lunes, 27 de febrero de 2012

QUE LA ROPA SUCIA SE LAVA EN CASA

JAVIER CORRAL JURADO

El día de ayer inicié en la ciudad de Chihuahua, una gira por los municipios del Estado para celebrar asambleas informativas sobre lo que realmente aconteció el pasado 19 de febrero en el proceso de selección de candidatos al Senado de la República que llevó a cabo Acción Nacional. Aunque para esta fecha ya es profusa la información que circula en medios y redes sociales sobre esta desaseada como penosa elección, tengo el deber moral de explicar a detalle y con todos los elementos probatorios con que contamos, las acciones fraudulentas llevadas a cabo por quienes se adjudican un triunfo, a todas luces ilegal como ilegítimo.

Busco resarcir el agravio sobre miles de chihuahuenses que de buena fe y de manera libre participaron en el proceso, y a los que quisieron hacerlo pero se los impidió o los desalentó el insultante acarreo de votantes que, en competencia cínica de traslado de personas en autobuses urbanos, llevaron a cabo Cruz Pérez Cuellar y Carlos Borruel Baquera. Busco reivindicar con nuestra acción decidida y firme, la historia, el prestigio y la imagen de Acción Nacional, vilmente lastimada por los fríos cálculos de dos ambiciones desmedidas. Me propongo explicar en estas asambleas el contenido de nuestro recurso de impugnación que he presentado ante la Comisión Nacional de Elecciones, la instancia que en el partido nos hemos dado para desahogar, desde el ámbito jurídico, las tensiones electorales y la violación a nuestros principios, estatutos y normas que rigen nuestros procesos eleccionarios. Hoy domingo celebraré en Ciudad Juárez, nuestra segunda asamblea de información.
Aún con las limitaciones del plazo establecido —sólo tuvimos 48 horas para presentar el escrito en el que demandamos la nulidad de todo el proceso— hemos elaborado bajo la expertis del licenciado Luis Villegas Montes, quien también nos elaboró hace tres años nuestro recurso de inconformidad en el llamado "Batopilazo", un documento muy robusto. Se trata de una demanda de 186 hojas, integrada por 95 anexos que contienen más de 150 pruebas testimoniales, documentales y técnicas, entre las que se encuentran decenas de fotografías y videos sobre el acarreo masivo, compra y coacción del voto, operación ratón loco, y otras graves irregularidades que afectan más del 40 por ciento de las casillas que se instalaron. Confío plenamente en que los órganos del Partido actuarán con todo valor y decisión para anular este proceso y sancionar a los responsables de este vergonzoso episodio. Un supuesto contrario, sería auto-destructivo para el Partido. 
Centralmente hemos demostrado en nuestra demanda de nulidad la manera tan cínica y descarada como se vulneraron diversos principios y normas de la convocatoria expedida el 18 de noviembre de 2011 para regular la contienda, que en su artículo 22, textualmente prohíbe: La entrega de recursos en efectivo, bienes de consumo o de servicio a los electores -inciso a)-, el pago de cuotas o transporte para actos del Partido o de la precampaña —inciso b)—, los actos de condicionamiento de un servicio a cambio de la obtención del voto —inciso c)—, ejercer cualquier acción indebida que tenga por objeto inducir a los electores —inciso d)— y las demás prohibiciones establecidas en la normatividad electoral aplicable —inciso f)—.
Cito lo anterior porque bajo el argumento de que fui yo quien impulsó una elección abierta, los autoproclamados vencedores pretenden justificar que entonces se valía de todo. Y efectivamente, como un método que nos comprometiera más con los ciudadanos y obligara a explicitar compromisos y propuestas legislativas, impulsé la elección abierta, pero nunca puerca.
Ahora que hemos desvelado el desaseo y cada día surgen nuevos testimonios de sus acciones fraudulentas, pretenden que nos sentemos a esperar, calladitos, la resolución de la Comisión Nacional de Elecciones, para que puedan operar con toda ventaja las presiones de los poderes fácticos y de algunos de mis enemigos internos sobre los órganos del partido. 
Ahora resulta que los que no se tocaron el corazón para manchar nuestro proceso del pasado 19 de febrero y cometieron todo tipo de tropelías, piden cordura; los victimarios están profundamente ofendidos porque las víctimas están denunciando el agravio, y vuelven con el argumento de los cínicos: "... que la ropa sucia se lava en casa...". ¿Cuál casa? ¿Dónde están los que debieran comportarse como padres, y no hacen sino estar de lado de quienes traficaron inmisericordemente con la pobreza? Claro que hay excepciones extraordinarias en varios municipios entre nuestros dirigentes municipales.
Pero debo ser claro, para que mis adversarios le midan el agua a los camotes. Aunque he vivido una experiencia muy dolorosa, traumática y decepcionante, no estoy afectado en lo personal. Como escribió hace 25 años Pancho Barrio, en medio del mayor fraude electoral que registra la historia de Chihuahua, "mi mente y mi espíritu son libres". No me puede por mí, veo como nunca el horizonte abierto para seguir siendo el que siempre he sido, sin arriar ninguna de mis banderas, ni regresarme un milímetro de mis posiciones. Me puede la gente y la lucha que hemos dado en el PAN durante tres décadas.
No tengo ninguna obsesión personal por ser senador; hace como tres o cuatro meses cuando voté en el CEN en contra de las designaciones, en los hechos estaba tomando la decisión de dejar mi aspiración de ser candidato, incluso yo mismo le propuse a Pancho Barrio que si se la proponían a él, que le entrara; estoy desprovisto de ambición personal. Eso me alivia y me permite luchar con toda fuerza. Pero entre los nuestros, he dicho en mi portal de Facebook que no me pidan que me calle frente a un cochinero de esta dimensión; porque no tengo otro camino para refrendar mi compromiso y lealtad hacia la gente que lo denuncia con todo valor; lo único que no puedo sumar a esto, es mi silencio.
Pienso en muchas cosas cuando decido dar la batalla hasta las últimas consecuencias, pero esencialmente pienso en muchas caras, todas ellas muy jóvenes y con enormes sueños. Pienso en todos los jóvenes que asumieron tareas y responsabilidades en condiciones tan adversas, y los veía a veces tan abrumados frente al dispendio de recursos de nuestros competidores, que lo único que nunca podría hacer es cometerles un doble fraude. Pienso en ellos, en Erik Jurado y en la carta que me mandó por correo electrónico, con su "alma lastimada" que si se las transcribiera aquí, terminarían quizá llorando como me pasó a mí. Pienso en Carlos Ortiz Villegas y la manera en que asumió nuestra precampaña, navegando ahora con las presiones de auténticos mafiosos que están en la Presidencia Municipal de Delicias. Pienso en Raúl Aguilar jr, mi coordinador en Camargo, nervioso ante las cámaras de Tv porque lo impulsé a que se aventara en vivo y en directo. Tengo en mi mente a Luis Álvaro Ocaña siguiéndonos en su carrito para ver en que nos podía ayudar.
Pienso mucho en Bernardo Cerdeira, en Santa Bárbara, el joven secretario particular del Alcalde, que se enfrentó a todo el establishment local y decidió optar por mí, en contra de la preferencia de su propio jefe y del gabinete municipal. Pienso en él, porque así era yo a esa edad. Pienso en muchos jóvenes más, en Alejandra Chavira, en Laura Martínez, en Erika Gutiérrez, en Saúl Mireles, en Ilse Villegas y en todos los mensajitos que me manda recordándome que lo más importante es que "nosotros somos libres".
Pienso en ellos y en muchos más, en la solidaridad de Meny Escobedo, de Samir Zapot, de Pepe Rincón, de Jaime Hernández, de Julio Aragón, de Karla de la Rosa, de Gustavo Ríos, de Vanesa Peña, Ireily Iracheta, en Isaí Valles de Conchos que dio un testimonio fabuloso de integridad cuando le propusieron cambiarse a una acera donde sí había recursos. Pienso en Roberto Ramos Molina, de intransitable honestidad, recogiendo los testimonios de los intelectuales que llamaron a votar por mí el pasado 19 de febrero. Y pienso también, en nuestro joven fotógrafo, Iván Chávez, que capturó todas las imágenes de nuestro recorrido por el estado, y me sobrecoge pensar en la imagen final con que se queda de nosotros. La foto que hoy trae en su cabeza.
¡Que la ropa sucia se lava en casa! La ropa ya no sólo está sucia, está hecha garras, y ni un retazo nos va a quedar de Partido, si seguimos cuidando una imagen que ya no existe como tal, porque nunca como ahora está brutalmente desdibujada. Lo que tenemos que acreditar ante la ciudadanía es que hay un panismo que no se va a prestar jamás, a ser cómplice de estas prácticas de manufactura priísta. Hay que demostrarles a todos estos jóvenes que no es cierto que somos lo mismo que el PRI, que aquí hay mucha gente de bien, que no va a permitir que por la ambición desbordada de unos cuantos, se atropelle la dignidad. Porque es nuestra dignidad de personas lo que está en medio, y al final de cualquier empeño, de cualquier tarea, del paso mismo por la vida, es lo único que nos llevaremos de este mundo.

No hay comentarios: