Oiga usted. Sí, usted, ciudadano y consumidor mexicano. Quizás no esté al tanto de lo que acaba de suceder en el Senado de la República, y que afecta de mala manera a millones de personas. Quizás sólo sepa que en los últimos días quedó congelada la reforma a la Ley de Instituciones de Crédito cuyo objetivo -supuestamente- era “frenar los abusos” que cometen los bancos y fomentar la competencia en el sector financiero. Quizás piense que no se aprobó debido al berrinche de los diputados que se opusieron a la iniciativa enviada por los senadores. Pero hay una razón mucho más importante y mucho más perversa. La reforma no prosperó porque Ricardo Salinas Pliego y su cabildero en el Senado -el senador Jorge Mendoza- buscaron manipularla. La reforma fue pospuesta porque corría en contra de los intereses de Banco Azteca y, por ende, de TV Azteca. La reforma fracasó porque quien controla la pantalla de televisión puede controlar los vericuetos del proceso legislativo. Si antes de la reforma electoral las televisoras se habían vuelto una pistola en la sien de la clase política, ahora se han convertido en metralleta.
Sí, una metralleta que usan para acribillar a sus adversarios, intimidar a sus críticos, someter senadores, cancelar carreras políticas. El jueves pasado, en el noticiero Hechos de Javier Alatorre el nuevo blanco fue Jorge Estefan Chidiac, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados. Aquí le presento frases selectas de lo que se dijo: “Se cae la propuesta de reformas en defensa de los usuarios de servicios bancarios”. “Para los usuarios de la banca esta Navidad será muy amarga, tal vez la peor y es que cuando por fin los diputados y los senadores habían aprobado reformas que lo protegían a usted en contra de los abusos de algunos bancos, hoy todo, absolutamente todo se vino abajo”. “Y todo gracias a este legislador (…) del PRI (…) que impidió que sus compañeros de partido (…) cumplieran con el trámite y desahogaran el paquete de reformas”. “Jorge Estefan Chidiac lo condenó a usted, a su familia y a su bolsillo a seguir siendo víctima de los abusos de muchos bancos”.
La manipulación de TV Azteca no es novedosa, pero no por ello deja de ser espeluznante. Lincha a un legislador, y tergiversa la información para que usted crea que Chidiac frenó la iniciativa más fantástica sobre la faz del planeta. Pero la realidad es muy distinta: Chidiac y los diputados intervinieron cuando se dieron cuenta de lo que el Senado quería hacer; de lo que Salinas Pliego fue capaz de obtener; aquello que los senadores estaban a punto de sacrificar con tal de congraciarse con él. Porque entre muchas cosas buenas que usted -lector o lectora- debe aplaudir, la iniciativa ahora congelada contenía un elemento muy nocivo que lo afecta. El proyecto de ley que TV Azteca tanto aplaudía colocaba una serie de candados sobre los llamados “corresponsales bancarios” para limitar su expansión. La propuesta que TV Azteca tanto alababa hacía más difícil que empresas como Wal-Mart, Banca Coppel, Famsa y Compartamos pudieran ofrecer servicios bancarios en lugares donde los bancos establecidos no tienen sucursales. La reforma que TV Azteca tanto presumía frenaba la competencia para instituciones como Banco Azteca y otros bancos dominantes. De haberse aprobado, usted se hubiera visto obligado a conformarse con la estructura bancaria existente: oligopolizada, concentrada, abusiva precisamente porque le falta competencia.
Quizás usted se preguntará por qué no sólo los senadores sino también muchos comentaristas financieros han adoptado una posición similar a la de TV Azteca y Ricardo Salinas Pliego. Yo le pediría que hiciera un ejercicio muy revelador: que comparara las columnas escritas sobre este tema por los 10 columnistas financieros más influyentes del país durante los últimos días. Allí se encontrará usted con un fenómeno preocupante: párrafos enteros que se repiten, casi palabra por palabra. Párrafos idénticos donde se critica la propuesta de los “corresponsales bancarios”, donde se denuesta a Agustín Carstens, donde se cuestiona a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, donde se embiste a la Comisión Federal de Competencia, donde se dice que actúan para “promover a Wal-Mart”. Párrafos que revelan a columnistas copiando y diseminando los mismos argumentos que machaca TV Azteca, noche tras noche. Párrafos que ponen en tela de juicio la integridad editorial, la independencia periodística, el profesionalismo que usted tiene derecho a exigir.
Le pediría que recordara la forma en la cual fue aprobada la llamada “Ley Televisa”. El poder de chantaje que ese proceso evidenció. La capacidad de sometimiento legislativo a los intereses de las televisoras que ese episodio reveló. Pues usted está presenciando algo similar en la negociación de la ley que regula el comportamiento de los bancos. El mismo poder de veto, la misma capacidad de presión, la misma postura de los oligopolios que buscan preservar el modelo existente. El problema es que ese modelo -que TV Azteca defiende- no lo beneficia a usted. A usted le convendría un modelo de servicios financieros donde los bancos cobraran poco a muchos en vez de cobrar mucho a pocos, como ocurre hoy. A usted le ayudaría hacer depósitos y pagar servicios en “corresponsales bancarios”, en lugar de verse limitado a hacerlo en las sucursales de los grandes bancos, como ocurre hoy. A usted le favorecería tener muchas opciones, en vez de unas cuantas. Porque los mercados concentrados generan operadores abusivos, como usted bien lo sabe cada vez que paga una comisión relacionada con su cuenta.
La Cámara de Diputados entendió el veto que Ricardo Salinas Pliego intentaba imponer, y logró obstaculizarlo temporalmente. Pero la iniciativa será retomada en febrero y las presiones para doblegar a los diputados no se harán esperar. Peor aún: arranca la temporada electoral y de cara a la elección intermedia del 2009, muchos buscarán protegerse de la ráfagas de un arma letal. Mimetizarán a Manlio Fabio Beltrones que, en aras de quedar bien, promete prorrogar concesiones a perpetuidad. Imitarán a Enrique Peña Nieto que, en busca de la candidatura presidencial, paga sumas multimillonarias para aparecer en la pantalla. Emularán a Marcelo Ebrard que, para posicionarse electoralmente, hornea galletas y canaliza el 90 por ciento de los recursos de comunicación del gobierno del Distrito Federal a la televisión. Nadie quiere ser el siguiente Santiago Creel, el próximo Jorge Estefan Chidiac, el nuevo blanco de una metralleta que obliga a personas como usted a vivir en un país tan mal gobernado.
Sí, una metralleta que usan para acribillar a sus adversarios, intimidar a sus críticos, someter senadores, cancelar carreras políticas. El jueves pasado, en el noticiero Hechos de Javier Alatorre el nuevo blanco fue Jorge Estefan Chidiac, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados. Aquí le presento frases selectas de lo que se dijo: “Se cae la propuesta de reformas en defensa de los usuarios de servicios bancarios”. “Para los usuarios de la banca esta Navidad será muy amarga, tal vez la peor y es que cuando por fin los diputados y los senadores habían aprobado reformas que lo protegían a usted en contra de los abusos de algunos bancos, hoy todo, absolutamente todo se vino abajo”. “Y todo gracias a este legislador (…) del PRI (…) que impidió que sus compañeros de partido (…) cumplieran con el trámite y desahogaran el paquete de reformas”. “Jorge Estefan Chidiac lo condenó a usted, a su familia y a su bolsillo a seguir siendo víctima de los abusos de muchos bancos”.
La manipulación de TV Azteca no es novedosa, pero no por ello deja de ser espeluznante. Lincha a un legislador, y tergiversa la información para que usted crea que Chidiac frenó la iniciativa más fantástica sobre la faz del planeta. Pero la realidad es muy distinta: Chidiac y los diputados intervinieron cuando se dieron cuenta de lo que el Senado quería hacer; de lo que Salinas Pliego fue capaz de obtener; aquello que los senadores estaban a punto de sacrificar con tal de congraciarse con él. Porque entre muchas cosas buenas que usted -lector o lectora- debe aplaudir, la iniciativa ahora congelada contenía un elemento muy nocivo que lo afecta. El proyecto de ley que TV Azteca tanto aplaudía colocaba una serie de candados sobre los llamados “corresponsales bancarios” para limitar su expansión. La propuesta que TV Azteca tanto alababa hacía más difícil que empresas como Wal-Mart, Banca Coppel, Famsa y Compartamos pudieran ofrecer servicios bancarios en lugares donde los bancos establecidos no tienen sucursales. La reforma que TV Azteca tanto presumía frenaba la competencia para instituciones como Banco Azteca y otros bancos dominantes. De haberse aprobado, usted se hubiera visto obligado a conformarse con la estructura bancaria existente: oligopolizada, concentrada, abusiva precisamente porque le falta competencia.
Quizás usted se preguntará por qué no sólo los senadores sino también muchos comentaristas financieros han adoptado una posición similar a la de TV Azteca y Ricardo Salinas Pliego. Yo le pediría que hiciera un ejercicio muy revelador: que comparara las columnas escritas sobre este tema por los 10 columnistas financieros más influyentes del país durante los últimos días. Allí se encontrará usted con un fenómeno preocupante: párrafos enteros que se repiten, casi palabra por palabra. Párrafos idénticos donde se critica la propuesta de los “corresponsales bancarios”, donde se denuesta a Agustín Carstens, donde se cuestiona a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, donde se embiste a la Comisión Federal de Competencia, donde se dice que actúan para “promover a Wal-Mart”. Párrafos que revelan a columnistas copiando y diseminando los mismos argumentos que machaca TV Azteca, noche tras noche. Párrafos que ponen en tela de juicio la integridad editorial, la independencia periodística, el profesionalismo que usted tiene derecho a exigir.
Le pediría que recordara la forma en la cual fue aprobada la llamada “Ley Televisa”. El poder de chantaje que ese proceso evidenció. La capacidad de sometimiento legislativo a los intereses de las televisoras que ese episodio reveló. Pues usted está presenciando algo similar en la negociación de la ley que regula el comportamiento de los bancos. El mismo poder de veto, la misma capacidad de presión, la misma postura de los oligopolios que buscan preservar el modelo existente. El problema es que ese modelo -que TV Azteca defiende- no lo beneficia a usted. A usted le convendría un modelo de servicios financieros donde los bancos cobraran poco a muchos en vez de cobrar mucho a pocos, como ocurre hoy. A usted le ayudaría hacer depósitos y pagar servicios en “corresponsales bancarios”, en lugar de verse limitado a hacerlo en las sucursales de los grandes bancos, como ocurre hoy. A usted le favorecería tener muchas opciones, en vez de unas cuantas. Porque los mercados concentrados generan operadores abusivos, como usted bien lo sabe cada vez que paga una comisión relacionada con su cuenta.
La Cámara de Diputados entendió el veto que Ricardo Salinas Pliego intentaba imponer, y logró obstaculizarlo temporalmente. Pero la iniciativa será retomada en febrero y las presiones para doblegar a los diputados no se harán esperar. Peor aún: arranca la temporada electoral y de cara a la elección intermedia del 2009, muchos buscarán protegerse de la ráfagas de un arma letal. Mimetizarán a Manlio Fabio Beltrones que, en aras de quedar bien, promete prorrogar concesiones a perpetuidad. Imitarán a Enrique Peña Nieto que, en busca de la candidatura presidencial, paga sumas multimillonarias para aparecer en la pantalla. Emularán a Marcelo Ebrard que, para posicionarse electoralmente, hornea galletas y canaliza el 90 por ciento de los recursos de comunicación del gobierno del Distrito Federal a la televisión. Nadie quiere ser el siguiente Santiago Creel, el próximo Jorge Estefan Chidiac, el nuevo blanco de una metralleta que obliga a personas como usted a vivir en un país tan mal gobernado.
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