martes, 12 de junio de 2012

LOS ESRATEGAS


JORGE ALCOCER

Ante la pregunta ¿quién ganó el segundo debate? Mi respuesta es: los estrategas.
Son personajes que prefieren, por lo general, el anonimato, estar en la sombra, no aparecer en las fotos ni dar conferencias de prensa. Son consejeros áulicos a los que candidatos y equipos de campaña escuchan con atención, y en ocasiones con reverencia. Si su candidato gana la elección, consignarán en sus currícula el trabajo desempeñado; si pierde, omitirán el dato.
Para formular sus instrucciones, los estrategas tienen como libro de cabecera la encuesta más reciente, y como guía -para su asesorado- "hacer lo que quiere la gente". Intervienen en las decisiones del candidato hasta el mínimo detalle, desde el tono y tonada del mensaje, hasta la vestimenta y el corte de pelo. Han sustituido a los dirigentes partidistas en el análisis político y en la determinación de los tiempos y movimientos de la campaña; varios de ellos son extranjeros, pero el 33 es letra muerta.
El domingo vimos un caso de disciplina extrema a lo que opinan los estrategas, como lo aceptó Andrés Manuel López Obrador en su discurso en Guadalajara al término del debate: "Nos funcionó la estrategia. Le hice caso a mis asesores, y ¿saben quiénes son mis asesores?, los mexicanos, la gente, el pueblo" (Reforma, 11/06/12, p.12). Me quedo con la primera parte de la confesión.
El candidato de las izquierdas ha vivido esta campaña en una permanente tensión entre lo que piensa y quiere decir, y los consejos de sus asesores, empeñados en bajar los negativos que, respecto a López Obrador, las encuestas reflejaban desde el arranque de las precampañas, allá por diciembre de 2011. Lo consiguieron, si a las últimas mediciones atendemos. Sin embargo, en días pasados el candidato empezó a salirse del guión, reviviendo el discurso de la desconfianza y la denuncia del fraude. Un hecho inesperado, la encuesta de Reforma, parece haber sido el mejor aliado de la estrategia de no confrontar, de no atacar, y a ella retornó el tabasqueño.
Que sus estrategas optaron por esa vía, no cabe duda; en cambio no sabemos si eso era lo que esperaban los seguidores de Andrés Manuel, los de a pie y los del llamado círculo rojo; lo único cierto es que, en su última oportunidad de contraste directo con sus adversarios, prefirió el tono conciliador, la oferta del gobierno para todos, las promesas de resolverlo todo en una república tan amorosa como dadivosa, de la que todo recibiremos, sin dar nada a cambio. Seguramente a su electorado fiel lo que haga o deje de hacer, lo que dijo o dejó de decir, les tiene sin cuidado; pero a los indecisos, y dentro de ellos al universo de jóvenes electores, que significan más del 30% del total, ¿qué les habrá parecido?
Josefina Vázquez Mota también hizo caso a sus estrategas, como lo anticiparon sus spots de TV y radio; en el debate decidió poner su resto atacando a dos flancos e incluso dándose tiempo para ponerle un alto a Gabriel Quadri. La rijosa fue ella, pero sus obuses tenían pólvora mojada, eran previsibles y por tanto ineficaces para poner en aprietos a sus dos adversarios. Combinar el ataque con la propuesta la hizo perder en contundencia, de forma tal que nunca pudo lograr un efecto memorable, recordable, de esos que alteran preferencias y modifican encuestas.
Sus ataques a López Obrador quedaron nulificados por el negativo impacto de su spot de TV, en el que, sin pudor alguno, un discurso de aquél fue editado para hacerlo decir lo que no dijo. El IFE ya ordenó la suspensión de ese mensaje. En el tema de política, Josefina se corrió a la extrema derecha al proponer eliminar por completo los diputados plurinominales. Eso es, dirán sus estrategas, lo que quiere oír la gente, aunque la hagan escupir al cielo, a ella que dos veces ha sido diputada plurinominal.
Como anticipó en varias entrevistas, Enrique Peña Nieto usó la mayor parte de su tiempo en esbozar propuestas, igualmente dadivosas. Una y otra vez dejó para una siguiente intervención completar sus promesas; se apegó al guión y al hacerlo dejó a Josefina boxeando con su sombra. Se trataba de proteger la ventaja y evitar ser noqueado. Lo logró.
Ya veremos lo que dicen las encuestas. En tanto, mi impresión es que los cuatro candidatos salieron del segundo debate como entraron. Lo que ocurra de ahora al 1o. de julio dependerá de nuevos factores, o de la inercia.

No hay comentarios: