sábado, 22 de agosto de 2009

¿QUIÉN HABLA MAL DE MÉXICO?

ROSARIO GREEN

Hace dos días el presidente Calderón conminó a quienes critican a México a no hacerlo. Se refirió a México como país, cuando, en mi opinión, lo que se critica fundamentalmente son los resultados del gobierno, de su administración.
Preocupa este discurso contra la libertad de expresión que pretende amordazar a quienes “hablan mal de México y hasta de eso viven”. Imagino que se refiere a articulistas, analistas, académicos, voces de la sociedad civil. No estoy de acuerdo con su llamado ni con sus quejas. La crítica siempre me ha parecido importante, particularmente cuando es constructiva. ¿Está mal hablar de nuestra cotidiana y aterradora inseguridad, sólo porque genera mala imagen en otros países? ¿Está mal decir que hoy hay más pobres que a principios de la administración de Calderón? Lo dice claramente el Banco Mundial en su informe. ¿Está mal hablar del creciente desempleo formal y la expansión del subempleo y del empleo informal? ¿Está mal hablar de la inflación? ¿Está mal hablar de la estrepitosa caída del PIB y de la inversión extranjera directa? ¿Está mal hablar de la crisis energética, del sector salud, de la educativa? ¿Está mal hablar de la crisis del campo o de la que enfrenta Pemex? ¿Está mal hablar de la corrupción, de la falta de transparencia, del desvío de recursos petroleros y del subejercicio del gasto público? ¿Está mal, en suma, preocuparnos acerca de la gran posibilidad de que se repitan situaciones ya superadas y de que la deuda pública externa se convierta en el expediente que resuelva el déficit fiscal, el déficit social?
Hablar de la realidad mexicana en términos de los graves problemas que la aquejan no es actitud perversa ni antipatriótica; si lo fuera, el primero en haber abierto este discurso habría sido el propio presidente Calderón, quien dio al virus H1N1 nacionalidad y pasaporte mexicanos, agravando la crisis económica, golpeando severamente al sector turístico, hotelero y restaurantero; y, permitió que, en plena reunión Cumbre Trilateral, en Guadalajara, se hiciera público con bombo y platillo el supuesto complot de la mafia mexicana en contra de su persona.
No me parece mal la crítica, insisto. Incluso yo he participado de esa libertad fundamental. Creo equivocada, en cambio, la receta de compararse con otras realidades sociales para intentar dormir mejor.
A las críticas hay que hacerles frente; defenderse de ellas con argumentos si son injustas, o tener la lucidez para corregir el rumbo si son justas, pero lo que no se puede es tratar de tapar el sol con un dedo.

No hay comentarios: