jueves, 15 de julio de 2010

LA ALEJANDRÍA DE ALEJANDRO MAGNO

HERMILIO LÓPEZ BASSOLS

Alejandría, Egipto. Acostumbraba, Alejandro El Magno fundar ciudades con su nombre en sus conquistas por el África y Oriente. Fueron 34. Esta se encuentra al oeste del delta del Nilo, frente al Mediterráneo y alcanzó su esplendor en la dinastía de los Ptolomeos en el Siglo III a.C. Doscientos años después, la ciudad se extendía por siete kilómetros en la costa y tenía más de trescientos mil habitantes. Hoy cinco millones. Con esa enorme historia que se prolonga hasta nuestros días, nos encontramos una de las ciudades más apasionantes del mare nostrum. Por aquí pasaron también los turcos que sostuvieron un dominio del que es testimonio, la Ciudadela. Está construida en la isla de Pharos donde hubo un faro de 135 metros de altura, cuya luz era vista a más de cincuenta kilómetros y que destruyó un terremoto en 1303. Los sultanes en los siglos XIX y XX embellecieron la ciudad donde se mezclan la arquitectura árabe con la inglesa y la francesa. Entre las ruinas romanas destacan el Odeón del Siglo IV d.C. que tenía techo y hoy ofrece obras clásicas en el verano. A la fusión de la cultura griega con la egipcia -helenística- surgen interesantes monumentos como el Hipogeo de Kom Al-Shuqafa que son unas catacumbas bellamente adornadas sus galerías.Para llegar a Alejandría desde El Cairo existen la opción del tren, el autobús o el auto. Son casi 200 kilómetros y hay una magnífica autopista que no debe transitarle los viernes en verano porque miles de cairotas van al mar.A fines del Siglo III a.C. Ptolomeo I decidió construir un edificio que pudiera contener todos los escritos del mundo de aquella época. Así, albergó más de quinientos mil papiros, virtualmente todo el conocimiento de la época, convirtiendo a Alejandría en un gran centro cultural donde se tradujo el viejo Testamento al griego. Pronto resultó insuficiente. Allí Eratóstenes midió la circunferencia de la tierra con gran aproximación pero en el 47 a.C. la Biblioteca fue severamente dañada por un incendio, hasta que desapareció completamente en el Siglo VII d.C. El presidente Mubarak involucró a la UNESCO en uno de los grandes proyectos de este país en el que participaron más de quinientos arquitectos. Fue un noruego el que ganó el concurso de la Bibliotheca Alexandrina, en el que contribuyeron también países europeos y árabes. Tiene la forma de un cilindro truncado con un diámetro de 160 metros, en la parte más alta en granito de Aswan aparecen letras de todos los idiomas del mundo. El techo, inclinado, tiene paneles solares que, además, le dan una iluminación muy especial. Se espera que contenga más de ocho millones de libros pero se está haciendo la adecuación para las nuevas tecnologías. Sin duda, la visita a esta biblioteca justifica el viaje a esta ciudad.Además, Alejandría tiene un bello palacio que utilizó el rey Fuad en estilo neo-gótico, luego su hijo Faruk y ahora los presidentes egipcios, como residencia de verano. También en Alejandría se encuentra el sitio de la famosa batalla naval de Abu Qir de 1798 donde la armada francesa fue derrotada por Nelson. Al este de Alejandría se encuentra Rosseta, donde se descubrió la piedra que sirvió para descifrar los jeroglíficos egipcios. Pero la visita no sería completa si no se llega a 100 kilómetros al oeste de la ciudad, escenario de una de las batallas definitivas de la Segunda Guerra Mundial, Al-Alamein, entre las tropas italianas y alemanas al mando de Rommel y las aliadas al frente, Montgomery. Esta fue la última embestida del Eje para capturar el canal de Suez, el principio del fin del Afrika Korps. En noviembre de 1942, los aliados se encaminaban a la victoria cuyos logros disputaron unos meses después en la Conferencia de Teherán.PRÓXIMO ARTÍCULO: A 50 AÑOS DE LA INDEPENDENCIA DEL ÁFRICA.

No hay comentarios: