lunes, 30 de mayo de 2011

MÉXICO NECESITA EJERCER LA FUERZA MORAL DE SU MEMORIA HISTÓRICA

HERMILIO LÓPEZ BASSOLS


Así inició Humberto Hernández Haddad su intervención en el homenaje a don Venustiano Carranza y a los "Embajadores del Constitucionalismo" que se celebró en el Museo Casa Venustiano Carranza. El exdiputado y senador de la República se refirió a la llamada "Doctrina Carranza", enunciada por el propio "Varón de Cuatro Ciénegas" en su mensaje al Congreso del 1° de septiembre de 1918 y que a la letra dice: "Las ideas directrices de la política internacional son pocas, claras y sencillas. Se reducen a proclamar que todos los países son iguales; que deben respetar mutua y escrupulosamente sus instituciones, sus leyes y su soberanía; que ningún país debe intervenir en ninguna forma y por ningún motivo en los asuntos interiores del otro... Que ningún individuo debe pretender una situación mejor que la de sus conciudadanos de país a donde va a establecerse, ni hacer de su calidad de extranjero un título de protección o de privilegio... nacionales y extranjeros deben ser iguales frente a la soberanía del país en que se encuentran... De este conjunto de principios resulta modificado profundamente el concepto actual de la diplomacia".
Hernández Haddad recordó que José María Maytorena, gobernador de Sonora, comisionó a Isidro Fabela para recibir a Carranza en Hermosillo y que en ese acto el mexiquense le dijo "no vine a servir al Estado... sino a la Revolución. Fabela se encargó de las actividades diplomáticas del constitucionalismo, como oficial mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores, encargado del despacho.
En la brillante pieza oratoria se analizaron los dos puntos principales de la doctrina, el desconocimiento oficial de la Doctrina Monroe y el postulado relativo a la igualdad entre mexicanos y extranjeros. Carranza y sus diplomáticos como Cándido Aguilar, Luis Cabrera, Aguirre Berlanga e Isidro Fabela, tuvieron que enfrentarse a un complicado entorno internacional como era la ocupación militar estadunidense de Tampico y Veracruz, la protección de los yacimientos petroleros en el Golfo, el reconocimiento del Gobierno de Wilson, el caso Benton. Profundo análisis histórico realizó el destacado internacionalista, cuya última parte conviene reproducir para que encuentre eco en la juventud de hoy:
"Pero lo que más honraría a Venustiano Carranza en estos difíciles momentos de intranquilidad nacional es renovar el compromiso de todos los mexicanos con la legalidad y la justicia. La Doctrina Carranza sirve en pleno siglo XXI para recordarnos que no somos una nación de bandidos. Somos un país que ha sabido salir victorioso de pruebas más difíciles que las que ahora enfrentamos, con la escalada de criminalidad y violencia que ha construido con las trampas de la geopolítica del comercio internacional de las drogas, el tráfico de armas, así como la acechanza subrepticia para tomar el control de los yacimientos petroleros, la petroquímica, la minería, los ferrocarriles, los puertos y el sistema bancario nacional.
En esta dura prueba que hoy vivimos, debe surgir un México más justo y más unido, al amparo de la Constitución y con el escudo del Derecho Internacional. La seguridad internacional colectiva no puede fundarse en un presunto acceso a la justicia ejecutando asesinatos extrajudiciales, que derogan la existencia del Derecho Penal Internacional, ignoran el andamiaje jurídico del sistema multilateral de las relaciones internacionales instaurado para preservar la seguridad mundial, ya que al aplicar sanciones sin sujeción al debido proceso legal, anula las funciones judiciales y la razón misma de existir, esencialmente civilizatoria, de los tribunales internacionales".
Concluyó el distinguido político tabasqueño, "hoy, la volatilidad internacional y los riesgos de conflictos regionales, no deben intimidarnos. México decidirá ante cada reto con apego a la voluntad nacional y a sus valores históricos.

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