Atrapado en el callejón cercado de mentiras que él mismo construyó, el secretario Juan Molinar improvisa ahora una explicación inverosímil para la Licitación 21que él aprobó. Esa decisión de la Cofetel, refrendada luego por el secretario de Comunicaciones y Transportes, le asigna a Televisa y Nextel un segmento de espectro radioeléctrico por 180 millones de pesos. En cambio otras empresas, Telefónica y Telcel, pagarán 5 mil 68 millones de pesos por un paquete de frecuencias de las mismas dimensiones. Molinar y antes el presidente de la Cofetel, Mony de Swaan, llevan al menos cuatro intentos fallidos en su esfuerzo para justificar esa inadmisible decisión. Primero dijeron que esos resultados eran normales en una licitación sometida a ofertas y regateos de los interesados en adquirir aquellos segmentos de espectro radioeléctrico. Pero nunca supieron explicar por qué, por la misma cantidad de espacio para telefonía, unos estuvieron dispuestos a pagar casi 5 mil millones de pesos y a otros se les permitió sufragar nada más 180. Luego, el secretario y su antiguo jefe de asesores propalaron una cifra mucho mayor, 18 mil millones de pesos, para decir que a esa cantidad ascendería el pago de Nextel y Televisa, al cabo de dos décadas, por utilizar 30 MHz. En ese dato no había revelación alguna. Los concesionarios de espectro para telefonía deben pagar un enganche –allí es donde se registró la desigualdad que ha ocasionado tanta indignación– y luego, tienen que pagar derechos anuales hasta el término de esa autorización. Lo que no querían decir Molinar y De Swaan es que las otras empresas, Telefónica y Telcel, también pagarían 18 mil mdp por concepto de derechos, además del enganche de 5068 millones de pesos. La tercera estratagema consistió en subrayar que aparte de los derechos, Nextel y Televisa gastarían otros 18 mil millones de pesos en la creación de infraestructura para utilizar los Megahertz obtenidos en la Licitación 21. Como recurso propagandístico de las empresas, puede ser entendible que mencionen toda esa inversión. Pero que la autoridad se mimetice con el discurso de tales empresarios y se ufane de una inversión que tienen que realizar para que sus negocios en telefonía sean redituables, manifiesta un patético extravío de nuestras autoridades en materia de telecomunicaciones. No defienden los intereses del Estado y, por añadidura, se vuelven voceros de intereses privados. Por lo demás, Molinar no ha demostrado que Nextel y Televisa estén obligadas a invertir los muy mencionados 18 mil millones de pesos. De todos modos, haciendo las adiciones que fuesen, resulta que Televisa y Nextel le pagarán al Estado mexicano 4 mil 888 millones de pesos menos que Telcel y Telefónica. La danza de cifras que el secretario Molinar ha querido ofrecer, aparentemente porque creía que con ellas despistaría o confundiría a los interesados en comprender la Licitación 21, inevitablemente desemboca en la misma diferencia. Televisa y Nextel fueron beneficiados con una decisión de la Cofetel y la SCT. Hay un quebranto de casi 5 mil millones de pesos que el patrimonio del país deja de recibir por culpa de esos funcionarios. Ahora, Molinar ensaya una cuarta, nueva y más disparatada versión. Asegura que la diferencia entre los pagos resultado de la Licitación 21 no se debe a que Televisa y Nextel paguen menos, sino a que Telcel y Telefónica pagaron mucho. Según el secretario de Comunicaciones, dichas empresas aumentaron artificialmente el precio de sus posturas y a eso se debe la diferencia. Al ocurrente secretario se le olvida explicar por qué Telcel y Telefónica iban a querer pagar, en conjunto 4 mil 888 millones de pesos más que sus competidoras. Parece de risa, y lo sería excepto porque se trata de una muy grave exacción al patrimonio público de la que es responsable el secretario Molinar. El miércoles 13 de octubre, en el debate que sostuvo con el diputado Javier Corral ante el grupo parlamentario del PAN en San Lázaro, Molinar llegó cargado de cifras y diapositivas pero sus argumentos eran notablemente endebles. Impugnador pero antes que nada entendedor del daño que el gobierno actual está haciéndole a las telecomunicaciones y al país, el diputado Corral ganó ampliamente el debate con Molinar. La gran mayoría de los diputados que formularon preguntas o que expresaron reuniones después de las primeras exposiciones, manifestaron simpatía con las posturas de Javier Corral. Consecuencia de la exposición clara que presentó ese legislador, el resultado de ese debate además fue ocasionado por los dislates de Molinar. El titular de la SCT quiso sacudirse así el insistente reclamo de Corral acerca de las cifras que proporcionaba: “De cualquier manera le faltan 5 mil millones de pesos, dice el diputado. No, lo que sucede es que hay 5 mil millones de pesos por encima del valor que garantiza el interés patrimonial del estado”. Para Molinar, ese “interés patrimonial del Estado” es el costo mínimo que tiene el espectro radioeléctrico. Aunque en ningún momento precisó cuánto debiera valer cada Megahertz, con esa maroma argumental quiso justificar la ganga en beneficio de Televisa y Nextel. Según tal apreciación, cualquier cantidad que rebasara ese monto mínimo era ganancia adicional para el Estado pero su ausencia no debiera ser contabilizada como pérdida. La desfachatez del secretario Molinar es sorprendente. El hecho de que el Estado deje de recibir 5 mil millones de pesos lo minimiza diciendo que no es pérdida lo que no es ganancia. No se trata de una nueva teoría económica, sino de un flamante subterfugio para encubrir un manejo turbio con recursos que son propiedad de la Nación. Molinar, además, quiso engañar con sus cifras. Las cuentas de los cuadros que les mostró a los diputados no ajustan en varios casos. Las ponderaciones que presentó para actualizar los precios que pagan diversas empresas por el uso del espectro radioeléctrico son contradictorias. Esta es una perla, entre varias barbaridades que dijo el secretario en ese debate: “¿Qué pagos hay? El primer pago, que podemos decir es el pago que hicieron y que se quiere comparar por los 30 Megahertz en el que participaron todos los que quisieron y fundamentalmente lo hicieron los competidores grandes, fue de 5 mil millones, contra sólo 180 millones de pesos de Nextel y Televisa, sin duda alguna. Hay una enorme diferencia de 96 por ciento entre uno y otro pago, y se dice: ‘esa es la ganga’ ”. ¿Cómo que entre 180 y 5 mil hay una diferencia de 96 por ciento? Si fuera 96%, en vez de 5 mil el pago que hicieron Telcel y Telefónica habría sido de 352 millones de pesos. Pero como el secretario Molinar bien sabe, el pago fue de 5 mil 68 millones de pesos por una banda idéntica a la que a Televisa y Nextel les costó nada más 180 millones de pesos. La diferencia entre 180 y 5 mil es de 2815% (dos mil ochocientos quince por ciento). ¿Cómo puede explicarse que Molinar quiera hacer pasar una diferencia de 2815% por una de 96%? No fue un lapsus, ya que la cifra está en la presentación que llevó en power point. Solamente puede pensarse que eso le ocurre por ignorante o por malévolo. Hay quienes aseguran que el secretario Molinar es muy inteligente, aunque deslices como ese obligan a pensar que debería demandar en la Profeco a los profesores que le enseñaron aritmética. El problema es que en manos de ese funcionario –y de su alter ego Mony de Swaan– se encuentran las telecomunicaciones de nuestro país. Así ocurre por decisión del presidente Felipe Calderón.
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