ISSA LUNA PLA
Acceso a la Información y Protección de Datos IFAI hay razones que no nos deben ser ajenas. ¿Cuáles pueden ser los elementos que el Presidente Calderón consideró para la propuesta que envió al Senado? ¿Quién gana y que nos jugamos en ello?
Seguramente el equipo de presidencia tuvo que elegir entre dos opciones. La materia de la transparencia no es un problema menor cuando se debe dejar una oficina y esperar que los juicios y evaluaciones de su administración se vengan en estampida. La decisión tuvo que ser sopesada en los términos que expongo aquí.
Si el Presidente quisiera pasar a la historia como el demócrata que apoyó al proceso de rendición de cuentas del Estado Mexicano y enfrentó la corrupción, sus resultados deberían hablar por si mismos. En dado caso, se asumiría que practicó con el ejemplo y sus decisiones se fundamentaron en la legalidad.
Como practicante de la tradición de rendición de cuentas y en legado a los mexicanos, debería proponer a un comisionado para el IFAI con credenciales demócratas, con profesionalismo y especialización. Este comisionado entraría al Pleno del órgano colegiado con un pie centrado el liberalismo, dispuesto a abrir información y defender el derecho de los mexicanos a evaluar el trabajo del presidente Calderón.
La segunda opción es que el equipo del presidente considere central para su decisión el conflicto del narcotráfico y sus consecuencias. Ante el cúmulo de críticos que le han enfrentado y que han descalificado su estrategia, y pronosticando que éstos serán más agudos cuando deje Los Pinos, es necesario que se elija a un comisionado al servicio del futuro expresidente.
En México no estamos acostumbrados a pensar en guerra, sus consecuencias, sus costos, la desgracias que deja. Las guerras están tan lejos de nuestra historia reciente que nos cuesta trabajo reconocer una; el conflicto mexicano es uno que difícilmente estamos descifrando en este momento, en parte porque no tenemos los elementos para entenderlo.
Descifrar conflictos y realidades en la guerra sólo se salva con información, documentos, evidencias. Los que estudian las guerras lo saben bien; después del conflicto es justo cuando más información se requiere. Se instalan tribunales especializados para juzgar a los que perpetuaron el conflicto, se montan cuerpos de investigación, se interroga a los actores involucrados con las matanzas y las decisiones estratégicas. Todo esto porque a nadie le es ajeno que durante las guerras las decisiones de los Señores de la Guerra se salen del umbral permitido.
Victor Chernov dijo en 1924, “el efecto esencial de la guerra en la conciencia de los ciudadanos no es otra cosa que la legalización y glorificación de las cosas que en tiempos de paz constituirían un crimen... En la guerra todos los medios son buenos, y los mejores son precisamente aquellos que más son condenados en las relaciones humanas normales”. Nada ha cambiado desde entonces cuando se trata de actuar en conflictos bélicos.
¿Cuántas cosas no sabemos de nuestra “guerra”? ¿Cuánto sabemos sobre las reales condiciones en las que el Presidente Calderón deja nuestro país? ¿Cuáles de sus decisiones pueden ser cuestionadas una vez que deje el gobierno?
El nombramiento del IFAI es estratégico y eso debe quedarnos claro. Bajo estas circunstancias, el nuevo comisionado del IFAI tendría la misión del cadenero que obstaculiza el conocimiento de los hechos del pasado, el que violentará nuestro derecho a la verdad. Será este consejero el que proteja la información, los documentos y la evidencia de la guerra contra el narcotráfico.
Dos caminos son los que nuestros Senadores deben advertir, el de la rendición de cuentas y el fortalecimiento democrático, o el del secreto y el totalitarismo.
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