EL PRI DE SIEMPRE

JAVIER CORRAL JURADO

En la red de Twitter, mundo en el que se asoman las más variadas expresiones de lo mejor como de lo peor del sentimiento humano —pero donde domina el pensamiento creativo y propositivo—, se configuran ejes temáticos sobre los cuales, los denominados followers opinan, escarban o aportan diversos enfoques.
Se conocen como hashtag. Uno de ellos es #elPRIdesiempre, que se ha constituido en un catálogo de dichos y hechos que caracterizan la cultura priista, por la que muchos de esos seguidores advierten lo que pasaría si ese partido regresara a la Presidencia de la República.
Sin embargo, no hay mejor mosaico ahora de #elPRIdesiempre que la campaña política que realiza Eruviel Ávila en el Estado de México, porque en menos de 15 días se han puesto en marcha las peores prácticas de esa cultura corruptora, en donde el insultante gasto de publicidad, la coacción y compra del voto, y la cooptación de actores políticos ha tenido una manifestación cínica.
Con la idea de abrumar a la gente de su presencia poderosa e “invencible” han tapizado de propaganda lugares reservados a la convivencia común de los ciudadanos en colonias y barrios. No fue menor el gesto cívico frente a esa intromisión, el que protagonizaron residentes de Zona Esmeralda en el municipio de Atizapán que gestionaron con el Ayuntamiento, el retiro de un espectacular del priista Eruviel Ávila sobre la calle Jiménez Cantú. Los vecinos de esa zona que históricamente ha sido ajena a la promoción de los partidos políticos mediante espectaculares o gallardetes, bajaron la publicidad.
Por supuesto que el fiel retrato de #elPRIdesiempre, es la manifestación del propio candidato priista Eruviel de que “premiar con automóviles y cargos públicos a las estructuras es una actividad añeja en el tricolor”, de la que él mismo se ha visto recompensado. “Es algo transparente, es algo legal, si otras opciones políticas no lo hacen aquí, nosotros sí lo hacemos; de hecho, yo soy producto de que en su momento fui apoyado, fui estimulado, porque vengo de la base militante del partido y poco a poco me reconocieron y fui llegando a donde ahora estoy”.
Por eso le resultó tan normal y transparente ofrecer “regalos muy buenos” como “mocharse” con cargos públicos en la administración estatal y en las presidencias municipales, que además de constituir un claro delito electoral, anticipa que aspira a desconocer los órdenes de gobierno y la división de los poderes.
En los cínicos fundamentos de una cultura clientelar, comprar personas y condicionar votos, es aceptado y normal. Por eso también el enorme dislate electoral —que lo coloca en una vulnerabilidad total—, de estampar en el papel con su firma de por medio, de crearles a los ex perredistas René Arce y Víctor Hugo Círigo, en los primeros 100 días de Gobierno, el Instituto de Economía Social y Solidaria, para que éstos o alguno de sus seguidores lo dirija.
La nota periodística describió así el compromiso: “nueve puntos que se pusieron por escrito y se firmaron, que en tres actos masivos, de al menos 5 mil electores mexiquenses, los perredistas harán una expresión pública del apoyo a Eruviel Ávila, además de difundir y promover su propuesta.
El Senador René Arce, quien llegó a ese escaño por el PRD, asegura contar con 140 mil simpatizantes en el Estado de México, pese a que su movimiento está situado en el Distrito Federal”.
Las cooptaciones han estado a la orden del día. Regidores, alcaldes y presidentes de comités municipales del PRD se han ido sumando con inusitada desfachatez a las filas priistas. Víctor Hugo Higuera Alegre, presidente del Comité Municipal del PRD en Tlalmanalco, fue la más reciente adquisición. Dijo que tras él, venían alrededor de cinco mil simpatizantes de los municipios que integran el distrito XXVIII con cabecera en Tlamanalco.
Estas cosas que pasan en el Estado de México, presagian tiempos execrables para el país. La democracia está amenazada por un plan para controlarlo todo, desde organismos electorales, tribunales, medios de comunicación, organizaciones sociales y partidos.
Usando maquinaciones rebuscadas y nefastas se han modificado leyes electorales para cancelar posibles coaliciones políticas. Se ha acortado el tiempo de las campañas para que no haya debate, comparación de plataformas, proselitismo. Sin tapujo, ni vergüenza se realiza un descomunal gasto en imagen del gobernador desde hace cinco años, violando la Constitución y las leyes, sin autoridad electoral alguna que lo sancione; hay una apabullante campaña del PRI a base de recursos públicos. Todos los medios utilizados forman parte de un plan cuya finalidad es pavimentar el camino a un Narciso de la política. Un hombre que no se conduce con la Verdad sino con el engaño y que sueña en ser el nuevo Cesar.
Desde antes de la campaña ha habido un sistemático reparto desde el poder de beneficios materiales. Se han comprado voluntades a diestra y siniestra. Esta labor de zapa se ha hecho gracias a las malas artes que sin embargo se conocen y denuncian por el hombre de la calle. La publicidad gubernamental que trata de pintar a Edomex como el País de las maravillas donde el Michael Jackson de la ilusión es un encopetado salido de algún musical como Vaselina, tiene más eficacia afuera del Estado que entre sus pobladores.
El mundo del nunca jamás presume obras para crear la ilusión de vivir en el primer mundo. Autopistas, pasos elevados, distribuidores viales. Sin embargo hay una realidad que ni las pantallas ni los espectaculares reflejan: al hombre de la calle que recibe pésimos servicios en los transportes públicos, los maestros de las escuelas que no son capacitados, las madres de familia que sufren el desempleo del esposo o el hijo o el de ella misma. Este mundo no es esplendoroso, sino áspero. Es el PRI de siempre, con su fotografía más actual, el Estado de México.