ISSA LUNA PLA
¿Dónde y cómo exigir transparencia en el proceso electoral? Porque la palabra transparencia es una moneda de cambio demasiado barata estos días, haría bien delimitar los requisitos mínimos en el actuar de partidos políticos, institutos electorales y tribunales
1. Las instituciones electorales (institutos y tribunales) tienen la obligación de garantizar la pureza y legitimidad de las elecciones. Esto se debe hacer a través de acciones o políticas de transparencia enfocada, empezando por la preparación de los procesos de elección, el diseño y la garantía de la seguridad y confianza en los sistemas de voto y conteo electrónicos; igualmente, durante el proceso en la recolección de boletas y de cómputo. Cada paso debe ser transparente para legitimar la elección.
2. Voto informado y derechos políticos: el derecho de acceso a la información es un derecho político electoral porque permite a los ciudadanos conocer y evaluar el actuar de los partidos políticos y de las instituciones electorales.
Hay que reconocer que los militantes de los partidos políticos fueron los grandes impulsores en México de este derecho, porque han usado el acceso a la información como vía para ejercer su derecho a ser votado. Los partidos políticos están obligados a garantizar los derechos de la constitución, nuestros derechos humanos y políticos, por supuesto.
Pero también se requiere que los institutos electorales garanticen el derecho de acceso a la información durante la contienda y al finalizarla. Abrir el umbral de la información ahora y después de la elección es una iniciativa indispensable para brindar credibilidad a su labor.
3. Rendición de cuentas y fiscalización: La transparencia va de la mano con la fiscalización. De hecho, no se puede pedir que los institutos electorales hagan un buen trabajo de fiscalización si no tienen ellos mismos acceso a los documentos probatorios de los partidos. Aquí, tanto los institutos como tribunales deben procurar el principio que ha expresado el Tribunal Electoral de Argentina: que exista un equilibrio razonable entre los recursos de los partidos y la competencia electoral.
Los partidos deben en este aspecto abrir la información de la utilización de los fondos del erario público y del control de recursos provenientes del sector privado. En la exageración del gasto de campañas que nos ha tocado ver en México, la mesura y apertura de las cuentas resulta una ilusión. Ante esto, la presión de la sociedad civil y de las autoridades debe aumentar, subiendo el costo político al que vaya en contra de la rendición de cuentas ciudadana.
4. Democracia interna de los partidos. ¿Quién le cree a un partido político que gobernará democráticamente cuando elige a sus candidatos por dedazo y viola los derechos de sus militantes? No por nada los partidos han esperado hasta el último momento para “organizar” sus padrones de militantes (y el PRI no parece haber entregado nada al IFE aún). ¿Cómo saber cuál partido realmente cumple con el número de militantes mínimo para constituir un partido y entrar en la contienda?
Los procesos de transparencia empiezan desde hoy. A mi me parece que el IFE bien podría ser más agresivo en sus políticas de transparencia y más asertivo en su obligación de brindar pureza y legitimidad desde ya. De los partidos necesitamos ver resultados más claros y menos demagógicos, aunque ello implique romper sus tradiciones y algunas cuantas relaciones indeseables.
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