JAVIER CORRAL JURADO
En la hora precisa de su responsabilidad, el Senado se aboca al análisis y discusión de la reforma de las telecomunicaciones, la radiodifusión y la competencia económica. He llamado a mis compañeros de bancada a respaldar los contenidos esenciales de la minuta, a preservar el modelo que propone a partir de un órgano constitucional autónomo y a robustecer algunas disposiciones que mejorarían la obra legislativa, sobre todo para cumplir uno de los objetivos que desde el PAN se le ofreció a los órganos directivos, a los militantes y a nuestros simpatizantes: combatir el monopolio de la opinión pública a manos del duopolio de la televisión, objetivo en el que la reforma entrega cuentas mochas.
Conozco las negociaciones, los múltiples borradores y las presiones que terminaron desequilibrando en favor de la televisión la reforma. Aún no se había firmado el pacto, cuando en la madrugada del 2 de diciembre los negociadores dieron la primera doblada y se cayó uno de los tres temas cruciales: la gratuidad absoluta del must carry y must offer. Aunque nos ofrecieron corregir, nunca más lo pudieron hacer, Televisa no le autorizó al presidente Peña Nieto el paso fundamental de la competencia plena, por más que Emilio Azcárraga le diera la “bienvenida” en su cuenta de Twitter.
Celebro lo avanzado, porque ver plasmados en la Constitución ideales por los que uno ha luchado tanto tiempo, es muy satisfactorio; pero atempero la magnificación y deploro el engaño con el que se ofrecen o traducen efectos que no provendrán al menos de algunas redacciones de esta reforma, quizá lo logremos en la legislación secundaria, pero no me hago ilusiones: lo que en esta reforma constitucional y en su articulado transitorio no quede debidamente mandatado, será muy difícil incorporarlo. Bajo el requisito de la simple mayoría, los negociantes de la política hacen su agosto. Es penoso decirlo así, pero es una realidad.
Se pide al Senado respaldar la minuta y aprobarla en sus términos, para que los avances no se caigan y no volvamos al escenario de no tener nada. Es una lógica impecable sobre todo viniendo de quienes hemos acumulado tantas frustraciones; ya tenemos derecho a ver una, convencidos de que a partir de ésta podemos desatar otras después.
Suscribo la premisa anterior, pero en mi caso estoy convencido de que el Senado debe realizar cambios necesarios a la minuta, y que debemos hacer ese esfuerzo sin que se arriesgue la reforma o que por este motivo se pretenda diferir la aprobación en el actual periodo. Esto se vuelve imperativo sobre todo ahora que en su paso por San Lázaro la iniciativa tuvo modificaciones regresivas y contrarias a los objetivos del Pacto por México. Estamos ante un triple reto: defender y sacar adelante la reforma con sus ejes, revertir los inadmisibles cambios de los diputados y adicionar definiciones necesarias. Una versión corregida y aumentada. ¿Es posible sin dar pretexto a quienes buscan? Pienso que sí. Por la viabilidad misma del mecanismo del Pacto por México, por decoro y por dignidad de la Cámara de Senadores.
Reconociendo el consenso en torno de la reforma, propongo que el Senado asuma una lógica de precisión técnica para solidificarla.
Apunto por ahora las necesarias correcciones: (1) mantener la redacción original en la propiedad cruzada de medios, porque la nueva y enredosa redacción hace ineficaz esta importantísima medida del artículo 28 de la constitución. (2) Debe eliminarse la opinión de la SCT en materia de concesionamiento y (3) la opinión de la autoridad hacendaria para fijar las contraprestaciones para el pago de las concesiones. (4) Debe corregirse la mal intencionada redacción de sancionar con la revocación para los agentes dominantes que se “beneficien directa o indirectamente de la regla de gratuidad del must offer”, lo que debe sancionarse son los actos de simulación. (5) El porcentaje de cobertura de las señales satelitales debe ser a partir del 30% del territorio nacional y no del 50%. (6) Las contraprestaciones deben ser obligatorias y no “en su caso”, como lo modificaron para la multiprogramación y los servicios adicionales de telecomunicaciones.
(7) El Plan Nacional de Espectro no puede ser facultad del Ejecutivo, debe ser del Ifetel pues en el artículo 28 se otorga plena autonomía al órgano en esta materia; (8) No sólo se debe licitar el espectro, sino las redes de telecomunicaciones y enlaces vía satélite. Se trata de un evidente error, sólo hay que revisar la actual legislación. (9) Dentro del Plan Nacional de Espectro debe quedar claro el mandato para disminuir la separación entre estaciones de radio y televisión, y no para “reorganizar” como quedó en la minuta; (10) La palabra audiencia debe estar en el artículo 28 de la Constitución y no en un transitorio, y a este criterio debe sumársele el de ingresos publicitarios y prestación de servicios de telecomunicaciones.
*El Universal 09-04-13
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