Reclamar la paternidad de propuestas en materia fiscal es como pedir una patente por nuevos métodos para hervir el agua. Casi todas las fórmulas imaginables para aumentar la recaudación y ampliar la base de contribuyentes han sido puestas a debate, en México y en otras latitudes.Que las finanzas públicas enfrentan una debilidad crónica, estructural, tanto del lado de los ingresos como del gasto, es diagnóstico compartido; igual ocurre con las alertas sobre el agotamiento del petróleo, que afecta por igual su disponibilidad como su capacidad para seguir proporcionando ingresos que cierren el boquete producido por la baja recaudación de impuestos.Por razones de coyuntura y valoraciones ajenas al tema, los esfuerzos para realizar en México la reforma fiscal han quedado en iniciativas congeladas -o deformadas al momento de su discusión y votación. Así ocurrió en 1999, cuando Ernesto Zedillo buscó el respaldo de los legisladores del PAN, que con el argumento de la cercanía de las elecciones del 2000 bajaron la cortina. El mismo Presidente ofreció a Vicente Fox, ya siendo éste Presidente electo, presentar la iniciativa, oferta declinada por el guanajuatense, quien en abril de 2001 lanzó, tarde y mal, la suya.Ha correspondido al presidente Felipe Calderón el mayor recelo político en la promoción de reformas en esta materia. Cuidando siempre las encuestas que miden su real o supuesta popularidad, colocando por delante de cualquier otra consideración las cuentas electorales de su partido, sus propuestas han sido para atender lo inmediato, tibios remedios para una enfermedad crónica y en avance. Lo más que pudo alcanzar fue la implantación del IETU y un punto adicional en la tasa del IVA.Negar a gobernantes y legisladores el derecho a valorar los efectos políticos de lo que proponen o aprueban es un despropósito. La mejor propuesta, en términos de solvencia técnica, puede estrellarse contra el muro de la falta de oportunidad política. Por ello es de reconocer el atrevimiento del senador Manlio Fabio Beltrones al anunciar la intención de su grupo parlamentario de presentar una iniciativa integral de reforma fiscal, que comprendería tanto los impuestos como el gasto. Por norma constitucional, la iniciativa tendrá que ser turnada a la Cámara de Diputados.Con buen tino político, Beltrones sostiene que Congreso y Ejecutivo están ante la última oportunidad del sexenio para alcanzar acuerdos que permitan la aprobación de medidas como la reducción del IVA y su aplicación a los alimentos, salvo los incluidos en la canasta de consumo popular, lo que se acompañaría por la creación de un impuesto de control a las ventas finales con el objetivo de propiciar la formalidad en las transacciones mercantiles y en las relaciones laborales. Reducir el ISR e instaurar un sistema simplificado para las personas físicas con actividad empresarial formaría parte del paquete, que también contempla la eliminación de deducciones injustificadas, y la creación de nuevas que hace lustros están bajo estudio, como el pago de colegiaturas.La coordinación de la iniciativa está a cargo del senador Francisco Labastida, lo que da confianza por su rigor técnico y buen sentido político.Sin embargo, al anuncio han seguido reacciones contrarias, motivadas por el abierto futurismo de algunos diputados del PRI, así como anticipadas descalificaciones de parte del secretario de Hacienda, quien debiera ser el primer interesado en que la iniciativa de los senadores del tricolor sea analizada con mente abierta y ánimo constructivo, no con las anteojeras del cálculo de rendimientos políticos.Mientras a Cordero la propuesta de Beltrones le sonó "rara", al presidente Calderón le pareció digna de anticipo; tanto que ayer anunció, mediante el poder de su firma en un decreto, que a partir de este año las colegiaturas serán deducibles del ISR. Cabe la pregunta de si a la inesperada decisión presidencial seguirán otras medidas unilaterales que pretenden apropiarse del mérito, en lo poco o mucho que se avance en materia de impuestos, dejando en la sombra el grave problema del gasto público.Posdata. Espero que pronto haya un acuerdo, mutuamente aceptable, entre Carmen Aristegui y MVS; para tal propósito, de nada sirve enconar el conflicto. Mucho ayuda el que no estorba.
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