jueves, 5 de febrero de 2009

EL CONTRAATAQUE TELEVISIVO

EMILIO RABASA GAMBOA

Las cadenas televisivas, TV Azteca y Televisa, interpretaron la reforma electoral aprobada por el Congreso de la Unión como una declaración de beligerancia entre ellas y el Estado mexicano, y ahora montaron un contraataque utilizando los spots de los partidos y del IFE.
El ciudadano no es imbécil; bien sabe que no es cierto que “por orden del IFE y en cumplimiento de las disposiciones del Cofipe”, TV Azteca y Televisa debían presentar en bloques de tres minutos los spots de los partidos políticos y del organismo electoral, interrumpiendo la programación continua, como afirma la leyenda que precede a los spots televisivos y que las televisoras pusieron en nuestras pantallas.
La verdad es que se trata de una contraofensiva, primero en contra del Congreso de la Unión, que aprobó la prohibición de que los partidos políticos compraran propaganda electoral en los espacios electrónicos.
Cuando las televisoras encadenadas interrumpen un espectáculo como el Super Bowl para lanzar al aire paquetes de spots acumulados, fuera de los tiempos comerciales, no es que estén acatando las órdenes de la autoridad electoral, como lo afirman, sino que están usándola junto con la ley para enfrentar al teleauditorio en contra del Estado mexicano que aprobó la reforma, del organismo que debe cumplirla y hacerla cumplir, de los partidos políticos que anuncian su propaganda en esos spots, y en contra también del presidente Felipe Calderón por haberla promovido y no haberla vetado.
Todos ellos figuran en la referida leyenda. El mensaje de TV Azteca y Televisa en lenguaje llano sería: “Mira, ciudadano, a lo que me obligaron a hacer tus diputados y senadores que aprobaron esa reforma y ahora me obligan a hacer las autoridades electorales y el gobierno. Si te molesta la interrupción de tu partido, ellos son los culpables, no yo, la televisora, que se limita a obedecerlos”; en sus propias palabras: “Amigos, ni modo (sic), a continuación tendrán que ver la propaganda de los partidos políticos”.
Es la revancha de las televisoras por haberles privado de las jugosas ganancias que les proporcionaba la compraventa de los spots por los partidos, y que en último extremo está dirigida contra nosotros, los contribuyentes, puesto que de nuestros impuestos salió ese pago.
Además de mentir, las televisoras dan una clara muestra de insensibilidad. En momentos en que una grave crisis económica golpea a la sociedad mexicana, cuyo efecto más dramático es el desempleo, y de que se encuentra profundamente lastimada por la inseguridad pública, es cuando se le irrita mayormente con esta ofensiva electoral, incrementando con ello el fuego de la hoguera.
¿De qué se trata? ¿Se busca desestabilizar al país ya más de lo que está, generando una nueva turbulencia política? ¿O se trata de dinamitar nuestra ya de por sí frágil democracia, precisamente en el momento clave de elecciones federales y locales? Los ciudadanos merecemos una respuesta.

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