viernes, 10 de julio de 2009

¡JOSÉ TOMÁS PASA A LA HISTORIA!

HERMILIO LÓPEZ-BASSOLS

BARCELONA. Cervantes en El Quijote, llama "Patria de Valientes" a esta ciudad, donde el domingo pasado, José Tomás (Román Martín), en la Monumental, reivindicó el toreo-arte en su mejor expresión contemporánea. Se trajeron 18 reses para que aparecieran con su más de media tonelada dos de Núñez del Cuvillo, dos de Victoriano del Río y dos de El Pilar -todos sangre de Domecq-. JT, en verde botella y oro, pronosticó que todos los periódicos de España lo tendrían en primera plana ante la ausencia de titulares en algunos de ellos el domingo. Tras partir plaza, recibió una estruendosa ovación que mostraba el cariño de la audiencia venida de allá y de acullá. Esta es su plaza, es la primera donde se encierra con seis toros en solitario y es la de sus mayores triunfos -como también fue la de Manolete, su maestro-. De 1996 a la fecha ha cortado 44 orejas, dos rabos y un indulto a "Idílico" de Núñez del Cuvillo, el año pasado.Aquí en esta plaza mudéjar y bizantina, con el fondo de La Sagrada Familia, 20 mil "afortunados", el de Galapagar (Madrid) iba a resolver un dilema, ¿es Él, y los demás? ¿Algo muy sonoro han dicho Morante, Ponce y El Juli este año que motivó que JT refrendara su sitio? Es el torero de la época y el veredicto a las casi diez de la noche era casi unánime en el mundo del toro. Sólo los remilgosos de siempre le exigen comparecer en Sevilla, Madrid y Bilbao pero él tiene sus motivos para privilegiar a la Ciudad Condal.Llevó JT su cuadrilla catalana a la que después brindó como también al público y nada más, aún si Juan Carlos estuviera allí como sucedió el año pasado. El es el rey de la tauromaquia. En su primero, el de menor peso, fuerza y casta sólo dibujó varios pases en redondo y su esfuerzo en los naturales lo estropeó el de Cuvillo -la ganadería predilecta del Maestro- y luego, no tuvo suerte con el estoque. Con el segundo, bronco, JT usó su cuadrilla primero para fijarlo y luego para señalarle al burel cuál es su terreno, dobló primero con majestad, dio bellos pases en redondo y calentó a la plaza con excelentes y ceñidos naturales por lo que mereció la oreja a pesar de una estocada defectuosa. Pero ya estaba allí el Maestro, indisputable. Al primero de Victoriano lo recibió con excelentes verónicas, a las que siguieron cadenciosas chicuelinas que pusieron de pie al público al rematar con una media y un desplante de ensueño. Había que brindar al público y así lo hizo, comenzó la faena con seis estatuarios enormes en el centro de la plaza y un cambio por la cara: estalló el ¡Torero, Torero! De las gargantas. Antes de la música, pases en redondo, su trinchera de cartel varias veces repetida y otra tanda de naturales, el toro lo voltea y un buen quite de Aparicio lo salva, JT ni se despeina y agradece con una granadina. El triunfo es total. Un apéndice y ¡el Sol no afloja!Volvieron los mismos hierros, en el cuarto nos obsequió verónicas con una rodilla en la arena, exquisitas y pronto nos hizo recordar sus muchos años en Aguascalientes. Ante un excelente ejemplar de El Pilar le dio los mejores muletazos, se perfiló en lo alto y clavó el estoque para dos orejas que un juez remolón negaba ante una plaza enteramente nívia. En el quinto se sentó en el estribo, como el mismo Gallo y se lo pasó tres veces, luego yéndose a los medios dio derechazos muy coreados y pese a que recibió un aviso se le concedió la oreja, bondadosamente. Esto era ya una borrachera de toreo. Quizá JT anhelaba la faena que abrochaba la tarde triunfal y por ello se fue con bellísimos delantales, pero el sexto toro carecía de casta; aún así, le dio cuatro manoletinas de su sello que angustiaron al auditorio. Dio la vuelta al ruedo y salió en hombros ante el éxtasis de la concurrencia que lo seguía.José Tomás en dos horas nos dio "un compendio de dos siglos de la tauromaquia" forjando en su conjunto una obra de arte que algún cronista llamó ya la "Capilla Sixtina".Decía Cernuda "yo estaba allí, más no me preguntéis de dónde o cómo vino, sabed sólo que estuve yo también, cuando el milagro", sí, el de José Tomás.

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