jueves, 8 de julio de 2010

CARTA A NUESTROS CANDIDATOS ALIANCISTAS

SANTIAGO CREEL MIRANDA

Siempre he pensado que para cambiar al país es necesario hacerlo con una alianza amplia y plural. Así lo intentamos infructuosamente antes de que iniciara la contienda del año 2000 e, inclusive, después del triunfo de Vicente Fox lo volvimos a buscar, ofreciéndole al PRD la integración de un gabinete plural. Eso no solamente no sucedió, sino, por el contrario, los errores y las mezquindades de todos acabaron por separar y enemistar a las dos fuerzas políticas opositoras que más han contribuido a la democratización del país. El reto del reencuentro parecía imposible. El desafuero y las elecciones del 2006 alimentaron la pugna entre los partidos. Con la toma de posesión y el convulsionado inicio de la discusión de la reforma energética —que incluyó la ocupación de tribunas— parecía que la ruptura era irreversible. Sin embargo, la decisión de César Nava, Jesús Ortega y Luis Walton y los partidos que representan, junto con Manuel Camacho y la perseverancia de algunos de los legisladores en el Congreso, fue lo que permitió que volviera a abrirse una oportunidad de reencuentro. La política —hay que recordar, como lo decía Václav Havel— no es el arte de lo posible, sino de hacer lo imposible posible. En las giras en que los acompañé siempre intentamos explicar a las audiencias que esta elección no era un proceso electoral más, sino que se jugaba el futuro del país; que de su decisión del 4 de julio dependía no solamente transformar su entidad federativa sino abrir la oportunidad de inaugurar una nueva forma de hacer política en México. Reiterábamos que adversarios políticos éramos capaces de privilegiar el interés superior antes que los intereses de partido. Que podíamos construir a partir de nuestras coincidencias y dejar a un lado las obvias diferencias. Que esto no implicaba abandonar los principios que tenemos como militantes, sino que, por el contrario, la fuerza de nuestra alianza radicaba precisamente en que éramos distintos y capaces de construir una unidad dentro de la diversidad. Los estados que van a gobernar no han conocido la alternancia. Han sido 80 años de gobiernos que no han tenido avances importantes en materia de democracia, de transparencia, de rendición de cuentas, de manejo adecuado de los recursos públicos, de libertad de prensa, de combate a la corrupción y con gobernadores prácticamente sin control ni contrapesos. La gran hazaña de ustedes en parte ya está hecha, pero ahora viene lo más importante que es demostrar que se pueden hacer los cambios y conducirlos a través de un gobierno de coalición. Una nueva forma de ejercer que permita transitar a una convivencia auténticamente democrática, con un buen programa de gobierno, una agenda legislativa progresista y un gabinete integrado por los mejores hombres y mujeres de sus estados. La agenda de cambio debe incluir la democratización de los órganos electorales en sus entidades; que las comisiones de derechos humanos se transformen en instituciones autónomas, que no sean presididas o integradas por empleados del gobernador. Transparencia y rendición de cuentas, garantizadas por un auditor superior que le responda al Congreso local y no al gobernador. También se debe garantizar la libertad de prensa y darle un uso imparcial a los canales de radio y televisión estatales. En materia de seguridad, pienso que lo más importante es asumir plenamente la responsabilidad de salvaguardar la tranquilidad de las familias, con una adecuada coordinación con las fuerzas federales. Ahora los ojos de México están puestos en ustedes. Durante sus seis años de gestión tenemos que probar que los gobiernos de coalición funcionan, que son gobiernos de cambio, que privilegiar intereses superiores sobre los de partido o personales sirve para poder ensanchar el bienestar social, sobre todo para los que menos tienen. Saben que cuentan con quienes nos agrupamos en las fuerzas aliancistas para el cumplimiento de cada uno de sus compromisos de cambio. Lo que hagan ustedes puede determinar lo que pase después a nivel nacional. Un gobierno con la fuerza mayoritaria de los diferentes para poder enfrentar los viejos enclaves del sistema autoritario, que aún no se resigna a morir. ¡Enhorabuena y un fuerte abrazo para todos!


P.D. Xóchitl, Pepe y también añado a Miguel Ángel: no están solos, vamos a ir hasta las últimas consecuencias para que la voluntad popular se respete. ¡Ánimo! Hicieron campañas ejemplares, fueron en contra de todos los obstáculos posibles en un proceso electoral

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