El evidente triunfo del Partido Popular en las recientes elecciones en España, por supuesto que no me gustó nada. La inclinación hacia la derecha ha sido notable y al mismo tiempo el fracaso del Partido Socialista Obrero Español, mejor conocido como el PSOE. El problema está en encontrar las causas. Y curiosamente llego a la conclusión de que la crisis económica, que no está provocada por los trabajadores sino por el sector empresarial, los electores la han atribuido al gobierno de Rodríguez Zapatero, quien seguramente no ha actuado de la mejor manera en el campo económico, pero difícilmente se le puede atribuir la culpa de este regreso de una derecha personificada por ese personaje tan nefasto como Rajoy, digno sucesor de Aznar y tan desagradable como él. Lo que llama la atención es que el PSOE se ha enfrentado con los sindicatos democráticos, especialmente con la Unión General de Trabajadores, de línea socialista, y Comisiones Obreras, más inclinada al comunismo. Y todo esto sucede cuando uno de los temas de actualidad en España es el futuro del Valle de los Caídos, donde se encuentran los restos de Franco, pero también de miles de republicanos fusilados por el franquismo. Desde aquí no se acaban de entender las cosas, aunque sí algunas. El proceso contra el juez Baltasar Garzón motivado por su decisión de rescatar los restos de los republicanos que murieron durante la Guerra Civil, ha puesto de manifiesto que la justicia española también se inclina a la derecha, lo que es verdaderamente lamentable. Se habla de los movimientos de los jóvenes españoles, que han llenado la Puerta del Sol en Madrid y, supongo, también la Plaza de Cataluña, en Barcelona, pero de las noticias no se infiere fácilmente en contra de quién son esos movimientos que tienen un aire económico, integrados los grupos por jóvenes que carecen de empleo, que es uno de los problemas más serios que enfrenta España donde se duda que los universitarios tengan la certeza de su oportuna ubicación en un puesto de trabajo. Da la impresión de que la Unión Europea no está alcanzando los fines para los que fue fundada. Hace unos días leía un trabajo de un autor mexicano que compara nuestro famoso TLC con aquella Unión y del que tampoco se puede decir que ha servido para resolver nuestros problemas económicos. Entre nuestros problemas más graves, narcotráfico aparte, se encuentra la paralización de Mexicana de Aviación, que ahora está poniendo de manifiesto su pérfida intención de utilizar los fondos de un fideicomiso creado para garantizar las pensiones de los jubilados, destinando los fondos que guarda una institución de crédito hacia la capitalización de la empresa, tal como al parecer lo exigen los posibles compradores. Sin la menor duda, las autoridades. No somos ajenos a las manifestaciones de inconformidad con el actuar del gobierno que ha encabezado en México Javier Sicilia. La marcha desde Cuernavaca, uno de los centros en los que la delincuencia se mueve con más facilidades, pone de manifiesto inconformidades sociales que nos deberían alertar. A mí lo que me sorprende es que en la frontera con Estados Unidos, por parte de ellos hay un riguroso control aduanero, en tanto que de allá para acá los automóviles pasan sin revisión alguna. Ya se pueden imaginar las armas que pueden trasladar sin que nuestros gentiles aduaneros se tomen la menor molestia para evitarlo. Acabo de estar en Tijuana y he comprobado por mí mismo esa conducta. En España aún deben celebrarse elecciones que, si saben hacerlo, podrán romper con esa mayoría derechista. Entre nosotros se harán también elecciones pero las alternativas no dejan espacio para el optimismo.
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