lunes, 19 de diciembre de 2011

2011: AÑO DE LAS CUENTAS Y LOS SALDOS

RICARDO BECERRA LAGUNA

2011 resultó ser un año portador de datos y tendencias fundamentales e ineludibles.
Gracias a los muchos estudios que se hicieron públicos (el Censo de Población, las medición de la pobreza del CONEVAL, la encuesta nacional de ingresos y gastos, la encuesta de victimización y seguridad pública y otros estudios más), podemos reconocer al México del siglo XXI con razonable exactitud y nadie debería ser indiferente a tales cifras.
Nadie, mucho menos los partidos y sus candidatos que ayer se lanzaron de lleno a buscar el gobierno de la República. He aquí una colección de los números más esenciales.
1) El primero de enero de 2012 seremos poco más de 114 millones de mexicanos, un millón y medio más que la cifra captada por el censo. Así, puede decirse que cada año nace una ciudad del tamaño de Durango y significa que el ritmo de crecimiento demográfico se incrementó de 1.15 por ciento en el primer lustro, a 1.68 entre 2005-2010.
Esto agregó 561 mil mexicanos cada año y por eso “aparecieron” casi por sorpresa, cuatro millones de personas. ¿Hay necesidad de regresar a políticas de población más serias, amplias y agresivas?
2) La buena noticia es que atravesamos por el mejor momento demográfico, es decir, contamos con una muy ventajosa proporción de población en edad de trabajar respecto del total. En 1990 era de 26 por ciento y hoy es de 45 por ciento, lo que está generando una oportunidad única e irrepetible, dado que en el 2025, nos haremos irremediablemente viejos. El "bono demográfico" está aquí, a plenitud, y la falta de empleos lo está desperdiciando. ¿Hay algo más que hacer que repetir la cantinela y las promesas fallidas de mas “reformas estructurales”?
3) El último dato consolidado (de octubre) nos informa de 2.56 millones de desempleados… pero es engañoso. Si agregamos los desconcertantes sujetos que de plano ya no buscan trabajo y que forman la “Población No Económicamente Activa Disponible”, nos encontramos con otros 6.2 millones. En total, 8.8 millones de personas en edad de trabajar y desempleadas, algo así como la población de Guadalajara y Monterrey juntas rascándose la panza, sin nada que hacer, deambulando aquí y allá en la República.
4) El 80 por ciento del desempleo ocurre entre los jóvenes. La OCDE calcula que hay 7.2 millones de "ninis" en México. Como es obvio, son ellos los que tienen una tasa de embarazo adolescente más alta (27 por ciento); menos del 10 por ciento se reinserta al sistema educativo y menos del 17 por ciento logra obtener un empleo formal sino hasta los 25 años. Nuestro drama social está entre ellos: los más indefensos frente a las adicciones y las mujeres más proclives al embarazo precoz.
5) 2.1 millones de personas forman un amplísimo submundo entre los ninis que, tajantemente, han decidido no trabajar, ni estudiar, ni migrar, ni dedicarse a la informalidad. Si tan sólo un 20 por ciento de ellos se hubiese arrojado al pozo del delito, estaríamos hablando de unos 420 mil mexicanos en “vida superflua”, participando de modo latente o de hecho, en un enorme ejército delincuencial de reserva. ¿Hay alguna política pública que los pueda atender y reinsertar a economía y a la legalidad en plazos breves?
6) Un total de 15 mil 273 homicidios hicieron del 2010 el año más violento en nuestra historia moderna. Y la tendencia apenas y parece haberse revertido en 2011 (en octubre llevábamos casi 12 mil asesinatos). Del mismo modo, cada uno de estos años, el 24% de la población es víctima de algún delito y no obstante, el porcentaje nacional de ilícitos no denunciados es del 92%.
7) En el 2011, la familia mexicana típica cuenta con un ingreso mensual de 11 mil 645 pesos, con lo que deben vivir 4 individuos. El hecho nos arroja un ingreso promedio de 2 mil 911 pesos, es decir, 693 arriba de la línea mínima de bienestar que calcula CONEVAL. ¿Es éste el imaginado México de clases medias o más bien, un México precario e inseguro que sobrevive gracias a que hoy, dos personas aportan un ingreso al mismo hogar?
8) ¿Y el futuro inmediato? Si suponemos, con optimismo, que este 2011 cerraremos con un 4 por ciento de crecimiento económico, entonces, el récord del sexenio de Felipe Calderón rondará el 1.5 por ciento, prácticamente el mismo nivel que el de Miguel de la Madrid (1.4), pero inferior al sexenio de Salinas (3.0), al de Zedillo (3.4) y al del propio presidente Fox (2.1).
9) Y en medio de esa endemoniada estadística social y económica, nos encontramos a punto de ingresar a una nueva fase de la crisis mundial, pero empobrecidos por los efectos de su etapa previa. Todo conspira (el gran desorden europeo, el estancamiento norteamericano, nuestra infeliz política económica) para que los meses siguientes —el año de elección presidencial y de renovación del Congreso— sea uno de los más mediocres en materia económica. Si los vemos en conjunto, habremos crecido menos que el más mediocre de los últimos cinco sexenios.
Ésa es la realidad, el telón de fondo del debate nacional; las cifras y los saldos que nos deja el año 2011.

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