jueves, 28 de octubre de 2010

MEDALLA BELISARIO DOMINGUEZ

SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ

"Hay violación a la autonomía cuando el Estado por cualquier medio coarta la independencia académica de la Universidad". Tal fue la posición central expresada y defendida gallardamente por el rector de la UNAM Javier Barros Sierra en el conflicto suscitado en la UNAM en 1968. Como ya registra la historia, resulta incontestable la contribución de este personaje -en un momento crítico de la vida del país- a la construcción de la autonomía universitaria. Por ello el Senado de la República le confiere el alto honor republicano de recibir la medalla Belisario Domínguez.Hace unos días, al recibir Mario Vargas Llosa la noticia sobre la decisión de otorgarle el premio Nobel de Literatura, señaló que lo entendía también como un reconocimiento a la lengua española. No me es difícil pensar que don Javier Barros Sierra hubiese dicho algo similar sobre el significado de la imposición de la medalla Belisario Domínguez como un premio, sí, para él, pero también para su Universidad y especialmente para refrendar el compromiso con la autonomía universitaria como bien cultural instrumental para beneficio de la nación.Gracias en no poca medida a la defensa que de ella hace Barros Sierra, hoy ésta cuenta con protección jurídica reforzada, formada sobre todo a partir del 68 que adquiere los rasgos de lo que los teóricos del derecho suelen denominar garantía institucional -cuya defensa es equiparable a la protección de un derecho humano. La autonomía universitaria se construye frente a los poderes del Estado pero también tiene una vertiente intrauniversitaria. Recordemos que la libertad de investigación y cátedra de los universitarios es oponible a las autoridades del Estado, pero también a las autoridades universitarias.La bibliografía sobre el 68 es muy extensa. Buena parte de quienes participaron de un lado o del otro viven, lo que explicó la diferencia de opinión sobre lo que sucedió en aquellos días. Es lo propio de los estudios sociales. Pero nadie parece estar en desacuerdo que la autonomía universitaria es un valor cultural, y los muchos méritos del ingeniero Barros Sierra para protegerla.Muchos de los Senadores que votaron por premiar el mérito al Ingeniero Barros Sierra eran estudiantes en el 68 -estaban, por así decirlo, en el mismo equipo- y, hoy conviven en la vieja Casona de Xicoténcatl representando diferentes partidos políticos en uno de los poderes del Estado mexicano. Son todos ellos herederos y constructores del pluralismo político que a partir del 68 no cesará en la búsqueda de protección constitucional efectiva y de asentarse como práctica entre los mexicanos.Al tiempo que los Senadores de la LXI Legislatura refrendan un compromiso con la autonomía universitaria en la persona de Javier Barros Sierra, me parece que también decidieron reiterar su compromiso con otro valor de la sociedad mexicana, el pluralismo político, al decidir otorgarle la medalla Belisario Domínguez a don Luis H. Álvarez. Autonomía universitaria y pluralismo político tienen como denominador común la libertad -lo que une la trayectoria vital de dos de sus defensores, Javier Barros Sierra y Luis H. Álvarez.Desde que fuera candidato al Gobierno de Chihuahua y posteriormente a la presidencia de la República en 1958 -compitiendo contra Adolfo López Mateos- Luis H. Álvarez se ha distinguido por reivindicar el respeto a la ley y a la democracia. Fue electo presidente municipal de Chihuahua en 1983, y fue Senador de la República en 1994-2000; en este cargo de representación forma parte de la COCOPA que negocia la pacificación del EZLN en Chiapas, estado de origen del Dr. Belisario Domínguez. Funge como presidente del PAN entre 1987 y 1993 cuando su partido político obtiene el primer triunfo en las elecciones para gobernador de un estado de la República en el año de 1989, Baja California, coronando una larga lucha del PAN por impulsar el cambio político en México desde la ley.Por todo ello creo que fue un acierto de los Senadores de la presente LXI Legislatura del Congreso de la Unión, otorgar ambos premios simultáneamente a hombres de nuestra vida pública que personifican con tanta dignidad los valores de la autonomía universitaria y el pluralismo político.

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