CIRO MURAYAMA RENDÓN
El cáncer es una enfermedad —o un conjunto de enfermedades— de tipo crónico-degenerativo cuya presencia en la población humana se extiende conforme se modifican los patrones epidemiológicos —cuando se controlan, por ejemplo, las enfermedades infectocontaglosas— y aumenta la esperanza de vida. Por ello el cáncer tendrá un lugar creciente en la morbilidad y mortalidad de los mexicanos.
Lo anterior exige políticas para el adecuado combate al cáncer, lo que implica contar con estrategias de prevención y detección oportuna, así como para financiar su tratamiento a lo largo de toda la enfermedad con infraestructura y recursos humanos de calidad distribuidos de forma racional en todo el territorio.
En el caso de la salud los avances en tecnología, a diferencia de lo que ocurre en otras ramas de la economía, en vez de reducir los costos pueden convertirse en disparadores de la cantidad de recursos requeridos. Me explico: si una sociedad erradica o controla las enfermedades infectocontagiosas a través, por ejemplo, de medidas de higiene adecuada y de vacunación, esa población más adelante se enfermará de padecimientos más complejos y caros de tratar. Así, el avance en la salud se vuelve, más tarde, Un nuevo desafío y en la La cultura hacia el cáncer necesidad de mayores recursos. Por lo tanto, hay que reconocer que vamos requerir cada vez más recursos para el sector salud, pues la población mexicana envejece y se enferma de padecimientos más complicados —cáncer, diabetes— y más costosos.
La cultura hacia el cáncer es clave. El cáncer que más muertes produce en México es el de próstata, recien incorporado a las enfermedades que cubre el seguro popular. Aun quedan por desplegar campañas para que los procedimientos para le detección del cancer de prostata dejen de ser motivo de sorna en una cultura machista y se vuelva in tema que genere comprensión, solidaridad y atención, como ocurre con el cancer de mama.
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