viernes, 10 de julio de 2009

¡FUERA, GERMÁN! ¡FUERA..!

FRANCISCO MARTIN MORENO

¿Te percatas de que al sabotear el principal objetivo político de Calderón no sólo traicionabas al jefe de la nación, sino a la patria misma al hundir en el desamparo a millones de hogares en los que el hambre ha irrumpido violentamente por puertas y ventanas?
Felipe Calderón tuvo toda la razón en pedirle a Germán Martínez la renuncia como líder del PAN. ¡Qué estatutos ni qué autonomía ni qué respeto a la voluntad de los panistas!: ¡Fuera, Germán, fuera! Calderón lo nombró, ¿no..?, pues Calderón lo largó de acuerdo a la usanza del priismo más decantado de todos los tiempos. ¿Qué más daba ignorar el punto de vista de los militantes con tal de deshacerse del auténtico y único responsable de la tragedia electoral sufrida por ese instituto político en las elecciones pasadas del 5 de julio? Por supuesto que era justificado atropellar los estatutos tal como lo hiciera Calles cuando nombraba y destituía a los presidentes del PNR. No importa que la herencia callista haya entrado por la puerta grande del PAN si de lo que se trataba era de imponer la justicia y excluir del círculo íntimo de los privilegiados a quien no supo conducir al país por la vía de la evolución y el progreso tal como lo había prometido.
¡Fuera, Germán! ¡Fuera! Tú eres el único culpable de la catástrofe financiera que padece nuestro país. Tú y sólo tú debes responder por el desplome de más de 8% del PIB. Tú y nadie más que tú eres el responsable de la parálisis económica que nos acosa, debido, entre muchas otras razones, a que no ejecutaste las inversiones multibillonarias acordadas en infraestructura para tratar de paliar, de alguna manera, los efectos de otra terrible recesión que se avecinaba. Tú, Germán, eres el único culpable de que la construcción de carreteras, puentes, vías férreas, puertos y aeropuertos no se haya llevado a cabo y se lastimara gravemente la figura del Presidente del Empleo, quien, con crisis o sin ella, prometió crear millones de puestos de trabajo. ¿A quién si no a ti, Germán, se le puede acusar justificadamente de que en la actualidad existan dos millones y medio de mexicanos sin empleo? ¿Te percatas de que al sabotear el principal objetivo político de Calderón no sólo traicionabas al jefe de la nación, sino a la patria misma, al hundir en el desamparo a millones de hogares en los que el hambre ha irrumpido violentamente por puertas y ventanas.
Seamos honestos: deberías haberte responsabilizado de la patética ineficiencia de la mayoría de los secretarios de Estado… El gabinete no es sino un conjunto inacabado de funcionarios incapaces que ayudaron, en su debida proporción, al desastre desde que, por ejemplo, subejercieron el presupuesto que tenían asignado, entre otras torpezas.
Tu renuncia al PAN, o mejor dicho, tu despido, se debe también a que la aprehensión de los presidentes municipales de Michoacán se hizo con evidentes intenciones electoreras cuando escasamente faltaba un mes para los sufragios. La ciudadanía se dio cuenta de que se trataba de una maniobra política burda, vulgar y grosera porque los escandalosos arrestos se podrían haber ejecutado posteriormente sin tratar de lucrar políticamente con la causa de la seguridad pública. El electorado no compró la estrategia de utilizar a la fuerza pública para que te cubrieras el pecho con medallas que no te correspondían. He ahí otra explicación de tu estrepitosa caída. ¿Otro elemento más que no digirió la sociedad? Ahí te va: cuando propusiste a Calderón que se erigiera como el gran defensor de la salud del pueblo y lo presionaste para que tomara medidas apresuradas orientadas a erradicar la influenza, no sólo dañaste la economía del país, además de crear pánico en el orden nacional e internacional, sino que tampoco convenciste al electorado. En otros países simplemente se aislaron las células sociales infectadas y se dominó la epidemia… La salud de los mexicanos se podría haber defendido sin tanto alboroto ni tanto daño. Tus consejos pavimentaron el camino de acceso del PRI a Los Pinos. Tú eres el único responsable de que el PRI pueda regresar en 2012 a Los Pinos, en el entendido de que ya todos sabremos la fecha de ingreso de los priistas al gobierno federal pero tal vez tardemos otros 70 años en volverlos a echar a patadas. De modo que, si vuelven, tuya y sólo tuya será la culpa de esta nueva amenaza que se cierne sobre México.
Y ya que se trata de enrostrarte todas tus responsabilidades también debo decirte que si las reformas estructurales que demanda el país no se llevaron a cabo, lo anterior fue por tu propia incapacidad política ya que no supiste colocar a los interlocutores necesarios para negociar y cabildear en el Congreso de la Unión. México necesitaba como necesita una rJustificar a ambos ladoseforma petrolera, una tributaria, una laboral, una eléctrica, otra al IMSS que se encuentra quebrado, una del Estado y, sin embargo, ninguna de éstas se logró porque no supiste nombrar a los funcionarios adecuados para llevar a cabo las obras faraónicas de carácter legislativo que exigía la nación.
¡Qué bueno que ya te corrieron como empleada doméstica, Germán: ahora, ya sin ti, te lo aseguro, vendrán los buenos tiempos con los que siempre hemos soñado los mexicanos..! Tú eras el verdadero problema… Gracias, Calderón, mil gracias…

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