Al corte de las 11:50 horas, con el 98.53% de las actas de casillas, el PREP/IFE otorgaba al PRI el 36.84% de la votación total emitida y al Verde el 6.72%, porcentajes que se ajustarán al alza una vez que se calcule la votación nacional emitida, que resulta de restar a la primera los votos nulos, por candidatos no registrados y los del PSD, que pierde registro. Grosso modo, la base para la distribución de plurinominales sería 93.4%, por lo que los porcentajes del PRI y del PVEM, para ese efecto, serán del 39.43% y 7.19%, respectivamente.Atendiendo a la norma que limita la sobrerrepresentación de un partido en 8 puntos porcentuales, el PRI podría alcanzar, por sí mismo, el 47.4% del total de curules, es decir, 237. Ahora bien, si la coalición electoral entre el PRI y el Verde transita a un frente parlamentario estable en la próxima legislatura acumularía 258 diputados (estimando 21 curules para el PVEM). Mayoría absoluta.Tal escenario no es una especulación; lo anticipó la noche del domingo pasado, en conferencia de prensa, Beatriz Paredes. Pero el problema no es sumar curules, sino elaborar la agenda y compromisos que sustentarían esa alianza en San Lázaro. Como ha sido documentado, Televisa y TV Azteca tendrán sus propios diputados (podrían ser siete) en la futura bancada del PVEM, cuya agenda, como es obvio, tendrá como primer punto dar marcha atrás a la prohibición de compra-venta de tiempo, con fines político-electorales, en TV y radio; otro punto será impedir que la legislación, pendiente, en materia de telecomunicaciones y los referidos medios afecte los intereses del duopolio.El PRI obtuvo la victoria, por sí mismo, en 136 distritos, y en otros 50 en coalición con el Verde, de estos últimos en 46 el candidato ganador es priista; en 2006 el tricolor alcanzó la victoria en 65 distritos, ahora llega a 186, casi el triple. La contundencia del triunfo del PRI revela su dimensión al considerar que, de seis gubernaturas en disputa, obtiene la victoria en cinco (Campeche, Colima, Querétaro, San Luis Potosí y Nuevo León), mientras que la derrota en Sonora obedece a la tragedia.Apabullante es el resultado municipal del PRI en la mayoría de los estados que celebraron comicios concurrentes. La lista de municipios recuperados es impresionante. Valgan como ejemplo: Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Cuernavaca, San Luis Potosí, Manzanillo, Toluca, Ecatepec, Naucalpan, Tlalnepantla, Metepec, Nezahualcóyotl, Chalco, Texcoco. De igual forma la cosecha de diputados locales es pródiga para el PRI, con las excepciones del Distrito Federal y Sonora.Para el PAN el resultado es catastrófico, su 28% de votación nacional le dará, en principio, un total de 142 diputados en San Lázaro, 64 menos que los obtenidos hace tres años; menos del tercio que la Constitución establece para interponer ante la SCJN acciones de inconstitucionalidad. En materia del presupuesto anual de egresos, la futura bancada azul no podrá, llegado el caso, sostener un eventual veto presidencial a lo que apruebe la mayoría en San Lázaro.La pérdida de dos bastiones estatales, como lo eran Querétaro y San Luis Potosí, sumado al fracaso en Nuevo León, no tienen compensación con la victoria en Sonora; menos aún ante el recuento de pérdidas municipales. La derrota es huérfana, pero Germán Martínez no pudo negar la paternidad; su último servicio al que lo impuso en la jefatura nacional ha sido reconocerla y anunciar, ayer, su renuncia.El saldo del PRD es negativo por partida doble. Retrocede a su nivel de 1991 (12.2%) sólo que en medio de la división interna y la perspectiva de fractura. Los Chuchos culpan a López Orador, y éste les revira de inmediato reafirmando ¡su militancia perredista!, gracias a la cual el PT y Convergencia acumulan 6.2% de la votación nacional y Juanito es delegado electo en Iztapalapa.La participación ciudadana se ubica en 45%, entre otros factores gracias al voto nulo, que alcanzó 5.4%, lo que amerita reflexión aparte. El IFE, por la jornada electoral, merece un 10.
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