lunes, 13 de septiembre de 2010

EL ACTA DE INDEPENDENCIA DEL IMPERIO MEXICANO (V-VI)

HERMILIO LÓPEZ BASSOLS

Los insurgentes proyectaron enviar comisionados a Europa, pero la escasez de barcos y demás penurias impidieron que este plan se realizara. Tras la captura y fusilamiento de Hidalgo, Allende y Morelos, entre otros, nuevos líderes les sucedieron, como Pedro Moreno, Juan Álvarez, Guadalupe Victoria y Francisco Xavier Mina; este último, nacido en Navarra, España, quien formaba parte del Ejército español y desertó al serle descubierta su intención de reinstalar la Constitución de Cádiz de 1812 en contra de Fernando VII, lo que le llevó a Inglaterra, donde conoció a Fray Servando Teresa de Mier quien lo influenciara para unirse a la causa insurgente al darle a conocer la situación en México, por lo cual se dirigió a Estados Unidos para entrar en contacto en Washington con José Manuel de Herrera, (a quien no encontraría pues ya estaba en México) el plenipotenciario del Congreso mexicano.
La lucha insurgente se prolongó por diez años, hasta que Agustín de Iturbide, un criollo con un expediente militar negro hacia los insurgentes, en el marco de nuevos aires liberales que soplaban por España y con gran sentido de la oportunidad al igual que de la ambición, logró unificar a casi todos los actores políticos y hacer de la independencia una realidad, al proponer el Plan de Iguala a Vicente Guerrero mismo que adoptaron el 24 de febrero de 1821. Iturbide proclamaba la independencia de la América Septentrional y proponía la unión entre todos los mexicanos. Puede ser vista la originalidad del texto, con respecto a otros proyectos elaborados anteriormente por la insurgencia, en el "llamado a la unión" para conseguir la libertad anhelada. Se basaba en la unión general entre europeos y americanos, indios e indígenas, fortalecida por los lazos de amistad, la dependencia de intereses, la educación, el idioma, la conformidad de sentimientos. Asimismo, reconocía la religión católica, apostólica, romana sin tolerancia de otra alguna. A corto plazo, dicha fórmula tenía como objetivo poner fin a las divisiones políticas internas y promover la unión de la nación frente al exterior.
Al firmarse los Tratados de Córdoba, el 24 de agosto de 1821, entre Juan de O'Donojú, último virrey de la Nueva España y Agustín de Iturbide, Primer Jefe del Ejército Imperial Mexicano de las Tres Garantías, daba inicio la existencia legal de la nueva nación, que por tres siglos había sido la más importante colonia de la Corona española. En dicho documento se reconocía por primera vez a México como nación independiente ante la comunidad internacional. El llamado "Imperio Mexicano" sería gobernado por un régimen monárquico constitucional moderado, encabezado por un infante descendiente de Fernando VII o por quien las Cortes designaran. Los Tratados fueron desconocidos por España y reflejan una ideología distinta a la de los primeros insurgentes respecto a España.
El 28 de septiembre, al día siguiente de su entrada a México, Iturbide publicó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, que a la letra dice:
"La nación mejicana que, por trescientos años, ni ha tenido voluntad propia, ni libre el uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido. Los heroicos esfuerzos de sus hijos han sido coronados, y está consumada la empresa eternamente memorable que un genio superior a toda admiración y elogio, por el amor y gloria de su patria, principió en Iguala, prosiguió y llevó a cabo arrollando obstáculos casi insuperables. Restituida, pues, cada parte del Septentrión al ejercicio de cuantos derechos le concedió la autora de la naturaleza, y reconocen por enajenables y sagrados las naciones cultas de la tierra, en libertad de constituirse del modo que más convenga a su felicidad y con representantes que puedan manifestar su voluntad y sus designios, comienza a hacer uso de tan preciosos dones, y declara solemnemente por medio de la junta suprema del imperio: que es nación, soberana e independiente de la antigua España, con quien en lo sucesivo no mantendrá otra unión que la de una amistad estrecha en los términos que prescribieren los tratados: que entablará relaciones amistosas con las demás potencias, ejecutando respecto de ellas cuantos actos pueden y están en posesión de ejecutar las otras naciones soberanas: que va a constituirse con arreglo a las bases en el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba estableció sabiamente el primer jefe del Ejército imperial de las Tres Garantías: y en fin que sostendrá a todo trance y con sacrificio de los haberes y vidas de sus individuos (si fuere necesario)...".
Continuará...

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