jueves, 9 de septiembre de 2010

POR BIPARTICIÓN

JOSÉ WOLDENBERG KARAKOSKY

-Tengo una idea para ganar el Certamen Bicentenario y Centenario de Ciencia Política y Actividades Similares y Conexas.
-Felicidades.
-Se trata de probar que el cambio político mexicano se produjo por bipartición.
-Muy original.
-Una reproducción similar a la de las bacterias, las amibas, muchos protozoarios o las células de la piel, que se multiplican por bipartición, de manera asexuada. Debe entenderse como la división de una misma cosa en dos partes y así sucesivamente.
-Más despacio, por favor.
-Mira, en los comicios de julio pasado se eligieron 12 gobernadores. Nueve fueron para el PRI y tres para una alianza conformada por el PAN, el PRD, el PT y Convergencia. Los tres candidatos de esas alianzas previamente habían militado en el PRI.
-No me parece evidencia concluyente.
-Bueno, del total de gobernadores que hoy están al frente de sus respectivos estados 19 son del PRI, 7 del PAN y 6 del PRD (incluyo al jefe de Gobierno del Distrito Federal). Dos del PAN y 3 del PRD antes fueron del PRI. Los gobernadores de Aguascalientes y Tlaxcala (PAN) y de Chiapas, Distrito Federal y Michoacán (PRD) salieron de las filas del Tricolor.
-¿Y?
-¿Quieres más evidencia? Desde 1989, cuando Ernesto Ruffo ganó la gubernatura de Baja California y se convirtió en el primer gobernador triunfante postulado por un partido distinto al Revolucionario Institucional hasta la fecha, el PRI ha perdido 40 elecciones para gobernador. En 15 casos los ganadores habían sido militantes del propio PRI. Se trata del 37.5 por ciento de los casos.
-Eso quiere decir que en el 62.5 por ciento de las elecciones no sucedió así.
-Eres un aguafiestas. Lo matizaré. Pero escucha un argumento cualitativo, elocuente y eufónico. Los nombres de gobernadores y jefes de Gobierno del DF que antes actuaron en las filas del Partidazo: Luis Armando Reynoso y Héctor Ortiz lanzados por el PAN; Leonel Cota, Juan Sabines, Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard, Leonel Godoy, Alfonso Sánchez Anaya y Ricardo Monreal por el PRD; y Antonio Echevarría, Pablo Salazar Mendiguchía, Gabino Cué, Rafael Moreno Valle y Mario López Valdés por coaliciones.
-La otra cara de la moneda es que los otros 25 nunca participaron en las filas del Tricolor.
-Contigo no se puede. Siempre les buscas tres pies al gato y chichis a las culebras.
-Es que estás omitiendo la otra faz del proceso. Esas reiteradas escisiones del PRI encontraron nuevas plataformas de lanzamiento porque durante los últimos años se conformó un sistema de partidos. Fueron posibles porque había organizaciones que los podían asimilar y proyectar. Algo significativo había sucedido. A diferencia de las rupturas encabezadas por Almazán, Henríquez o Padilla, que una vez derrotadas, por las buenas o por las malas en las urnas, no encontraron vías para continuar en la política, ahora existían otros partidos que podían fortalecerse con los recién llegados y los escindidos encontraban en esas agrupaciones espacios para continuar "haciendo política".
-Quieres modular mi tesis, pues adelante. Pero es más armónica y plástica la idea de un organismo que se divide para dar vida a dos nuevos organismos. Además es original, tiene una inspiración biológica y puede tener una cauda de seguidores: todos aquellos que dicen que no hay diferencias significativas entre los partidos. Y por si fuera poco, puedo ganar el Certamen y su suculenta recompensa.
-Muy conmovedor. Hombre, el PRI, bajo el influjo del proceso democratizador, tenía que dividirse. Sus fracturas fueron acicate y resultado de la democratización. Acuérdate, en ese partido, se decía, cabía todo. Quería ser una especie de frente nacional en el cual podían coexistir corrientes diversas, en muchas ocasiones incluso enfrentadas, pero cohesionadas porque era el único espacio eficiente de militancia política. Fuera de él, la marginalidad, el testimonialismo, la oposición más bien simbólica. En su seno convivían izquierdas y derechas, nacionalistas y cosmopolitas, autoritarios y demócratas y una variedad de grises de todo tipo. La ruptura de la Corriente Democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo resultó más que significativa. El carácter pretendidamente omniabarcante del PRI tenía que saltar por los aires, tarde o temprano.
-Eso refuerza mi tesis.
-Creo que no.
-Bueno, espero que el jurado sea sensible a la innovación.
-Dirás a la ocurrencia.
-A la capacidad creativa, renovadora, de vanguardia. -Total, todo es posible en la paz.
-En el siglo pasado escuché esa ingeniosa frase.
(La información se la debo a Mariano Sánchez Talanquer).

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