viernes, 29 de abril de 2011

PERÚ, VISITA INFRUCTUOSA

HERMILIO LÓPEZ BASSOLS


Hace exactamente 50 años que visité por primera vez esta capital. Era oscura, triste y con muy pocos atractivos. Los chilenos estaban embarcados en un sueño, hacer posible la realización de la Copa del Mundo de 1962. Lograron tener todo a tiempo y además tuvieron un relevante papel en la Copa, superior a lo hecho en Sudáfrica el año pasado. Volví en los tiempos de la dictadura y el escenario era todavía más triste. Los milicos en la calle, la gente callada y las condiciones de vida muy complicadas. Aunemos a eso, la recepción a un mexicano era fría, distante y muchas veces agresiva. México había cumplido con el presidente Allende un deber de humanidad y de amistad. Fueron 800 asilados que Gonzalo Martínez Corbalá envió a México, salvándolos de una muerte segura. En la tercera había vuelto a la democracia y tuve el privilegio de comer con Miguel Insulza, actual Secretario General de la OEA y saludar a Doña Tencha, que estaba ya de vuelta.
Ahora, un deber académico me hace estar en esta ciudad por unos días. Coincide con una reunión de cuatro mandatarios en Lima (Sebastián Piñera de Chile, Alan García de Perú, Juan Manuel Santos de Colombia. Por videoconferencia participó Ricardo Martinelli, presidente de Panamá, que se encuentra "sospechosamente" en Washington.
¿Qué hizo viajar a estos mandatarios a una reunión de un par de horas? La firma del acta de ratificación del "Acuerdo del Pacífico" supuestamente diseñado para fortalecer la integración económica y política entre los países firmantes. Hay dudas, después de la ceremonia en esta capital sobre este presunto lanzamiento del bloque del Pacífico, tanto por su contenido y su futuro como la oportunidad política. Sabido es que Perú ha tenido elecciones en las que quedaron dos candidatos para la segunda vuelta. Omanta Humala y Keiko Fujimori. Las elecciones se realizarán el 5 de junio y las encuestas el día de hoy dan un mínimo de 10 puntos de ventaja al candidato nacionalista. Merece destacarse que Humala descansa su apoyo principalmente en la clase media y baja; obviamente, Keiko, hija del dictador en cárcel, lleva amplia delantera en la clase alta. Es de pensarse que en la medida en que Humala modere su discurso y se distancie, por ahora, de Hugo Chávez, el triunfo será suyo. Ante este pronóstico y conocidas las presiones de los centros financieros internacionales la Bolsa de Lima va a la baja, así como las inversiones. Entre la población se oye que parte del financiamiento contra el amigo de Lula ha provenido de Estados Unidos.
Por otra parte, sabida la áspera relación que Perú y Chile mantienen, el presidente Piñera decidió hacer una visita relámpago y lo que se logró es simplemente un compromiso para actuar: "una hoja de ruta" que marca objetivos y metas para concretarse en los próximos años. Aun cuando los compromisos son de Estado, serán sólo el mandatario chileno y el colombiano los únicos que tendrán mando real dentro de un año. Aún más, el acto irrumpe en un momento de campaña del que Santiago quiere mantenerse al margen. Además, desde esta capital se ve con sospecha el que esta minoría de países del continente traten de iniciar un proceso de integración por una presunta vecindad geográfica -aunque México está mucho más lejos-, y más bien se ve como una respuesta a las iniciativas de Lula por integrar un bloque de países progresistas, tanto en el ámbito político, económico y militar.
Aquí se interpreta, el presidente Piñera lo confirma con su conducta, como un solapado esfuerzo de Washington por crear inútilmente un eje de países con gobiernos desprestigiados y ampliamente manipulados por Washington. Con sorna se dice que este acto es un giro del presidente Santos por salir del "aislamiento" regional de su predecesor. Colombia se lanza sin elementos suficientes, se dice, a la búsqueda de nuevos contactos en Europa, y a un prestigio disminuido que pretende recobrar en el Consejo de Seguridad. Este proyecto de liderazgo regional, sin fundamento, tiene una gran semejanza con las formas que se han adoptado en México en años recientes. Hemos perdido toda relevancia en el conjunto de las naciones latinoamericanas, lo mismo que ocurrió con Colombia, e ingenuamente ambas partes creen que con un documento, una visita y algunas fotografías, la situación cambiará. Pero desde Santiago podemos decir que ningún periódico de ayer jueves hace mención a la visita, ni siquiera los de la tarde, y las notas en televisión sacan solamente una referencia minúscula.
Agregamos también que fue beneficiado con la invitación el mandatario de este país para la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II y, pese a que el Pontífice se involucró en la mediación entre los dos países por los límites en el Canal de Beagle hasta lograr un Tratado de Paz y Amistad en 1984, no irá el Presidente, sino solamente su Ministro de Relaciones Exteriores.
De los dos extremos de la América Latina parecen surgir mensajes semejantes. Primero uno y luego otro Gobierno, México y Colombia, y el fulminado Alan García, intentan estérilmente y contra la historia una alianza finita.
P.D. Se ha revelado por un Cardenal que, antes del último Cónclave, a todos los participantes se les entregó una carta recomendando la inmediata beatificación de Juan Pablo II. Es decir, él mismo dejó la fórmula fast track para que la cumpliera en cinco años Benedicto XVI. (Continuará).

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