jueves, 3 de noviembre de 2011

NUESTRO DEPRESIVO HUMOR PÚBLICO

JOSÉ WOLDENBERG

Entre la "realidad" y las percepciones puede mediar una enorme brecha. No obstante, las percepciones, el mundo subjetivo, son parte de la "realidad". Y en ese mundo también tenemos problemas. La nueva entrega de Latinobarómetro -2011- no nos trae buenas nuevas. Existe y se expande un desencanto con la marcha de la economía y una distancia crítica y anímica con el funcionamiento de nuestra germinal democracia.
A la pregunta: "¿su país está progresando?", en México solo el 22 por ciento dice que sí, mientras que el promedio de la región es 35, y en Panamá la respuesta positiva llega a 64 por ciento, en Uruguay a 62 y en Brasil a 52. Claro, en Honduras solamente alcanza al 7 por ciento y en Guatemala al 8.
"¿En los próximos 12 meses la situación económica de usted y la de su familia será mucho mejor o un poco mejor?", fue otra de las preguntas planteadas. En México el 39 por ciento de los entrevistados contestó que sí, cerca del promedio de la región que fue de 42. Pero, otra vez, estamos muy lejos del optimismo de Brasil (64) y Colombia (61), aunque también del pesimismo extremo de República Dominicana y El Salvador (23).
Solo el 15 por ciento de los mexicanos cree que existe una distribución del ingreso justa, el mismo porcentaje que en Brasil. Me sorprende que en Ecuador lo crea el 43 por ciento y en Panamá el 33. Paradójicamente en Chile solo un 6 por ciento de la población comparte ese enunciado.
A la pregunta de si se gobierna para todo el pueblo, en México solo cree eso el 17 por ciento, debajo del promedio latinoamericano que es de 26. En Uruguay lo cree el 54 por ciento y en Nicaragua el 42. Por debajo de nosotros solo se colocan tres países: Honduras y Perú (15) y República Dominicana (9).
Eso sí, cuando se nos pregunta a los mexicanos si estamos satisfechos con nuestras vidas, el 76 por ciento contestamos que sí, colocándonos por encima de la media latinoamericana que es de 72. No alcanzamos a Costa Rica (88), pero nos alejamos de los humores depresivos de El Salvador (51).
La frase "la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno" solo recibió un respaldo en nuestro país del 40 por ciento, 18 puntos porcentuales por debajo del promedio en América Latina. Y solo otro país de la región, Guatemala (36), se encuentra por debajo. Estamos muy lejos de los punteros: Venezuela (77) y Uruguay (75). A la formulación siguiente: "en algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático", en México contestó afirmativamente el 14 por ciento, pero respondió que le da lo mismo el 36 (el más alto de toda la región).
A la pregunta de si piensa "que en su país la democracia está mejorando", en México solo el 16 por ciento contestó que sí. Mientras que el promedio regional es de 21. Panamá y Uruguay son los más risueños en este renglón (35), y por debajo de México se encuentran Costa Rica, Chile, El Salvador, Guatemala y Honduras (entre el 5 y 14 por ciento).
A los encuestados se les preguntó qué le falta a la democracia en sus respectivos países, y llama la atención que el problema fundamental enunciado sea "reducir la corrupción". El 48 por ciento de los latinoamericanos apuntan en ese sentido, y en México el 55.
Al enunciado: "la democracia puede tener problemas pero es el mejor sistema de gobierno", en México contestó afirmativamente el 55 por ciento. Muy lejos de la media de la región (76), para no hablar de Uruguay (90) o Argentina (88). Nuestro único consuelo resulta ser Guatemala (49).
A la frase "sin Congreso nacional no puede haber democracia", el 53 por ciento de los mexicanos contestó que en efecto, así era. Otra vez por debajo de la media (59) y muy lejanos de Argentina (80) y Uruguay (73). Y a la aseveración "sin partidos no puede haber democracia", exactamente la mitad de los mexicanos (50) contestó afirmativamente, mientras que el promedio de la región es de 58. Otra vez en Argentina y Uruguay (74) parece existir una mejor comprensión de lo que es la democracia y cuales son algunos de sus ingredientes insustituibles.
A la pregunta de ¿qué tan democrático es su país?, calificado del 1 al 10 como en la escuela, los mexicanos le damos al nuestro 5.9. Y evaluamos a Estados Unidos, España y Canadá por encima de nosotros (6.8, 6.2 y 6.6 respectivamente) y a Venezuela y Cuba por debajo (4.6 y 3.7).
"Bajo ninguna circunstancia apoyaría un gobierno militar" fue otra de las frases utilizadas para medir nuestros resortes democráticos. El 53 por ciento de los mexicanos compartió esa aseveración. Parece buena noticia, pero no lo es tanto porque en América Latina el promedio es 66. En Costa Rica el 90 por ciento contestó afirmativamente, y por debajo de México solo aparecen Paraguay (52) y Guatemala (40).
Solamente alcanzo a ver una buena noticia más allá del bosque de cifras: no existe ninguna fuerza política, ninguna corriente intelectual, ninguna agrupación civil que ofrezca una fórmula de gobierno distinta a la democracia.

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