jueves, 17 de marzo de 2011

LA CENSURA

JAVIER CORRAL JURADO

Tanto la censura, como la calumnia, son enemigas de la libertad de expresión. Pero de estas dos acciones canallas, la censura despierta por igual la irritación como el interés. Cuando se aplica desde algún ámbito de poder público sobre una película, un libro, un periódico, cualquier escrito, surge ineludible la protesta social al mismo tiempo que el interés por conocer el material censurado. Las semanas que corren han sido días de censura en varios temas desde diversos ámbitos, pero no se ha generado una reacción igual. Sobre la decisión de sacar de exhibición la película "Presunto Culpable", se sucitó la mayor respuesta social. La AMEDI dijo que "La decisión de la Juez Décimo Segunda de Distrito en Materia Administrativa en el Distrito Federal que resolvió suspender la autorización para exhibir esa película constituye un despropósito jurídico y puede implicar consecuencias graves al derecho a la información de la sociedad mexicana. La Juez no tomó en cuenta la excepción establecida por la Ley Federal de Amparo que en su artículo 124, Inciso II, establece que la suspensión no puede declararse cuando sea afectado el interés social.” Días después, el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, revocó la suspensión concedida por la juez Lobo y lo hizo con criterios que son muy interesantes de recuperar, en tanto afirman que el documental es de interés público y fundan su resolución no sólo en los artículos sexto y séptimo constitucional, sino en el noveno párrafo del artículo cuarto de la Constitución que versa sobre el derecho al acceso a la cultura y el papel respetuoso que el Estado debe tener frente a la diversidad cultural y la libertad creativa. Sin embargo, el de Presunto Culpable no es el caso más grave de censura en el país, hay otros hechos más preocupantes que no han merecido la misma atención, quizá porque la censura se genera desde el duopolio privado de la TV nacional, aunque esté concesionada por el Estado. Destaca la censura que - en su vertiente de vacío - se puede ver en las pantallas sobre la información que Wikileaks ha hecho llegar por medio de cables a La Jornada. Para la televisión no existe esta información y se ha confinado al exclusivo manejo de un medio que la procesa bajo un enfoque político afín a las causas de un determinado sector de la izquierda en México. Otro caso de censura es el de la Consulta Ciudadana que organizan el PAN y el PRD en el Estado de México. El pasado 9 de marzo, 107 organizaciones civiles firmaron el documento “Ciudadanos por la Alternancia”, el cual contiene una serie de compromisos que a la vez asumieron los partidos mencionados. El acto se realizó en la ciudad de Toluca y contó con la presencia de los líderes partidistas Gustavo Madero y Jesús Ortega. El evento fue importante pues demostró que, a diferencia de lo que muchos quisieran, la Consulta Ciudadana del 27 de marzo para definir una posible alianza entre el PAN y el PRD en territorio mexiquense para la próxima elección de gobernador, tiene un fuerte asidero social que ha tenido eco en los más diversos sectores de la población, pese a ello, el suceso no existió para la televisión. Y el caso de censura más grotesco y patético a la vez, es por el que ahora se expulsa de la pantalla de la Televisión a Carlos Slim, empresario que hasta hace unas semanas era uno de los principales anunciantes tanto en Televisa como en Tv Azteca. A Slim ya también le cayó el chahuistle, pues no sólo la empresa de la que es propietario está siendo atacada con base en una campaña de manipulación informativa por parte de las dos televisoras, sino que la persona misma de Slim ha sido vetada, como en su momento fueron eliminados diversos legisladores, gobernadores y hasta el propio Presidente de la República. La semana pasada Carlos Slim puso a disposición del público mexicano de manera gratuita, uno de los más grandes museos de arte que se hallan en el continente, desplegó una convocatoria inusitada para nuestro tiempo en términos de pluralidad y personajes de renombre. Convidó a cortar el listón ni más ni menos que a Larry King, al Presidente de la República y a Gabriel García Márquez. El hecho tuvo frente a sí, las cámaras caídas tanto de Tv Azteca como de Televisa, para las que la apertura del nuevo espacio cultural no existió. Le hicieron boicot. La censura de las televisoras es tan grave como la que se origina desde el poder mismo, porque además de la violación del derecho a la información, se abusa de la figura de la concesión, otorgada para servicios informativos y de entretenimiento, pero que el duopolio usa como cañón para conseguir negocios, ampliarlos, defenderlos o para atacar o eliminar de la pantalla a sus competidores. Pero con los varones de la televisión casi nadie se mete. Esto habla del momento real de debilidad del Estado frente al poder fáctico de la televisión, son pocos los que tienen el valor de denunciar este tipo de censura, porque cuando se hace lo único que se logra es ser borrado de la televisión. ¿o el hombre más rico del mundo merece ser censurado, por el sólo hecho de ser rico?. ¿no debe agistarse la más mínima protesta?. En esa contradicción está también el tamaño de la hipocresía en materia de censura.

No hay comentarios: