sábado, 2 de octubre de 2010

EL ASCENSO DIPLOMÁTICO BRASILEÑO Y DECLIVE MEXICANO (I-III)

HERMILIO LÓPEZ BASSOLS

Aunque es imposible precisar hoy por la tarde si los golpistas conservadores derribarán al primer mandatario de Ecuador, las primeras informaciones preocupan al continente ante el acecho de la violencia y la ruptura del orden legal, en la hermana república ecuatoriana. Sería el último en desear que un presidente progresista, Correa -como Chávez, Funes, Lula, Morales-, fuera derribado por un golpe castrense, donde las fuerzas más reaccionarias se alían con los intereses más nefastos del Imperio. Esto me lleva a mencionar el franco descrédito internacional en el que ha entrado la administración Calderón. Es imperdonable que la Cancillería diga ante los representantes populares y ante senadores que unánimemente, en el exterior, se reconoce la labor del Gobierno en la lucha contra el crimen organizado. Días antes, el Gobierno mexicano pretendió ignorar el clamor general contra la masacre de indocumentados centroamericanos que ocurrió en el norte. Semanas antes, "regularizamos" nuestra relación con Honduras, traicionando los principios de nuestra política exterior. ¿Qué haremos si el golpe se consuma?
Por ahora no elaboraremos sobre ese párrafo, en parte porque las noticias son oscuras, y en parte, porque merece un examen específico la alarmante claudicación de nuestra política exterior, dirigida sin tino ni dirección, y ejecutada en la misma forma.
Veamos cómo otro país del continente, en 8 años, semejante al de las administraciones panistas, ha emergido en el horizonte internacional como una potencia de importancia regional, secundada por transformaciones estructurales de su economía: Brasil. La política exterior es una arma fundamental para el desarrollo y en Brasil esto ha ocurrido. El coloso del sur ha logrado dar continuidad, independientemente de partidos, al proyecto económico y así ofrecer estabilidad, lo que no ocurrió en México, que hoy se encuentra en la puerta de un gravísimo deslave. Por otra parte, el partido de los trabajadores ha mejorado sensiblemente el ingreso de la clase baja y ha llevado más de 30 millones a la clase media.
Brasil cuenta con un servicio exterior inteligente, bien formado y disciplinado que conoce los objetivos de Itamaraty. Ha localizado e intensificado sus relaciones con países eje del mundo como son China, India y Sudáfrica, y actúa con coaliciones de "geometría variable" como el G-20, en la OMC con los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), especialmente en cuestiones financieras, y ha promovido también coaliciones con otros países para acciones específicas como las relativas a la emisión de emisiones de carbón. Brasil puede ser el primer país que consiga un asiento permanente dentro del Consejo de Seguridad, de abrirse en ese órgano a nuevos miembros. Mas donde Brasil ha obtenido resultados concretos es en la cooperación sur-sur, ensanchando su influencia en toda Sudamérica y haciéndose presente en el África, donde tiene el gran bono de varios países que alguna vez fueron colonias de Portugal. Pero sus relaciones no se han traducido solamente en acuerdos (recuérdese el anuncio de la "integración" México-Brasil anunciada por Calderón a principios del año que fue boicoteada por el Consejo Coordinador Empresarial de México), sino que Brasil ha dotado de esquemas de cooperación en las áreas de salud, agricultura y educación, al dar al proceso de coo-peración un contenido social que resulta del interés de países de menor desarrollo.
Pero seguramente donde la diplomacia ha logrado sus mayores éxitos ha sido en su relación con Estados Unidos, descartando un tercermundismo anacrónico y manejándose en forma pragmática ante los contenciosos que le pudieren deparar la relación. Es así que Brasil, por ejemplo, con Turquía, se opuso a las sanciones del Consejo contra Irán. A la disminución de su balanza comercial con Estados Unidos se ha lanzado a la búsqueda de otros mercados -UE- y el fortalecimiento de relaciones con el Mercosur al que ha ofrecido financiamiento privilegiado. Con Cuba, que podría ser piedra de toque, en vez de acusarle por la violación de derechos humanos, le ha apoyado en los cambios estructurales de apertura que se inician.
Si bien éstos son sólo algunos de los hechos, éstos serán analizados en próximas colaboraciones, porque serán el bagaje que Dilma Rousseff tendrá al tomar la Presidencia y proseguir en el exitoso camino de la diplomacia brasileña.
Continuará

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