miércoles, 25 de mayo de 2011

PARTIDOS CEBADOS

JORGE ALCOCER VILLANUEVA


En México, como en otros países democráticos, los partidos políticos no pueden gastar en campañas electorales lo que les venga en gana. Deben respetar un "tope" que determina la ley y calcula la autoridad electoral. Por ejemplo, si la elección presidencial venidera tuviese lugar en este año, el gasto máximo, por partido-candidato, sería de 320 millones de pesos.
En la más reciente reforma electoral federal se decidió bajar el financiamiento público para campañas partidistas, en 70% en elecciones intermedias, y en el año de la elección presidencial a la mitad. El motivo de tan drástico ajuste fue que los partidos ya no pueden comprar tiempo en televisión y radio.
En los estados el ajuste al financiamiento público de partidos y campañas fue instrumentado con diferentes criterios. Hay casos extremos que impiden establecer un promedio. Uno de ellos es el Estado de México (Edomex).
Conforme al Código Electoral del Edomex el tope de gasto de campaña para gobernador -por candidato- es de casi 204 millones de pesos, suma que equivale al 63.7% de lo que cada candidato podría gastar si la elección presidencial fuese este año. En el padrón electoral de ese estado hay 10.6 millones de ciudadanos, que equivalen al 13% del total nacional. El gasto de campaña presidencial sería, por partido, de 3.89 pesos por elector, en 90 días. En el Edomex será de 19.28 pesos, en 45 días de campaña.
Mientras que, como apunté antes, el Congreso de la Unión redujo el financiamiento público para campañas federales a los partidos, en el Edomex se les otorga, para tal fin, el ¡180%! de su financiamiento ordinario anual; en este año los partidos recibirán en ese estado, sumados todos los conceptos de financiamiento público local, 698 millones de pesos. Por partido los datos son: al PAN, 156.7 millones; al PRI, 186.3; al PRD, 116.1; al PT, 53 millones; al Verde, 48.3; a Convergencia, 53, y al Panal, 84.6 millones de pesos.
La generosidad del erario mexiquense para con los partidos políticos incluye haberles otorgado, en conjunto, 21.6 millones de pesos para la "organización de sus procesos internos de selección de candidatos en 2011"; pero el gran pastel a repartir son los 240 millones para sus gastos ordinarios de 2011; más 432 millones para la campaña de gobernador, y de pilón, 4.8 millones para "actividades especificas".
Si en el Edomex se hubiese adoptado el modelo de la reforma federal de 2007, el tope de gasto de campaña para gobernador hubiese sido de 41 millones de pesos, no de 204 millones, y el financiamiento público para campaña a los partidos de 120 millones, no de 432. En 2005, cuando era legal que los partidos gastaran en televisión y radio, el tope de gasto de campaña para gobernador en el Edomex fue de 217 millones de pesos, para un periodo de más de seis meses. Ahora, la campaña para gobernador dura 45 días, y podrán gastar casi lo mismo. ¿En qué?
En el caso en que Eruviel, Encinas y Bravo Mena alcancen el tope de gasto autorizado, esa elección romperá récords, nacionales e internacionales. Significará un despilfarro, legalmente autorizado y además pagado con dinero de los ciudadanos, de 612 millones de pesos, que, groso modo, equivalen a 52 millones de dólares. Pregunto a los tres candidatos qué opinan y harán al respecto. Las coaliciones encabezadas por el PRI y el PRD disponen de más dinero público del que pueden gastar; más lo que obtengan de financiamiento privado. Al PAN le faltan 47 millones de pesos para gastar hasta el tope.
En el Edomex el gobierno estatal, a través del Instituto Electoral local, ceba con dinero legal a los partidos, a todos. Ninguno se queja; todos cobran, todos callan. El negocio es de las burocracias partidistas locales, con cargo a los contribuyentes. No es un asunto de fiscalización del gasto de los partidos o de los candidatos, que nadie hará, sino de tener y expresar vergüenza e indignación ante los excesos a los que han llegado los partidos, gobierno y Congreso locales, y también, por su silencio, los candidatos.
Soy partidario de que los partidos tengan como principal fuente de financiamiento el erario, más nunca imaginé que podría llegarse a los extremos de corrupción y despilfarro legalizados, como los que estamos viendo en el Estado de México.
Cabe preguntar si estamos ante el anuncio de lo que veremos en 2012.

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