Lo histórico de la más reciente jornada electoral de Estados Unidos no es solamente la victoria de Barack Obama, sino sobre todo la reconfiguración del perfil del electorado. El cambio del color de la piel del próximo presidente es apenas el síntoma de una transformación más profunda en el país vecino. Estados Unidos ha dejado de ser un país de blancos anglosajones y se está convirtiendo en una nación en la que las "minorías" negras, latinas, asiáticas, católicas y musulmanas se vuelven la mayoría. Para 2006, 12.2% de la población estadunidense pertenecía a la raza "negra", 14.8% al segmento "latino" y 4.3% al "asiático". Sin embargo, tales alineaciones raciales están cambiando a un paso muy acelerado. De acuerdo con el censo norteamericano, entre 1980 y 2006 la población latina aumentó 203.4%, la asiática 275.9%, mientras que la población negra creció 44.7%. Estos ritmos de crecimiento contrastan con el número de blancos, que únicamente aumentó 27.3% durante el mismo período. Así mismo, datos del Pew Hispanic Center proyectan que la población latina, y particularmente el grupo hegemónico mexicano, se triplicará entre hoy y el año 2050. El resultado será que en ese año los blancos se convertirán en una minoría más para representar apenas 47% de la población, y las personas de etnicidad latinoamericana se convertirán en la segunda minoría al representar 29% de la población total. Obama ganó la elección presidencial principalmente por el apoyo tanto de estos grupos étnicos como de los jóvenes. Las encuestas de salida revelan que conquistó dos de cada tres votos latinos, casi todo el voto de los afroamericanos y 67% del voto de los jóvenes menores de 30 años. Así mismo, 75% de las personas que votaron por primera vez apoyaron a Obama.Uno de los problemas centrales con la democracia estadunidense había sido el conservadurismo generalizado de su población. En México contamos con una saludable tradición de movilización popular y un gran legado de defensa de la igualdad y los derechos sociales emanada de la Revolución Mexicana. En contraste, en Estados Unidos la tradición política predominante había sido el elitismo y la exclusión heredados de los colonizadores terratenientes y esclavistas que encabezaron la guerra de la Independencia en el siglo XVIII. Así mismo, esta veta conservadora ha sido hábilmente explotada por los medios de comunicación. Los principales canales de televisión en Estados Unidos sistemáticamente atizan el miedo de la población y fortalecen los estereotipos de las "minorías" raciales y étnicas. Sin embargo, hoy esta lógica colonizadora está siendo reemplazada con una nueva lógica de la lucha solidaria desde abajo, procedente de las "minorías" que persiguen la justicia, la igualdad y la dignidad. Algunos expertos en la materia, como el doctor Jack Fong, de la California State Polytechnic University, incluso han empezado a hablar de una nueva conciencia minoricana basada en la visión y la experiencia histórica de estos grupos étnicos. Esta conciencia de las minorías estaría destinada a reemplazar a la conciencia "americana" heredada de los primeros colonizadores (habría que recordar que la palabra "américa" viene del primer nombre de Amerigo Vespucio, colonizador italiano contemporáneo de Cristóbal Colón). En consecuencia, a partir de la victoria de Obama podríamos empezar a hablar de los Estados Unidos Minoricanos en lugar de los Estados Unidos de América.No sabemos qué tipo de políticas vaya a implementar Obama al llegar a la presidencia. Ha recibido grandes cantidades de dinero de los capitanes de la economía estadunidense, así como la bendición de Wall Street. Como Vicente Fox, podría resultar una gran decepción para muchos de sus seguidores que esperan una transformación integral tanto del proyecto de nación como de la proyección internacional de Estados Unidos.Sin embargo, el gobierno de Obama también podría implementar cambios estratégicos que impliquen un verdadero cambio de rumbo para el país. Desde hace casi dos siglos, aproximadamente cada 30 años ha habido un cambio estructural en la configuración de las fuerzas políticas y sociales en Estados Unidos. En el siglo XIX, Andrew Jackson, Abraham Lincoln y William Jennings Bryan encabezaron transformaciones históricas. En el siglo XX, Franklin Delano Roosevelt (FDR) fue el presidente del New Deal que priorizó las obras públicas, la regulación económica y la tutela de los derechos sociales. El pacto social inaugurado por Roosevelt perduró hasta la llegada de Ronald Reagan a la presidencia en 1980, quien repudió tajantemente el legado de FDR. "El gobierno no es la solución a nuestros problemas, sino es el problema", declaró Reagan en su toma de posesión. Su llegada a la Casa Blanca implicó el inicio del neoliberalismo en Estados Unidos y en el resto del mundo, así como la abdicación de la responsabilidad gubernamental por proteger y cuidar a los ciudadanos. Hoy, sin embargo, el péndulo ha regresado y se abre la posibilidad de un cambio histórico en sentido contrario al neoliberalismo. Si Obama tiene la astucia y la habilidad para jugar sus cartas en este momento de crisis y transformación, bien podría llegar a ser un presidente mucho más importante incluso de lo que fue John F. Kennedy. La llegada de Kennedy a la presidencia implicó un gran logro por su juventud, su origen católico y su mensaje de esperanza. Sin embargo, sus logros gubernamentales fueron menores. En contraste, el contexto histórico actual pone el escenario para que Obama pueda implementar transformaciones fundamentales en el modelo económico, el sistema de protección social y la proyección internacional de Estados Unidos. Por el bien de los estadunidenses y de los ciudadanos en todo el mundo, esperemos que este sueño se haga realidad.
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