sábado, 16 de abril de 2011

LIBIA: OTRO ENORME FRACASO MILITAR DE OCCIDENTE

HERMILIO LÓPEZ BASSOLS
Hace una semana, "Libia exhibe a los organismos internacionales", escribía que la ONU, la OTAN, la Unión Europea, la Liga Árabe y hasta ese momento, la Unión Africana, habían exhibido una total irresponsabilidad en cuanto al cumplimiento de su obligación primaria: el "mantenimiento de la paz internacional". Sucesivamente, la Liga Árabe pidió a la ONU el establecimiento de una zona de exclusión aérea en Libia, el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 1973 (pronunciándose por el derecho a proteger), una "coalición" de Estados de la UE, EU, Canadá y Qatar volcó su fuego en el territorio libio, la coalición transmitió el mando de la operación siniestra a la OTAN, agregándose Kuwait, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos, efectuándose 300 vuelos y destruyéndose 49 tanques, 9 blindados, 3 baterías antiaéreas y 4 búnkers de arsenales del Ejército de Libia. Una semana después de esta agresión, la OTAN declaró: "No hay solución militar. Se necesita una solución política y es el pueblo libio el que la ha de encontrar." ¿No era esta la solución política diplomática la que debió imponer el Consejo de Seguridad, en vez de la repudiada resolución 1973, que va en contra de las normas fundamentales del Derecho Internacional contemporáneo? ¿Para qué seguir atacando a un Estado soberano, so pretexto de que en contra de un grupo rebelde -de procedencia nebulosa- se cometen crímenes de guerra y se matan a civiles? Finalmente, la buena acción no vino de los colosos de Occidente, sino de la Unión Africana (tres potencias estarán en elecciones el año próximo, Francia, EU y España, y a Sarkozy, Obama y el PSOE, les conviene la guerra) una organización que agrupa 54 países -uno de ellos excluido- que hunde sus raíces en una vieja lucha reivindicatoria encabezada por Nkrumah, Nasser y Senghor, "el panafricanismo", y a cuyo relevo llegó Gadafi y sus petrodólares, convirtiéndose en uno de los líderes de la UA. Cinco presidentes, Sudáfrica, República Democrática del Congo, Mali, Mauritania y Uganda, arribaron a Trípoli para mediar en el conflicto y preparar una "hoja de ruta", Gadafi los recibió y el grupo pidió a la OTAN el cese al fuego. Supongo que Gadafi estableció dos puntos no negociables: la integridad de su país y la continuación en el poder. Con esas cartas el grupo de mediación se trasladó a Bengasi -territorio rebelde- para hablar con el Consejo Nacional Transitorio. Éste rechazó al grupo de mediación. Otro golpe más para el afligido pueblo libio. Ante este estado de cosas, es difícil prever el camino del conflicto. El resto de la comunidad nacional se mantuvo en silencio ante el gesto de mediación africana. Los rebeldes, a su vez, pidieron a la OTAN que incremente sustantivamente sus ataques para destruir el armamento pesado de Gadafi. Estados Unidos, cuya actitud pasa por un momento muy complicado en el que en vista de sus fracasos históricos en Irak y Afganistán no quiere jugar un papel protagónico -el tradicional "unilateralismo"-, prefiere, disimuladamente, que sean otras potencias las que realicen el trabajo negro. En la OTAN, hay países que pueden cobrar muy caro la factura de su voto, como Turquía y quizá los nórdicos. Por último, en otra aberración al Derecho Internacional y a la soberanía libia, 17 países, reunidos en Doha, señalaron que "Gadafi tiene que renunciar y reconocieron al CNT como el órgano representativo de las fuerzas rebeldes e interlocutor que representa las aspiraciones del pueblo libio". Ahora, se da la posibilidad de armar a los rebeldes desde el exterior, -otra nueva aberración de Occidente- con la complicidad 16 países, la Liga Árabe, la OTAN, la Unión Europea, la Conferencia Islámica y el Consejo de Cooperación del Golfo. Habrá que agregar tres elementos más en el conflicto: uno, la atinada estrategia de Gadafi de prolongar la guerra y encallarla en las arenas del desierto libio, segundo, la inexperiencia demostrada por los rebeldes que no han podido sostener sus primeras posiciones y, tercero, la posibilidad de que este conflicto llegue a un proceso de "Somalización", que significaría la fragmentación del territorio a largo tiempo. Las palabras pronunciadas por una multitud en el aeropuerto de Trípoli, a la llegada de los cinco presidentes, es el verdadero mensaje del pueblo libio: "¡no a la intervención extranjera!". Continuará... . PD. Hace días se me invitó a Xalapa a dar una conferencia en la Casa de la Cultura Jurídica sobre "El Derecho Internacional y el conflicto en Libia". Sin embargo, altos funcionarios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cancelaron un día antes aduciendo que era un tema "polémico". ¿El órgano jurisdiccional máximo de México censura la cultura jurídica en la capital veracruzana?

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