Al Maestro Carlos Arellano García (R.I.P.)
Cinco organismos internacionales de la posguerra se encuentran estrechamente vinculados con el conflicto en Libia: la onu (1945), la otan (1948), la Unión Europea (1957) -antes de 1993, cee- La Liga Árabe (1945) y la Unión Africana (2002). ¿Cómo es posible que estas instituciones, cuyo propósito primario es el mantenimiento de la paz, están sumiendo al mundo en un conflicto de gravísimas proporciones que desestabiliza la región del Magreb, eleva considerablemente el costo del petróleo, genera un costoso número de pérdidas de vidas humanas, hunde a la región en una crisis humanitaria y exhibe, descaradamente, por una parte, las pretensiones del neoimperialismo y, por otra, la soberbia de un dictador? Vayamos por partes. El 15 de marzo la Liga Árabe, compuesta por 22 estados, con sede en El Cairo, pidió a la onu el establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Libia para proteger a la población civil de los bombardeos de la aviación de Muamar Gadafi. Luego, el Grupo de los Ocho, compuesto por las economías más desarrolladas del mundo, señaló que el objetivo de esa misión era proteger a la población civil y dar respeto al derecho humanitario. El 17 de marzo el Consejo de Seguridad de la onu aprobó, a propuesta de Reino Unido, Francia y Líbano, la resolución 1973 por diez votos a favor y cinco abstenciones (China, Rusia, Alemania, Brasil e India), la cual "autoriza a los Estados Miembros que hayan notificado previamente al Secretario General a que [...] adopten todas las medidas necesarias [...] para proteger a los civiles y las zonas pobladas por civiles que estén bajo amenaza de ataque en la Jamahiriya Árabe Libia, incluida Benghazi, aunque excluyendo el uso de una fuerza de ocupación extranjera de cualquier clase en cualquier parte del territorio libio [...]". Este instrumento polémico, para decir lo menos, adoptado por el Consejo tuvo presente la resolución adoptada en el caso de Irak en 2003. Cualquier análisis hermenéutico sobre la resolución considero, no respalda el derrocamiento de Gadafi, el desembarco de tropas extranjeras, ni la entrega de armas a los rebeldes. El 18 de marzo el jefe de Estado de Francia, convocó a la llamada "coalición", formada por Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Canadá, España, Bélgica, Noruega, Italia, Polonia, Dinamarca (todos miembros de la otan) y Qatar. Además, a la Liga Árabe, a la Unidad Africana, al débil e inepto Secretario General de la onu, al presidente de la Unión Europea y a la Alta Representante de política exterior de la ue, a reunirse en París para poner en marcha la bizarra resolución de la onu (digo "bizarra" porque indudablemente quedaba otra alternativa que era la diplomática y la búsqueda del cese al fuego). Más Sarkozy inauguró el evento intervencionista anunciando que su fuerza aérea ya había iniciado el bombardeo en Libia. Esta vez, a diferencia de Irak, sí hubo unidad en la posición de la Unión Europea y, además, se contó con el apoyo de la Liga Árabe. En estos hechos, Estados Unidos pretendió jugar un papel "discreto" que en verdad resultó falaz porque ya había trasladado desde muchos meses antes agentes de la cia a Libia para preparar el derrocamiento de Gadafi, como también lo hicieron los ingleses y los franceses. Con extrema suficiencia, el mandatario norteamericano, que había movilizado a la Sexta Flota del Mediterráneo, indicó que "la causa era justa y el objetivo claro" (sic). Antes sólo un país había alzado su voz exigiendo que se ordenara el cese al fuego solamente y fue Turquía, que es miembro de la otan. Bajo presión extrema, se unieron a la "coalición" Kuwait, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos, con lo que los propios árabes entraban en lucha entre sí y alejaban la opción de una solución política, que el Consejo de Seguridad, torpemente, ni siquiera examinó. El 25 de marzo la otan asumió la responsabilidad de realizar la exclusión aérea y Estados Unidos le transfirió el mando a su base central en Nápoles, dirigiendo la operación el general canadiense Charles Bruchard, y el Consejo Atlántico de la organización, que está compuesto por 28 estados que sólo adoptan decisiones por consenso. Turquía, bajo recompensas, fue obligada a retirar el veto. Al efecto, se pusieron en marcha las bases aéreas y navales de la otan en Francia, España, Italia y Chipre para imponer la zona de exclusión, utilizando aviones y mísiles de la más alta sofisticación que cubrieron el cielo libio casi indiscriminadamente. Sí hubieron bajas de civiles en las operaciones efectuadas, como lo denunció el Nuncio Papal en Tripoli. En el trasfondo de esta operación se confirma que Occidente ataca cuando ve una amenaza a sus intereses, como es la estratégica reserva libia de petróleo y no lo fueron "estados fallidos" como Corea del Norte, Myanmar, Guinea Ecuatorial y Sudán. Continuará...
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