miércoles, 2 de marzo de 2011

CONSULTA Y COALICIÓN EN EL EDOMEX

JAVIER CORRAL JURADO

PRIMERA PARTE

En el Estado de México viven casi 15 millones de personas; tiene el padrón electoral local más grande del país: 10 millones 312 mil 930 electores, representa el 13.97% del padrón electoral nacional. El gobierno estatal maneja el mayor presupuesto público de todas las entidades: 148 mil millones de pesos anuales. Cuenta con 125 municipios, de los cuales el PAN sólo tiene 12 y el PRD seis. Desde hace 82 años lo gobierna el PRI, que ha desarrollado una especie de régimen político propio con base en un sistema de canonjías muy abarcador de sectores sociales y clase política en general. La trasmisión del poder ha sido un asunto hereditario entre los integrantes del Grupo Atlacomulco, en donde el derecho de sangre aún es irreemplazable como mecanismo para acceder a los cargos más relevantes. Son facción política y económica, que borró precisamente la línea que debería dividir los negocios particulares de los del gobierno. Por eso entre sus miembros están varios de los más ricos de México, sin empresa alguna de por medio. De la negra historia de poder y dinero que acuñó para su biografía Arturo Montiel emergió desconocido Enrique Peña Nieto, a la vez su sobrino y ahijado. Ahora es el político más conocido del país y, según varias encuestas, se ha convertido —sin asidero de acción gubernamental que lo respalde— en ineludible candidato del PRI a la presidencia. Su imagen está inflada con aire de Televisa, la empresa que le construyó a cambio de millonarias asignaciones publicitarias una telenovela, esa historia del príncipe azul en la que en su reino no pasa nada y todo es felicidad y dulzura. Pero ese cuento de hadas se topa con la realidad. El gobierno de Peña ha sido de los más corruptos y el fracaso de su administración en varios rubros es monumental. De todas las entidades federativas fue la más observada por la Auditoría Superior de la Federación sobre irregularidades en su cuenta pública 2009. La Encuesta de Victimización y Eficacia Institucional, que presentan especialistas del Centro de Investigación y Docencia Económicas, indica que el índice delictivo general pasó del 30% al 39% entre 2008-2009, un aumento de nueve puntos porcentuales, que a su vez significa un 30%. Los delitos en los que se ejerció alguna forma de violencia crecieron en 37% entre 2008-2009, al pasar del 16.49% a 22.59%.

En 2010, el Edomex encabezó el número de denuncias por secuestro a nivel nacional, con 161 casos, de acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entregadas por la Procuraduría de Justicia local (PGJEM). El 80% de secuestros registrados en el Estado de México es cometido por pequeñas organizaciones delictivas que en algunos casos son integradas por familiares, en tanto el 20% restante es realizado por bandas del crimen organizado que emplean procesos y esquemas perfectamente identificables, según el procurador Alfredo Castillo Cervantes. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad, el Edomex es el estado con mayor rezago en el índice de corrupción y buen gobierno, el lugar 25 en competitividad de 31 entidades y el DF, el segundo con mayor deuda directa y mayor riesgo de la deuda; el segundo con menor participación en las elecciones, el tercero con menos líneas telefónicas fijas y penetración de telefonía móvil. Tiene el primer lugar en feminicidios, y la respuesta del gobernador Peña es no saber cuántos de los mil 128 homicidios dolosos contra mujeres, acumulados del 2005 a la fecha, son producto de un feminicidio. En lugar de justicia para las mujeres, el PRI de Peña Nieto desplegó una acción becaria con la que ha tratado de socavar la solidaridad femenina, que lo pinta de cuerpo entero: otorga becas a las mujeres, 500 pesos mensuales a quienes se registran; ser mujer es el único requisito. Esa es la realidad a la que una eventual coalición entre el PAN y el PRD en el Estado de México debe buscar transformar, e imprimir un sentido de justicia, un claro compromiso por mejorar el empleo, la seguridad pública y el sistema de los derechos humanos. Porque juntos, estos dos partidos, darían mejores resultados. Porque la pluralidad no es el problema, sino la impunidad y la corrupción. De ahí que siga firme la decisión que desde hace un año impulsaron en esa entidad los dirigentes del PAN y del PRD, Sergio Octavio Germán Olivares y Luis Sánchez, pese a las complicaciones que sobre todo en el caso del PRD se tiene, por la posición de Andrés Manuel López Obrador, que ha entrado a un nivel superior de intolerancia.

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