldar la candidatura de Manuel Clouthier al Senado.
La incapacidad del PAN para resolver estos dos asuntos y su apego a las tradiciones autoritarias son de los mayores obstáculos a la construcción de la democracia en México.

VERICUETOS

JORGE ALCOCER VILLANUEVA

Aunque Usted no lo crea, hasta el día de hoy solamente he visto en televisión mensajes de dos de los precandidatos del PAN, uno del PRI y los del IFE en sus diferentes versiones. Como el resto de los mortales de mi edad y condición, en esta temporada la programación de la TV está muy lejos de ocuparme. He escuchado también algunos mensajes por radio, constatando que tanto el IFE como los partidos persisten en desaprovechar ese poderoso medio de comunicación al utilizar como material difundido el audio de sus mensajes de TV.
De lo poco que he visto y escuchado me queda la impresión de estar ante un desperdicio monumental del tiempo asignado a partidos y autoridades desde el pasado 18 de diciembre, cuando dieron inicio las precampañas. En primer lugar porque, salvo el PAN, no hay precampañas, y tratándose de los precandidatos del blanquiazul lo que veo y escucho son mensajes navideños, al más puro estilo del marketing a que el canal de las estrellas nos tiene acostumbrados.
Tienen razón quienes señalan el absurdo de que la precampaña panista involucre, de manera directa, exclusivamente a sus militantes y adherentes (1.8 millones de ciudadanos) mientras que los mensajes en TV y radio de sus precandidatos son a población abierta; ridícula, por decir lo menos, es la disposición que obliga a colocar en esos mensajes la advertencia "propaganda dirigida a militantes del PAN", falta agregar "los demás deben cerrar los ojos y taparse los oídos".
Estamos en presencia de muchos vericuetos que la ley no previó; el primero y más importante es que seis partidos, de siete con registro, no tienen precampaña presidencial. Luego está la anticipada condición de candidato presidencial que desde el 17 de este mes ostenta Enrique Peña Nieto, a la que acompaña la competencia consigo mismo que libra Andrés Manuel López Obrador, quien será ungido formalmente hasta el 19 de febrero del año próximo. Finalmente, aunque el Cofipe dispone que los precandidatos a diputados y senadores realicen, en su caso, precampañas simultáneas a las presidenciales, los partidos decidieron seleccionar a sus respectivos candidatos por métodos diferentes, o desfasaron la competencia interna, provocando un laberinto de plazos y etapas. Lo único cierto es que a más tardar el 29 de febrero los partidos deben concluir esta fase del proceso electoral.
Las omisiones del Cofipe no han podido ser subsanadas por el IFE ni por el TEPJF, que merced a la vocación litigiosa de los partidos, han quedado entrampados en una interminable cadena de quejas, juicios y sentencias que, en lugar de dar certidumbre sobre lo que pueden o no hacer los precandidatos, dan lugar a nuevas querellas. La prolongada falta de tres consejeros del IFE provocó el retraso en la aprobación de reglamentos, que una vez emitidos dieron lugar a litigios ante la Sala Superior, de forma tal que ya iniciadas las precampañas, siguen en duda asuntos fundamentales, como los planteados por López Obrador en reciente carta a los magistrados.
Para colmo de males, la guerra de quejas entre los partidos adquiere tintes caóticos. Todos contra todos; el PRI y el PRD impugnan el contenido de los mensajes del PAN y éste denuncia los actos de precampaña que realizan el candidato del primero y el precandidato único del segundo. Aún con la llegada de los tres nuevos consejeros del IFE, hecho que cabe saludar por la calidad de los electos, el Consejo General y sus comisiones de trabajo no se dan abasto para atender y resolver esta catarata de quejas y denuncias. Los partidos están más interesados en obtener presencia en los medios mediante el pleito que a través de difundir sus propuestas frente a los problemas nacionales o regionales.
La conclusión es obvia: las normas del Cofipe para regular los procesos de selección de candidatos son insuficientes. Ahora no queda más que confiar en que el IFE y el TEPJF actuarán, hasta donde sus facultades les permiten, para intentar poner un poco de orden en las semanas venideras y un alto a la conducta litigiosa de los partidos, que hacen todo para poner en jaque la regulación que sus legisladores introdujeron en la ley; esa falta de solidaridad y respeto con su propia obra es lo que hace más daño al proceso electoral.
¡Feliz año nuevo!

DISONANCIA COGNITIVA

MARÍA AMPARO CASAR

Existe un fenómeno interesante que los psicólogos llaman disonancia cognitiva. Se refiere a la tensión o falta de armonía entre dos concepciones, ideas o pensamientos; a esa circunstancia que le ocurre de manera frecuente al consumidor cuando encuentra que la publicidad de un producto no va acompañada de los beneficios reales que se prometían o esperaban; a esa divergencia entre lo que se ofrece y lo que se recibe o entre lo que se presume haber hecho y lo que de verdad se hizo.
Me parece que eso es precisamente lo que pasa con lo que los legisladores declaran y lo que realmente hacen, con lo que nos venden y lo que efectivamente encontramos cuando analizamos el trabajo legislativo.
Como al finalizar cada periodo de cada legislatura, ahora hemos escuchado decenas de promocionales en la radio y la televisión y leído diversas inserciones pagadas en periódicos y revistas que hablan de los grandes logros de los legisladores. Declaran cuánto han trabajado por México y por el bienestar de los ciudadanos. Gracias a su labor, nos dicen, se ha avanzado sustancialmente en materia política, en educación, cultura y deporte, en desarrollo económico y social, en justicia y seguridad. Nos hablan de las decenas de leyes aprobadas gracias a su arduo trabajo. Vaya como botón de muestra la siguiente cita de un desplegado de la LXI Legislatura de la Cámara de Diputados: "Los dictámenes de ley o decreto que aprobamos fueron 156, el periodo de más alta productividad desde 1997. Leyes en beneficio de México. Leyes en beneficio de los mexicanos". Tomo de ese mismo documento algunas de las que se enumeran.
Lo que no nos dicen es cuál es la realidad de esos dictámenes. Los resultados del trabajo legislativo han sido pobres. Muy por debajo de las necesidades del país, de las promesas y de las expectativas creadas. Las iniciativas enumeradas como logros caen en distintas categorías.
Aquellas que viniendo como proyectos aprobados por el Senado fueron modificadas o mochadas por los diputados hasta dejarlas irreconocibles o sin la potencia que pudieron haber tenido. Fue el caso de la reforma política que fue desvestida de la mayoría de sus virtudes y potencialidades y que al modificarla y regresarla al Senado quedó, una vez más, en la lista de pendientes.
Aquellas que habiendo sido aprobadas por la Cámara de origen fueron detenidas en la revisora impidiendo que se convirtieran en ley. Por ejemplo, la prisión vitalicia a secuestradores, violadore y torturadores.
Aquellas iniciativas que en efecto fueron aprobadas por las dos Cámaras y se tradujeron en nuevas leyes pero cuya concreción dependerá de los instrumentos y recursos que los propios legisladores destinen a su "realización" y a las capacidades y voluntad de los gobiernos federal y estatales. Es el caso de la reforma que eleva a rango constitucional la educación media superior y que supuestamente beneficiará a 20 millones de mexicanos.
Aquellas que dicen beneficiar a la población en general pero que favorecen a los que más tienen y por tanto son regresivas como la ampliación del subsidio a las gasolinas hasta el 2014.
Aquellas que de plano no pueden considerarse más que como una tomadura de pelo ya que las venden como si fueran efectivas pero simplemente son una simulación. Es el caso de la prohibición de publicitar los productos milagro.
En contraste, los legisladores no hacen un mea culpa ni muestran preocupación alguna por no haber atendido temas de relevancia para el desarrollo económico y social como las reformas fiscal, educativa, laboral, de seguridad nacional, telecomunicaciones o energética de "segunda generación".
Así las cosas, no es de sorprender que lo que siente el ciudadano -como el consumidor cuando se siente engañado por la publicidad- es una gran decepción del trabajo legislativo y de sus encargados.
Pero terminemos con una nota de optimismo propia de un comienzo de año. Los legisladores pasaron leyes importantes entre las que destacan la garantía para que los trabajadores al momento de su retiro reciban la totalidad de sus ahorros de vivienda si no se hubieran aplicado; la reforma constitucional en materia de juicio de amparo y la reforma a los derechos fundamentales de los mexicanos.
Queda un último periodo de sesiones de esta legislatura que concluye en agosto del 2012. Muchas reformas esperan su turno. Reformas que permitirían a quienquiera que se convierta en nuevo(a) mandatario(a) gobernar mejor y, sobre todo, que beneficiarían a los gobernados. Un buen propósito de año nuevo sería llegar a esos acuerdos que allanarían el camino al deseo que los legisladores declaran: legislar en beneficio de los mexicanos.

lunes, 26 de diciembre de 2011

IFE: CUENTAS PENDIENTES

JOHN ACKERMAN

No es por medio de ambiguos exhortos a la prudencia” de los actores políticos que el Instituto Federal Electoral (IFE) podrá revertir el legado de impunidad y simulación que hoy caracterizan a los procesos electorales, sino con una acción firme e institucional que imponga sin miramientos el Estado de derecho. En lugar de gastar cientos de miles de pesos en desplegados sin ninguna relevancia jurídica, como ocurrió el viernes 23 de diciembre en los periódicos de circulación nacional, el hoy por fortuna completo Consejo General del IFE tendría que utilizar nuestros valiosos recursos públicos para investigar y sancionar los recurrentes fraudes a la ley que corroen el sistema democrático.
Tienen razón los consejeros electorales cuando afirman que “nuestro país merece un proceso electoral ejemplar” y que “ello depende de refrendar la vocación democrática y apegada a las reglas vigentes de todos los mexicanos”. Yerran, sin embargo, al culpar sólo a los actores políticos cuando los mismos funcionarios electorales son los principales responsables de haber generado el actual contexto de ilegalidad generalizada en materia electoral.
El IFE hoy se encuentra inmerso en una profunda crisis de legitimidad que nos conduce a una jornada electoral cuestionada y llena de conflictividad política. Si los tres nuevos consejeros electorales quieren evitar este oscuro desenlace no será suficiente con ayudar a administrar la desgracia, es preciso que ayuden a imprimir inmediatamente una nueva dinámica institucional al órgano electoral.
El caso más urgente por resolver es el de la multa por 288.7 millones de pesos al Partido Verde Ecologista (PVEM) que ha quedado congelada desde el 27 de abril al empatar la votación de los seis consejeros allí presentes. Ésta sería la tercera sanción más grande impuesta por el IFE en su historia, solamente superada por las sanciones al Partido Revolucionario Institucional (PRI) por Pemexgate y al Partido Acción Nacional, junto con el mismo PVEM, por el caso Amigos de Fox.
La multa en esta ocasión sería por el flagrante rebase de los topes de campaña por el PVEM durante las elecciones federales de 2009, cuando este partido de manera ilegal adquirió en la televisión propaganda electoral sumamente costosa. En un clásico ejemplo de “propaganda integrada” todos recordamos cómo el actor Raúl Araiza llevaba puesta y presumía su camiseta de “Soy Verde” en sus telenovelas durante todo el proceso electoral. También fue evidente la burla a la ley cuando Televisa difundió ampliamente en televisión la portada de la revista Tv y Novelas, que igualmente incluía propaganda a favor del PVEM.
Recordemos que desde la reforma electoral de 2007, y en aras de fomentar la equidad, el artículo 41 de la Constitución prohíbe explícitamente la contratación o adquisición de espacios en radio o televisión por los partidos políticos. Esto incluye la “donación” de espacios de parte de los medios de comunicación.
En preparación para la sesión del 27 de abril pasado, el titular de la Unidad de Fiscalización del IFE, Alfredo Cristalinas, elaboró un Proyecto de Resolución ejemplar que demuestra que aún con la ausencia de un contrato formal firmado entre las partes, sí es posible demostrar la existencia de un acuerdo de facto que benefició al PVEM con una enorme ventaja electoral, lo cual tendría que haber sido reportado como parte de sus gastos de campaña para el proceso electoral de 2009. De ser aprobado en sus términos por el IFE, y después ratificado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), esta resolución marcaría un parteaguas en la materia al sentar un contundente precedente de que las autoridades no están dispuestas a tolerar que los actores políticos se burlen de la normatividad al negociar propaganda disfrazada al margen de la ley.
Urge una decisión en este sentido porque hoy nos encontramos en una situación de intolerable permisividad en la materia. Los carpetazos en los casos de la “entrevista” de Demetrio Sodi en medio de un partido de futbol en pleno proceso electoral de 2009, el de la difusión nacional del quinto informe de gobierno de Enrique Peña Nieto, y el de los “informes legislativos” del mismo PVEM durante el periodo de “intercampañas” en 2009, entre muchos otros, han dejado un terrible precedente en el que los actores políticos se sienten por encima de la norma. Hoy vemos que los precandidatos presidenciales al igual que los precandidatos a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal incorporan propaganda disfrazada, así como entrevistas pagadas como estrategias cotidianas para posicionar sus nombres entre el electorado.
En la sesión del Consejo General del IFE del 27 de abril, el representante del PVEM ante el órgano acusó a Cristalinas de buscar “destruir la democracia mexicana” y “destruir cualquier concepto de libertad de expresión”. Nada más alejado de la realidad.
Los que minan los cimientos de la convivencia democrática no son aquellos funcionarios que con valentía e independencia buscan asegurar el cumplimiento del Estado de derecho, sino los actores políticos que buscan dar la vuelta a la ley y las autoridades que se hacen de la vista gorda ante estos atropellos.
Hoy, con un Consejo General completo, no existe pretexto alguno para seguir postergando la decisión respecto de la multa para el PVEM. Recordemos que durante el proceso electoral todos los días y horas son hábiles.
Retomar este tema en los próximos días sería la señal más clara de que el IFE esté decidido a luchar por alcanzar “un proceso electoral ejemplar” y no solamente exhortar a que los demás lo hagan realidad. Si esto no ocurre, 2012 fácilmente podría llegar a ser aún más complicado que el proceso electoral de hace seis años.

COMUNICADORES SIN ESCRÚPULOS

ISSA LUNA PLA

Si fuéramos libres todo el tiempo y si tener límite alguno, ni ley ni orden, podríamos defender que incluso seríamos libres de mentir, de agredir y denigrar, de informar a nuestro modo, de darle prioridad a nuestros fondos económicos por encima de nuestros principios y valores. Seríamos sin escrúpulos.
¿Qué libertad es esta que se nos entrega a los comunicadores, a quienes difundimos nuestras ideas y pensamientos, que se nos condiciona al criterio de los otros? Claro que defenderíamos ser libres como los sin escrúpulos, y buscaríamos eliminar las barreras que pretenden amordazar nuestras ocurrencias o que se interponen entre nuestros intereses.
En el mundo de los sin escrúpulos, es posible decidir a criterio personal (o profesional, da igual) la forma en la que se da una noticia; la manera en que se induce a la verdad; presentar la versión de los inconformes y las minorías cuando es rentable económicamente. Porque ser sin escrúpulos es dudar, vivir en el desasosiego, en el recelo. Hay que matar antes de ser matado; huir antes de ser dejado; vencer antes de ser vencido. Los sin escrúpulos prefieren la incertidumbre al orden impuesto. ¿No le pasa lo mismo a los gobernantes dictadores? Vamos, que le puede pasar a cualquiera, hasta a los conductores de noticias más famosos.
He escuchado a personas que trabajan en los monopolios televisivos de México asegurar que su trabajo, el de entretener, es un ejercicio puro de la libertad de expresión. Ese arte eficaz para aturdir, para introducir y reproducir prejuicios y valores discriminatorios, o sea, de hacer telenovelas, programas del corazón y de chismes y exhibir la vida privada de las personas, y más aún, la opinión que los periodistas tienen sobre esa vida privada; que todo ello no es otra cosa más que libertad de expresión pura y dura.
Incluso, hace algunos años, los sin escrúpulos aplicaron una encuesta a la audiencia en general para conocer sus preferencias de consumo de noticias. La sorpresa que se llevaron fue encantadora: los televidentes veían los noticieros para entretenerse. Entonces a los payasos, los reporteros estrella, la mujer más gorda del mundo, y los gatos que pueden pararse de cabeza, también son libertad de expresión, porque caben en dentro de los noticieros. - ¡Qué felicidad! Se acabaron los espacios donde los otros nos decían qué hacer-, pensaron los sin escrúpulos, sintiéndose libres y burlándose al fin.
La tendencia se expandió hacia el radio. Un día un sin escrúpulos que acostumbraba a navegar con bandera de populista crítico, sintiéndose libre como de costumbre y apoyado por su audiencia, consideró pertinente seguir sus propios instintos en su programa de noticias. Ese día estaba decidido; actuaría conforme a lo que sus escrúpulos dictaran y si a alguien no le parecía, entonces vería la forma de capotear las críticas y de salir ganador. Claro, esto no lo hubiera hecho si no fuera porque ese día, algo lo motivó.
Todo parecía como un día normal en su profesión de periodista, de comunicador, de persona privilegiada para ejercer su libertad de expresión puramente. Pero ese día, algo increíble sucedió, algo inesperado o más bien, impredecible. Algo que le hizo entrar en un estado de conciencia fugaz pero trascendente. Después de ese suceso, supo que nunca sería igual.
Entonces pensó que ya estaba cansado de los límites y las reglas; de perderse de los billetes, de las influencias y del poder dentro de la empresa; que ya era suficiente de hacerse el héroe. Habían llegado los tiempos de sobrevivir. Además ya estaba viejo y tenía que asegurarse una vida digna de esa reputación que con tanto trabajo labró. Meditó: ¿qué es valioso para los comunicadores sin escrúpulos? Lo primero es cambiar el sistema de valores con el que la sociedad pretende vivir. Es fácil. Sólo hay que pensar que la vida es corta, que el poder nos hace fuertes y que por desgracia, sólo algunos privilegiados lo obtienen.
Así que, cuando un periodista sin escrúpulos recibe críticas, las desaíra o las ignora, porque sabe que provienen de los pobres envidiosos con complejo de héroes libertadores. Cuando a un sin escrúpulos se le exigen cuentas o responsabilidad sobre las aberraciones que dice al aire, o que permite en su programa, se actúa con aparente seguridad al responder: -Nada, yo ejercía mi libertad de expresión solamente, este es mi criterio editorial para llevar al público la verdad plural-. Así, las cosas funcionaron bien, y este periodista se sintió muy satisfecho de formar parte de los sin escrúpulos privilegiados.
Sin más religiosidad, los sin escrúpulos se pasean por las cadenas de televisión y la radio en México. Listos y bien peinados en estas épocas de bonanza electoral. Después de todo, con los salarios que les pagan a los periodistas no alcanza para vestir la fama que uno enviste. Y los otros, los no privilegiados, pensaron al mirarlos: -Y tanto que costó que a los periodistas en este país se les tratara con dignidad, que se les entregara un premio ciudadano de periodismo y que la sociedad pudiera devolverles un poco de lo que hacen por nuestra libertad de información.

ATAQUE AL LAICISMO

RAÚL CARRANCÁ

La tradición liberal mexicana, que pasa de la Constitución de 1857 a la de Querétaro en 1917, y que en concreto se ha reflejado en los artículos 24 y 130, consagra el Estado laico, la libertad de culto y la separación entre el Estado y las iglesias como pilares de la República, de manera que cualquier afectación a aquellos irrumpe en el espacio de la tradición histórica, política y jurídica de México. En este sentido es muy grave a mi juicio la modificación que a dichos textos quiere hacer la Cámara de Diputados. En efecto, la misma plantea cambios que aunque "a su ver" son respetuosos de su contenido, e incluso enriquecedores de él, en realidad tuercen y lastiman su espíritu. Por ejemplo, se propone que el primer párrafo del artículo 24 diga que "Toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado". Aparentemente esto es inocuo pero al substituir con tantas palabras, con una afectación innecesaria, lo claro, lo sencillo de la frase "Todo hombre es libre para profesar la creencia religiosa que más le agrade", se filtra la posibilidad de una interpretación tortuosa. De hecho las convicciones éticas y de conciencia pueden ser absolutamente ajenas a la religión. ¿Para qué confundir? Pero lo verdaderamente grave son las siguientes adiciones: "Esta libertad incluye el derecho de participar, individual o colectivamente, tanto en público, como en privado, en las ceremonias, devociones o actos del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley"; y "Nadie podrá utilizar los actos públicos de expresión de esta libertad con fines políticos, de proselitismo o de propaganda política". Me explico. En el texto vigente se dice que "Los actos religiosos de culto público se celebrarán ordinariamente en los templos. Los que extraordinariamente se celebren fuera de éstos se sujetarán a la ley reglamentaria". Lo ordinario es lo común, lo habitual, siendo lo extraordinario, en cambio, lo que está fuera del orden o regla natural o común. Sin embargo sucede que la pena por delito o falta sólo se refiere en el texto actual a lo ordinario y no a lo extraordinario, pero la propuesta alude tanto a lo privado (ordinario) como a lo público (extraordinario). La cuestión estriba aquí en que la participación del caso, individual o colectiva, muy difícilmente puede derivar en delito o falta penados por la ley. Y si así se señalara doy por descontado que se alegaría -equivocadamente- una flagrante violación a las convicciones éticas, de conciencia y de religión; en suma, a los derechos humanos. Además en tal contexto causa asombro la innovación de que "nadie podrá utilizar los actos públicos de expresión de esta libertad con fines políticos, de proselitismo o de propaganda política". ¿Ah, no? Calderón en la Basílica y el Papa en México el año entrante, en plena época de elecciones, ¿no son visitas que se han utilizado y utilizarán con esos fines? ¿A quién le quieren tomar el pelo?*
Por ello sostengo que lo que se busca y pretende con la reforma que en breve llegará al Senado de la República es cambiar el sentido y contenido del artículo 24 y, de paso, el del 130 que consagra "el principio histórico de la separación del Estado y las Iglesias". O sea, eliminar de la Constitución la gran tradición liberal mexicana. Pero no es de extrañar, que sí de lamentar, cuando se ha dado la noticia -ya lo dije- de que el Presidente Calderón asistió el domingo pasado a la Basílica de Guadalupe para rezar por la paz (y supongo que por el alma de más de 50.000 muertos, que es aproximadamente el saldo de su guerra contra la delincuencia). Como persona particular lo puede hacer, pero en su calidad de Presidente de la República y jefe de un Estado laico ha desdeñado a millones de mexicanos herederos respetuosos del laicismo y liberalismo que se remontan a la época de oro de la Reforma (¡Benito Juárez!).
*El Papa me merece un gran respeto pero su visita a México en marzo del año entrante tiene, sin duda, repercusiones más allá de lo evangélico y pastoral.

REDES SOCIALES Y PRECANDIDATOS

JENARO VILLAMIL

Diciembre fue el mes de los errores en las redes sociales para el candidato más popular en las encuestas, el priista Enrique Peña Nieto, pero también demostró que la incapacidad de la mayoría de los precandidatos para entender el lenguaje binario y las diferencias entre las redes más populares (Facebook, Youtube y Twitter) pueden generar un impacto real en los medios masivos de comunicación y en sus propias aspiraciones electorales.
A partir de la información y el seguimiento que hasta el 20 de diciembre ha realizado el sitio www.observatorioelectoral2.012.com del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y del monitoreo que en esta misma fecha publicó el periódico Reforma se pueden observar las siguientes tendencias:
1.-Twitter, el medio más difícil de comprender.-La dinámica del Twitter, un medio de una alta carga de simultaneidad e inmediatez y, por lo mismo, proclive a la difusión de rumores (el sábado 18 de diciembre surgió el “gran borrego” de la muerte de Miguel de la Madrid que embarcó a varios gobernadores priistas), de declaraciones fallidas, pero también a un mayor impacto en los errores cometidos por cualquiera de los precandidatos en sus distintos foros y a la creación de “campañas” inducidas que si no son frenadas a tiempo crecen como bola de nieve, se ha convertido en el gran desafío para los políticos acostumbrados a audiencias pasivas y no a las interactivas y, en la mayoría de las ocasiones, feroces y mordaces en sus críticas.
Peña Nieto fue la “estrella” del Twitter desde su patética participación en la Feria Internacional del Libro. Posee el 34.46 por ciento de los seguidores de todos los precandidatos (tiene 234, 751 en su lista), agregó 40 mil seguidores en las primeras tres semanas de diciembre, pero 8 de cada 10 comentarios fueron negativos para el precandidato consentido en las encuestas.
Sus errores y dislates generaron varios Trending Topics o temas más mencionados: #NosoylaSeñoradelaCasa, #SomosProle y #LibreríaPeñaNieto fueron los más populares.
Su escasa participación en el Twitter es un síntoma de incapacidad para conocer este medio binario. Sólo envió 1.5 tuits al día. Y tan sólo el 17 de diciembre lanzó 14 tuits (incluyendo el de sus “condolencias” a Miguel de la Madrid) que fueron poco replicados. Sus mensajes en Twitter apenas representan el 1.94 por ciento del total.
Andrés Manuel López Obrador posee el 25.8 por ciento de los seguidores en Twitter, ganó 20 mil seguidores en estas tres últimas semanas y sus mensajes representan el 22.43 por ciento de los precandidatos en esta red social.
Por su parte, Josefina Vázquez Mota, la precandidata puntera en el PAN, tiene el 21.24 por ciento de seguidores en Twitter. El que más tuitea es Santiago Creel (40.29 por ciento de los mensajes), pero tiene apenas el 7.24 por ciento de seguidores, claro indicio de que no genera el impacto adecuado. Y Cordero tiene el 11.38 por ciento de seguidores y el 13.76 por ciento de los mensajes. No ha crecido mucho.
2.-Youtube, la segunda red social más visitada.-Después de Facebook, el sitio de videos de Youtube es el más visitado en México. Diciembre también fue un muy mal mes para Peña Nieto en esta red social. Rompió récords con dos videos que hacen referencia a sus errores para citar libros y autores y para hablar bien inglés.
Hasta el 9 de diciembre, el video “Hitler se entera que Peña Nieto no lee”, una parodia basada en la película La Caída, tenía 1 millón 148 mil reproducciones. Hasta el 20 de diciembre había llegado a 1 millón 912 mil reproducciones. Su impacto fue inmediato en Facebook.
El video “Peña Nieto hablando inglés”, apenas lanzado hace 4 días, tuvo 493 mil 790 reproducciones en cuatro días.
Peña Nieto está fallando en su estrategia en Youtube, quizá confiado en que es el rey en la pantalla de televisión abierta. Tiene apenas 12.94 por ciento de los suscriptores. En sentido inverso, López Obrador tiene el 78.338 por ciento de suscriptores, quizá como efecto de la estrategia que durante cinco años articuló para romper lo que él denominó “el cerco mediático”. Los panistas han menospreciado Youtube: Josefina Vázquez Mota tiene 5.82 por ciento de los suscriptores, mientras Cordero apenas el 1.79 por ciento y Creel el 1.07 por ciento.
3.-Facebook, los impactos negativos.-Es la red social con mayor número de suscriptores en México. Según sus cifras, ascienden a poco más de 20 millones. No todas las cuentas están activas diariamente, sin embargo, Facebook ha popularizado el uso de las redes sociales, aunque es la menos proclive a los comentarios políticos.?En esta red social, Josefina Vázquez Mota domina ampliamente: tiene el 32.5 por ciento de los suscriptores y el 53.68 por ciento del total de menciones que se hacen de los precandidatos, según el monitoreo del Instituto de Investigaciones Jurídicas. Esta eficacia en el uso de Facebook quizá también se relaciona en que casi el 60 por ciento de los usuarios más activos son mujeres.
Por su parte, Enrique Peña Nieto tiene el 61.74 por ciento de los suscriptores en su página oficial, pero sólo el 34.01 por ciento de las menciones son relacionadas al precandidato priista.
López Obrador tiene una mala estrategia en Facebook. Tiene apenas el 3.42 por ciento de suscriptores y el 9.81 por ciento de menciones.
Por su parte, los otros dos precandidatos panistas están muy débiles en presencia en esta red social: Ernesto Cordero no llega ni al 1 por ciento de suscriptores, y tiene el 1.11 por ciento de menciones; mientras que Santiago Creel está emparejado: 1.4 por ciento de suscriptores y de menciones.
4.-La eficacia de las páginas web.-Además de las redes sociales, cada precandidato ha lanzado sus páginas web. De acuerdo con los datos del sitio www.alexa.com, la más destacada es Josefina Vázquez Mota: su página web tiene el lugar 1,101 en posicionamiento y tráfico a nivel internacional; muy lejos de ella se encuentra Andrés Manuel López Obrador, con el lugar 2, 143; en tercer sitio, Enrique Peña Nieto, con 2,436; en cuarto sitio Ernesto Cordero con la posición 2,665 y muy distante de todos, Santiago Creel, cuya página ocupa el sitio 21,346 en tráfico.

¿VAN BIEN LAS COSAS EN SU VIDA?

GENARO DAVID GÓNGORA PIMENTEL

En el transcurso de estos años me he encontrado con una verdad. Los problemas los hacemos nosotros mismos. El culpar a una persona por las derrotas que sufrimos es útil, pero nosotros sabemos bien que hemos tenido la mala, la equivocada conducta que nos ha llevado a la peor conclusión.
Estas ideas ya, desde luego, las tenían desde tiempos antiguos los hombres. El escritor Marco Pacuvio, contemporáneo de Escipión el africano, en la tragedia “Paulo”, escribió:
“La diosa Fortuna es loca, ciega, irracional, dicen los filósofos. Nos la presentan encima de un globo pétreo móvil; dicen que viene a caer allí donde el azar impele al globo de piedra. Dicen que es loca porque es cruel, incierta y mudable; añaden además que es ciega porque no ve adonde se dirige; irracional porque no sabe distinguir al que es digno del que es indigno de ella. “(Citada por Santiago Posteguillo en Las Legiones Malditas. Página 216).
En cierta ocasión en que le recomendaban al Emperador Napoleón a un militar, a cada argumento preguntaba, sí pero… ¿tiene suerte?
La fortuna, la suerte tiene una gran importancia en la vida. Es necesario recibirla y prepararse para poder tenerla.
Me pregunto si más de 65,000 muertos en estos últimos años, más de 10,000 desaparecidos, la intranquilidad en todo el país, todo esto ¿es tener suerte?, ¿la fortuna nos ha sonreído?, ¿cómo vamos a salir de estos problemas?
Sí, México ha sobrevivido a mayores catástrofes. Sí hemos logrado desarrollos en algunas áreas de importancia, pero me vuelvo a preguntar sí más de 60 millones de pobres son, en última instancia, algo que debemos tener en mente para saber si nuestro país lleva un buen camino y no necesita, por el contrario, cirugía mayor para componer las cosas.

LA PROVOCACIÓN COMO MÉTODO DE CONOCIMIENTO

RICARDO BECERRA LAGUNA

He sido un empedernido seguidor de Christopher Hitchens. Su muerte, tan temprana, ha provocado numerosas reacciones, algunas muy recomendables, como la de Jesús Silva-Herzog Márquez (Reforma, 19 diciembre) o la de José Woldenberg (Reforma 22 de diciembre).
Por mi parte, creo poder añadir algo mas sobre aquella figura, su estilo y su función, que es la adicción por el debate (como por el cigarro y el wiskey). Pero no de cualquier debate, sino de un tipo extremo, frontal, de esos cada vez más raros, que obligan al público a tomar partido, drásticamente, colocando las tesis y posturas en tal punto que les permita exponer sin matices su jugo más esencial.
“Radical es una palabra útil y honrosa –en muchos sentidos es mi preferida- y su uso recurrente vierte sobre las cabezas diversas advertencias saludables”. Por lo tanto, decía Hitchens, “…procuro salir del centro, de las cortesías redundantes y de los circunloquios, para llevar el argumento, hasta su límite lógico”.
En una nuez, es lo que podemos llamar el método Hitchens y por eso creo, se trata de una figura tan extraña y al mismo tan apreciada: porque contradice las formas inútiles y los rodeos que se suelen repetir en los debates políticos e intelectuales.
“He encontrado, dice Hitchens, que la vida pública norteamericana o inglesa, se basa en un montón de convenciones sobre el debate, a las que se les da más importancia que el núcleo argumental aunque sea vital… “Perdone usted; a continuación tiene tres minutos; permítame contradecirlo en este aspecto; ha sido muy interesante lo que ha dicho, concuerdo con su planteamiento… y así, cortesías al infinito”.
Los debates políticos e intelectuales aparecen –los mexicanos lo sabemos- como un territorio lleno de matorrales o semáforos en los cuales es imposible extraer el hilo del que cuelga el argumento. Contra esos modales inhibidores de la polémica y la contradicción, Hitchens siempre tenía un recurso, una idea, incluso un montaje escenográfico (como cuando aceptó ser torturado, mediante la técnica del ahogamiento, a propósito de su incomprensible defensa a la invasión de Irak; o cuando se rapó el pelo en Bombay, para parecer acólito de monje budista y descender al mundo imbécil del Dalai, Bhagwan Shree Rajneesh).
Odiaba el prejuicio vigente: “Yo debo contentarme con ejercer el derecho a decir mi opinión, sin insistir demasiado en los errores o dislates que cometió mi interlocutor en el uso de su libertad de expresión”.
Es un truco muy conocido: busquemos el empate y todos seguiremos siendo tan amigos. Acto seguido, vuelta a la página para abordar otro tema, menos incómodo. De se modo, los debates se asemejan a un interminable canto de loros: a cada una de las réplicas el otro responde su derecho de decir lo que le venga en gana y nadie pide explicaciones. Encima, toda esta parafernalia se hace pasar como canon de respeto, impecablemente democrático, pese a no haber avanzado un milímetro en aclarar la cuestión disputada. Hitchens se preguntaba: “¿Es esto lo que busca la política o la cultura? Claro que no”.
Por polémico, por hiriente, por atacar por igual a tirios o troyanos, se convirtió en un clásico de la libertad de expresión. Vuelvo a citar: “Mi libertad tiene sus límites en la tuya. Gran verdad. En tu libertad, no en tu susceptibilidad. Yo me mofo de tu fe, no te prohíbo el practicarla. Tú eres libre para mofarte de la mía, no para prohibirme la manifestación de mis convicciones, entre las que se cuenta la de considerar la religión como una superstición a la altura de la astrología, o del tarot (aunque más peligrosa, históricamente hablando)”.
Creo que el gran mérito de Hitchens es que fue muy consciente de los riesgos de la tolerancia. Si dije bien, los riesgos de la tolerancia, pues en su nombre se erigen “principios para no ofender” (una fe, una idea, un partido, un programa político y sus personajes asociados). Si esto ocurre se están entregando las llaves de la libertad a la susceptibilidad del ofendido y es él, quien toma el mango del sartén.
Con una obvia e ineludible consecuencia: que cuanto más fuerte sea esa susceptibilidad, mientras más fanática sea, la libertad de expresión tendrá que ceder más, más deberá limitarse, pues estará cada vez más cerca de convertirse en ofensa y sacrilegio de los susceptibles.
Ese es el lev motiv, lo que anima en el fondo al método provocador de Hitchens.

CUANDO EL PRI CEDIÓ

JESÚS CANTÚ ESCALANTE

Finalmente el PRI accedió a proponer sólo a uno de los tres candidatos a ocupar las plazas de consejeros electorales del Consejo General del Instituto Federal Electoral, vacantes desde el 1 de noviembre de 2010. La posición del tricolor impedía cualquier posibilidad de acuerdo entre las tres principales fracciones parlamentarias (Proceso 1823). Sin embargo, la firmeza mostrada por las bancadas del PAN y el PRD lo obligó a ceder.
La designación de los tres nuevos consejeros el jueves 15, en el último día de sesiones del penúltimo periodo ordinario de la actual legislatura, es una buena noticia para el IFE, la democracia y el país, tanto por la importancia de que el órgano de gobierno estuviera completo como por el perfil de los tres nuevos consejeros, todos con reconocido prestigio en sus actividades profesionales.
Lamentablemente también permite constatar al menos tres hechos perjudiciales para la incipiente y débil democracia mexicana: el primero, que las cuotas partidistas para la designación de los integrantes de los órganos de gobierno de los institutos electorales son cada día más evidentes; el segundo, la prevalencia de los acuerdos cupulares, y el tercero, la falta de compromiso de los diputados con las normas que ellos mismos establecen.
Respecto al primer punto debe señalarse que entre las nuevas designaciones, quien más evidencia la identidad partidista es Sergio García Ramírez, prominente priista que estuvo a punto de ser candidato presidencial del tricolor en la contienda de 1988; fue secretario general del CEN de su partido en el periodo 2000-2001, y en agosto de 2005 fue propuesto por los dos precandidatos tricolores (Arturo Montiel y Roberto Madrazo) para ocupar la presidencia de ese órgano, en sustitución de Madrazo. Esto sin considerar su participación en los gabinetes presidenciales durante los gobiernos de Luis Echeverría y de José López Portillo. Su prestigio como jurista es indiscutible –aunque no en materia electoral–, pero también su priismo.
Por lo que toca a la consejera María Marván Laborde, de acuerdo con la información disponible, nunca ha militado en ningún partido político, pero su cercanía con la ideología panista es clara; la muestra más fehaciente de ello fue su participación como secretaria técnica de la fracción panista en el Congreso de Jalisco, de 1998 a 1999.
En el caso de Lorenzo Córdova no se advierte ninguna filiación partidista, y su participación como secretario técnico en el Senado de la República en 2010-2011 se dio dentro de un grupo pluripartidista.
Es factible deducir que la negociación del PRI consistió en que se le permitiera ocupar su posición con un prominente priista, a cambio de que el PAN y, particularmente, el PRD –partido al que evidentemente querían dejar fuera de la negociación– propusieran personalidades no vinculadas orgánicamente con esos partidos. Así hoy el PRI tiene en el Consejo General del IFE a dos consejeros (Francisco Guerrero y Sergio García Ramírez) con reconocida militancia en su partido y uno (Marco Antonio Baños) con evidente vinculación. Mientras que en el caso de los otros consejeros se pueden percibir afinidades e identificaciones, no hay vínculos orgánicos con el PAN o el PRD.
Los coordinadores de las fracciones parlamentarias claramente despreciaron la ciudadanización del órgano máximo de dirección del IFE, entendida ésta como la ocupación de esos puestos con personas sin militancia partidista y sin vínculos orgánicos con cualquiera de las fuerzas políticas. En contrapartida apostaron por las cuotas partidistas, aunque los coordinadores de las tres principales fuerzas parlamentarias utilizaron esta vía de manera muy diversa: desde el absoluto y total descaro tricolor para proponer a un prominente militante hasta la propuesta perredista de un académico, cuya relación es a través del activismo de su padre (Arnaldo Córdova) en torno a López Obrador.
Ante el fracaso del procedimiento iniciado en 2010 que involucraba la participación de la Comisión de Gobernación, los coordinadores de los grupos parlamentarios decidieron centralizarlo todo en la Junta de Coordinación Política, lo cual en la práctica implicaba que lo único importante era el acuerdo de los líderes de las siete fracciones. El resto de los legisladores, como fue evidente en la votación, casi unánime, simplemente se plegó a los acuerdos cupulares; los únicos que dejaron constancia de su desacuerdo, con su abstención, fueron los siete diputados petistas cercanos a Andrés Manuel López Obrador. La disciplina fue casi absoluta.
Sin embargo, todavía más grave fue el franco y evidente desprecio por el respeto a la legalidad demostrado por los responsables de emitir las normas, pues ignoraron la disposición establecida en los artículos 41 de la Constitución y el 110 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, de realizar una “amplia consulta con la sociedad”; tampoco se apegaron a los lineamientos de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, que señala con precisión que el Pleno debía aprobar la emisión de una convocatoria y que la misma debía señalar los requisitos que deben cumplir los candidatos; los plazos de cada una de las etapas; el órgano o comisión de la Cámara responsable de cada una de ellas, y hasta de la realización de entrevistas. Todas estas disposiciones incorporadas en el marco legal en la reforma de 2007 se obviaron; el consenso de las cúpulas permitió a los legisladores violar flagrantemente la Constitución y la ley.
Los tres hechos atentan contra la letra de la ley y el espíritu que alentó la creación de las nuevas instituciones de las que se ha dotado el Estado mexicano para tratar de avanzar en la construcción de la democracia.
Todavía es prematuro sacar conclusiones acerca de las implicaciones positivas y negativas derivadas de la designación de los tres nuevos consejeros electorales. Lo único cierto al día de hoy es que el hecho no genera la certidumbre que requiere y merece el proceso de sucesión presidencial. Hay que brindarle, al nuevo Consejo, el beneficio de la duda y esperar a que con sus acciones y decisiones logre recuperar la confianza y credibilidad que la institución ha venido perdiendo desde noviembre de 2003.