lunes, 8 de noviembre de 2010

MÁS DATOS SOBRE EL SUBDESARROLLO NACIONAL

CARLOS ARELLANO GARCÍA

No obstante que son abundantes y de gran alcance las características del subdesarrollo que marcan los economistas Adolfo Dorfman y Francisco Zamora, a las que aludimos en colaboración anterior, es tan complejo el subdesarrollo, que estamos en aptitud de agregar otras hipótesis de subdesarrollo que, lamentablemente, se dan en nuestro país y, por tanto, las conocemos a ciencia cierta, porque se producen en la vida real y cotidiana.De esa manera, nos permitimos agregar a los caracteres que mencionaron los dos economistas citados, como fruto del subdesarrollo, los siguientes: a) Depredación irracional, sumamente dañina, ocasionada a recursos renovables; b) Contaminación ambiental; c) Acelerada inflación; d) Reducción de la capacidad adquisitiva en la población; e) Fuga de cerebros; f) Incomprensión gubernamental; g) Exceso de burocratismo; h) Desinformación y manipulación informativa; i) Devaluación monetaria; j) Invasiones prediales; k) Corrupción abundante; l) Conurbación; m) Ambulantaje; n) Inseguridad pública; ñ) Desperdicio de recursos; o) Endeudamiento externo; p) Fuga de capitales; q) Exceso de gasto público; r) Precariedad en el ahorro; s) Inadecuada política tributaria; t) Porcentaje elevado en desnutrición; u) Mala administración de justicia; v) Falta de estímulo a los inversionistas; w) Problemática laboral; x) Deficiencias en la capacitación y adiestramiento de la mano de obra; y) Elevado costo del financiamiento bancario; z) Desorden en el uso del suelo.Ha de reconocerse que, no obstante las catorce características de subdesarrollo que indica Adolfo Dorfman, las nueve características que señala Francisco Zamora y los veintisiete caracteres que agregamos, no se incurre en repetición, lo que es demostrativo de que es amplio, profundo y difícil el problema consistente en que un país se halle en la precaria situación de subdesarrollo. Al respecto, resulta superfluo aseverar que no es deseable mantenerse en el subdesarrollo y que tal situación requiere la superación personal, colectiva y nacional. Puede aseverarse que, para combatir el subdesarrollo, es preciso que todas y cada una de las causas mencionadas de subdesarrollo se atiendan idóneamente, a efecto de que no se mantenga un Estado inmerso en cada una de ellas. Han de tomarse las medidas aconsejables para abandonar cada una de las causas del subdesarrollo. Ello requiere inteligencia, tino y actividad idónea, principalmente en los gobernantes y complementariamente en el auxilio eficaz de los gobernados. Se requiere atención encaminada a superar cada causa que engendra el subdesarrollo, lo que, de ninguna manera resulta sencillo, además de que ha menester también de considerable tiempo y atención.Pudiera pensarse en dos elementos genéricos de gran alcance para incrementar evolutivamente, de manera positiva, el progreso nacional. Tales elementos podrían consistir en: 1. El surgimiento de un auténtico líder capaz de dirigir a gobernantes y gobernados hacia la solución de problemas tan vastos y profundos; 2. Una mística en la población que estuviese dirigida a corregir todas y cada una de la actuaciones, ya generacionales, que se han encaminado al mantenimiento y crecimiento de problemas tan agudos. Podría recordarse que, en la historia de la humanidad, un modesto pueblo sumerio, en cuarenta años, bajo el mandato de Hammurabi, Babilonia se convirtió en una auténtica potencia de su época, el babilonio adquirió el carácter de idioma diplomático y hubo hasta una empresa trasnacional denominada: "Eguibi y Hermanos".Las causas y síntomas del subdesarrollo económico tienen como denominador común un muy lamentable desaprovechamiento de recursos humanos y materiales. Y se requieren programas de actuación colectiva idóneos que introduzcan a la vida económica contemporánea de aquellos sectores marginados que vegetan en una vida infrahumana. Se requiere una preparación educativa que permita a los habitantes del país enfrentarse con buen éxito a los requerimientos del mundo moderno.

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