GENARO GÓNGORA PIMENTEL
La situación actual de violencia e impunidad por la que atraviesa México ha propiciado un entorno de inseguridad y violaciones a derechos. Tratándose del derecho a la libertad de opinión y expresión ha visto gravemente mermado.
En nuestro país el derecho a la libertad de expresión está consagrado constitucionalmente en los artículos sexto y séptimo, a nivel internacional se encuentra previsto en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su artículo diecinueve y en la Convención Americana de Derechos Humanos en los artículos trece y catorce, instrumentos en los que México es Parte.
La libertad de opinión y expresión en México, enfrenta una situación crítica con graves y diversos obstáculos, dentro de los que destacan asesinatos a periodistas, intimidación, amenazas, hostigamientos y actos graves de violencia contra quienes se dedican a informar, a difundir ideas y opiniones. La impunidad, la ausencia de investigación y falta de castigo a estos crímenes han provocado que la violencia contra las y los periodistas se intensifique, constituyéndose en uno de los mayores obstáculos para ejercer la libertad de expresión.
Quienes ejercen el periodismo se enfrentan a una lucha contra la impunidad y a una serie de situaciones que obstaculizan su labor propiciándoles un entorno de inseguridad, muchas de las veces el costo de difundir información es la vida y cuando esto sucede se calla una voz, una manera de transmitir la realidad, se mata un mundo, un sentir, se silencian los ecos de un alma.
La libertad de expresión es un derecho fundamental que constituye uno de los pilares esenciales de una democracia. La labor de reunir, analizar y divulgar información y el derecho de todas las personas a ser informados, son vitales en una sociedad, en esta dinámica los periodistas desempeñan una función clave, al formar parte del sistema de equilibrio de poderes y al contribuir al desarrollo y fortalecimiento de la democracia de un Estado.
El mecanismo de persistente impunidad y trasgresiones constantes, selectivas y masivas a periodistas han convertido a México en un país de censura y peligro para la actividad periodística.
Según el Informe del Relator Especial sobre la Promoción y Protección del Derecho a la Libertad de Opinión y de Expresión, Frank La Rue, dado a conocer en el 2011, México es el país más peligroso para ejercer el periodismo en las Américas. Muchos de los y las periodistas se encuentran sometidos a una atmósfera de intimidación que provoca autocensura, por temor a ciertas represalias la prensa se ha visto obligada a silenciarse y la consecuencia de esto es que la sociedad en su conjunto está perdiendo conocimiento de lo que está sucediendo al privarnos de información de alta relevancia pública que, además, resulta esencial para contrarrestar algunos de los fenómenos delictivos que enfrenta la sociedad mexicana.
En dicho informe también se señala que la mayor parte de las agresiones extremas se concentra en entidades federativas que padecen fuerte presencia del crimen organizado.
La libertad de expresión es uno de los valores fundamentales de toda democracia y a su vez el ejercicio del periodismo es una forma de democratización. Tristemente en México se ha vuelto una actividad de riesgo y peligro para la vida de muchos periodistas y comunicadores.
Son lamentables las cifras que la Comisión Nacional de Derechos Humanos dio a conocer el 3 de mayo del presente año con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, en las que reportó 68 homicidios y 13 desapariciones de comunicadores, así como 473 quejas recibidas, 21 atentados a instalaciones de medios y 20 recomendaciones emitidas por agravios.
Los números hablan y desnudan el sistema de violencia e impunidad instaurado en México, somos uno de los países más inseguros, cuando se agrede o se mata a un periodista, no se trata solo de una violación para la persona que la sufre, sino también significa un ultraje a la sociedad completa y resulta un agravio para la democracia. Hay un derecho a la información que todos y todas poseemos y un interés de la ciudadanía por conocer y mantenerse bien informada y es precisamente el periodismo la llave maestra que tiene la sociedad.
Sin conocimiento del pueblo perece esta realidad que demanda fuertes desafíos. Hay grandes temas pendientes en la Agenda Nacional, la protección a los periodistas es uno de ellos, la serie de abusos, secuestros, amenazas y hostigamiento de la que muchos han sido victimas, dejando en absoluta indefensión y vulnerabilidad a todos aquellos que dedican sus vidas a la ingeniosa y valiente labor periodística.
“La prensa debe ser vista y considerada como una
aliada del Estado y de la sociedad en el fortalecimiento
de la democracia y del Estado de Derecho”[1]
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[1] Informe del Relator Especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión, Frank La Rue, párr. 31.
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