viernes, 28 de enero de 2011

EL PODER DE INTERNET

MIGUEL CARBONELL

A veces estamos tan ocupados en nuestros problemas cotidianos y en nuestros pequeños debates políticos, que no somos capaces de darnos cuenta de lo mucho que cambia el mundo. Discutimos durante horas sobre la reforma del Estado, sobre la selección de los candidatos para tal o cual puesto de elección popular, sobre el desempeño del Presidente o de sus secretarios, pero no siempre advertimos que tales debates en alguna medida se van volviendo irrelevantes frente a las nuevas formas de comprender y analizar el mundo. La forma en que hemos sido educados, en la que se transmiten desde hace años los conocimientos, en la que nos informamos y viajamos está dando un vuelco de enormes dimensiones. La masificación de internet ha cambiado por completo sectores enteros de nuestras vidas, a una velocidad y con una intensidad que hace muy poco tiempo hubiera sido impensable. Algunos datos sirven para ilustrar la magnitud con la que el tsunami tecnológico está sacudiendo nuestras vidas. En el mundo hay mil 970 millones de personas que utilizan internet, de los cuales 825 millones están en Asia (42%), 475 millones en Europa (24%), 266 millones en Norteamérica y 204 en América Latina y el Caribe (lo que representa 10.4% de usuarios a nivel mundial). En el 2010 el número de usuarios de internet se incrementó en 14%. Para 2015 se estima que habrán en el mundo 3 mil 500 millones de usuarios de la red. Una de las principales funciones de internet son los correos electrónicos, que han convertido en una reliquia a los servicios de correo físico y casi en una antigualla a los carteros, tan omnipresentes hasta hace pocos años. En el mundo existen 2 mil 900 millones de cuentas de correo electrónico, 25% de las cuales son de carácter corporativo (vinculadas al trabajo o a alguna organización de la que el titular forma parte). En otras palabras, prácticamente uno de cada dos seres humanos en el planeta tiene una cuenta de correo electrónico, aunque algunos tienen muchas más. Hasta finales de 2010 existían 255 millones de páginas web, de las cuales 21 millones fueron creadas en el transcurso de ese año. Esto significa que cada día se crean aproximadamente 57 mil 500 páginas, o sea 2 mil 400 por hora y 40 por minuto. Antes la posibilidad de difundir el propio pensamiento estaba restringida a los círculos de intelectuales, académicos, periodistas u otras personas influyentes. Hoy cualquier persona puede construir su propia plataforma comunicativa —incluso de forma gratuita— a través de los llamados blogs, de los cuales hay 152 millones en el mundo. De hecho, algunos de los medios de comunicación más influyentes hoy en día son en realidad blogs seguidos por millones de lectores. Los blogs han creado una nueva forma de hacer periodismo, sumando las posibilidades del internet a la buena investigación informativa. La página web de EL UNIVERSAL (la más leída de México) es un ejemplo del tipo de nuevo quehacer periodístico que permite la red. Las redes sociales son otro fenómeno que también está cambiando en profundidad la vida de millones de personas y que además impactan en el mundo de las finanzas, la política, los medios de comunicación, etcétera. Basta recordar que el multimillonario más joven del mundo es el creador de la red social Facebook, Mark Zuckerberg, nombrado como “persona del año 2010” por la revista Time. Se estima que Facebook tiene un valor de 50 mil millones de dólares (lo que equivale a la mitad de todas las reservas de dólares que tiene México). Hoy en día Facebook cuenta con más de 600 millones de usuarios, de los cuales 250 millones se sumaron solamente en el año 2010. La otra gran red social, Twitter, acaba de pasar de los 200 millones de usuarios (100 millones de nuevos usuarios en 2010). En Estados Unidos, uno de cada ocho matrimonios tuvo su origen en Facebook. Y en uno de cada cinco casos de divorcio se ofrecen pruebas recabadas en esa red social. De ese tamaño es el impacto del internet en la forma en que la gente se conoce. México se está sumando con fuerza en esa gran corriente mundial. Casi 40% de la población utiliza internet y las conexiones de banda ancha se han multiplicado (pese a las deficiencias del servicio y a su elevado costo) en los años recientes. También los políticos están descubriendo las potencialidades de tener una página propia y de contar con presencia en las redes sociales, tal como lo hizo Obama en su exitosa campaña presidencial de 2008. Como puede verse, el reto de asumir el salto tecnológico es impresionante. Pero no debemos quedarnos atrás. Quien no sea capaz de sumarse, estará dejando ir una de las más grandes oportunidades que nos ofrece el mundo moderno.

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