JESÚS CANTÚ ESCALANTE
Todo indica que la coalición Compromiso por México logró ganar la Presidencia de la República pero no alcanzar la mayoría en el Congreso de la Unión, con lo cual se mantendrán, al menos por otros seis años, los gobiernos divididos que se inauguraron en las elecciones intermedias de 1997, aunque los legisladores del Panal podrían hacer mayoría junto con los del PRI y del PVEM.
Durante las últimas dos elecciones presidenciales hemos visto que el partido o la coalición que gana recibe en las contiendas legislativas menos votos que su candidato a la Presidencia; pero incluso si los dos partidos que conforman la coalición Compromiso por México (PRI y PVEM) obtienen el mismo porcentaje de sufragios que su abanderado presidencial no será suficiente para lograr la mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado de la República.
Para tener la mayoría en el Senado se requieren 65 senadores, mientras que en la Cámara de Diputados el número correspondiente es de 251 legisladores. En el caso de la Cámara de Senadores poco tiene que ver el porcentaje de votación, mientras que en la Cámara Baja la combinación buscada es de 167 diputaciones de mayoría relativa y una votación de 42.2%, con lo cual en automático se transforma en 251 curules, por la sobrerrepresentación permitida de 8 puntos porcentuales.
En el caso del Senado, en esta ocasión y tras la debacle del 2006, el PRI logrará ser primera o segunda fuerza política en todas las entidades de la república, con lo cual conseguirá en automático colocar, al menos, a un representante de cada entidad federativa, más unos 12 senadores que le corresponderían de la lista nacional si obtiene exactamente el mismo porcentaje de votos que su abanderado presidencial. Así, la combinación que el PRI requiere para tener mayoría sin depender de ninguna otra fuerza política es ganar en 21 entidades y ser segunda fuerza en las otras 11, con lo cual aseguraría 65 senadores.
Aunque los números se pueden modificar, pues el PREP mostraba los resultados de poco más de 40% de las casillas, el PRI iba adelante en nueve de las 22 entidades en las que participó solo, mientras ganaba en siete de las 10 en las que participó en coalición con el PVEM. En un par de estados en los que perdía, los números estaban muy cerrados, así que se puede esperar que cuando mucho gane en 18, menos de los 21 que requiere.
En cuanto a la Cámara de Diputados, allí el problema es todavía mayor, pues no parece posible que alcancen el 42.2% de la votación entre los dos partidos, como tampoco los 167 diputados de mayoría relativa, pues hasta las 2:00 de la mañana del lunes en el PREP iban adelante en 159.
De modo que, de acuerdo con los números que se proyectaban en el Programa de Resultados Electorales Preliminares en las primeras horas del lunes, Enrique Peña Nieto tendrá que gobernar con un Congreso con mayoría de la oposición. Todo indica que el Partido Nueva Alianza, de Elba Esther Gordillo, quien seguramente mantiene su alianza estratégica con Peña Nieto, alcanzará entre cinco y ocho diputados y un senador, con lo cual eventualmente puede ser el factor que permita a la coalición del PRI y el PVEM alcanzar la mayoría en las dos cámaras o en alguna de ellas para ciertos propósitos.
Los números del PREP indican, por otra parte, que Peña Nieto en realidad no le aportó muchos votos al tricolor o a la coalición, pues su porcentaje es muy similar al que muestran los candidatos a diputados y senadores de dichos partidos, lo cual significa que fue en realidad la estructura partidista o de los gobernadores la que permitió ganar la Presidencia de la República.
Entre los estados gobernados por priistas que no rendían muy buenas cuentas en lo relativo al porcentaje de votos que obtuvieron los candidatos de su partido, destacaban Nuevo León y Tamaulipas, donde iban abajo en todas las elecciones. Hay otros, como San Luis Potosí y Yucatán, actualmente gobernados por priistas, que tampoco presentaban números favorables para el Senado, aunque esto podría cambiar cuando empiecen a llegar los resultados de las casillas más alejadas de las sedes distritales.
En ambas cámaras el PRD será la segunda fuerza electoral, con poco más del 29% de los votos, y el PAN la tercera, con unos dos puntos porcentuales menos. Por otra parte, para la distribución de las curules habrá que eliminar a poco más del 4% de los votantes que decidieron anular sus votos o votar por candidatos no registrados.
Así que lo más probable es que la coalición Compromiso por México logre poco más de 40%; la coalición Movimiento Progresista, 29%; el PAN, 27%, y el resto sería para el Panal.
En suma, los priistas se quedaron cerca de conseguir las tan ansiadas mayorías en el Congreso, en virtud de que para ello les faltarán entre dos y tres senadores y como una media docena de diputados.
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