jueves, 10 de mayo de 2012

CONTEO RÁPIDO Y PREP


JOSÉ WOLDENBERG

Después del resbalón del Tribunal Electoral que impedía al IFE llevar a cabo un conteo rápido la noche de la elección, y que fue rectificado -por fortuna- por los propios magistrados, vale la pena recordar lo que son y para qué sirven el Conteo y el PREP.
El conteo rápido es un ejercicio muestral, mientras que el Programa de Resultados Electorales Preliminares intenta ser una recuperación de los resultados de todas y cada una de las casillas. El conteo rápido ofrece una estimación porcentual, con "intervalos de confianza", entre los que fluctuará el resultado de cada uno de los candidatos a la Presidencia. Mientras que el PREP ofrece información agregada pero también desagregada de las cifras para diputados, senadores y Presidente. El primero emite una aproximación fiel de lo que será el resultado final. En el PREP, cualquier persona, desde cualquier lugar del mundo, vía internet, puede seguir la votación nacional, circunscripcional, estatal, distrital, e incluso casilla por casilla.
No son una ocurrencia, menos un lujo. Son una necesidad por la fórmula a través de la cual se lleva a cabo el conteo oficial de los votos. Como se sabe, al terminar la votación en cada casilla, los funcionarios, en presencia de los representantes de los partidos, llevan a cabo el cómputo y llenan las actas correspondientes. Esos materiales son entregados en los comités distritales del IFE, donde se llevará a cabo el conteo de las actas y de los votos a partir del miércoles siguiente. No ofrecer información fidedigna y oficial desde la noche de la elección hasta el día en que se reúnen los consejos distritales sería suicida. Si algo requiere la sociedad la misma noche de los comicios es una aproximación lo más exacta posible a lo que serán los resultados finales.
Por ello, y porque la sombra de las elecciones de 1988 flotaba en el ambiente, en 1994 el IFE llevó a cabo, por primera vez, ambos ejercicios. El PREP funciona de la siguiente manera: el presidente de la mesa directiva de casilla, acompañado de los representantes de los partidos, entrega en el consejo distrital las actas PREP con los resultados de la votación. En cada uno de los 300 distritos existe personal capacitado que a través de terminales remotas envía esos resultados, tal y como van llegando, a un centro de cómputo, el cual está conectado a internet, para que cualquiera pueda ir observando cómo se van sumando las cifras electorales. "Todo el mundo" -desde el Presidente o los candidatos hasta un tipo en Nairobi- recibe la información del PREP al mismo tiempo. No obstante, al inicio el PREP puede tener sesgos ya que no todas las casillas se encuentran a la misma distancia de los consejos distritales. Suelen llegar primero los resultados de los centros urbanos o de los lugares más cercanos a las cabeceras distritales y con mayor lentitud los de las zonas rurales o más alejadas de las instalaciones del IFE.
El conteo rápido es otra cosa. A través de una muestra representativa de casillas, que establece un equipo de especialistas en estadística, se recogen las cifras de las mismas y se procesan velozmente. Con ello, entre las 10 y 11 de la noche se puede contar con estimaciones de lo que será el resultado final. Es un método probado y eficiente.
En 1994, el doctor Carpizo se esforzó en alentar a otras entidades para que realizaran sus propios conteos rápidos. Su lógica era impecable: si organizaciones no gubernamentales, televisoras, diarios, hacían sus propios recuentos rápidos de una forma profesional, seguramente sus resultados coincidirían con los de la autoridad, generándose una espiral virtuosa: la confianza se incrementaría. En esa "apuesta", el conteo rápido del IFE servía también como un referente obligado, como una especie de ancla, para evitar la irrupción de charlatanes.
Y ambos instrumentos han funcionado en 1994, 2000 y 2006. En las primeras dos elecciones presidenciales, los conteos rápidos permitieron dar a conocer al ganador el mismo día de la elección, y además, a través del PREP, nos fuimos enterando de cómo sería la conformación del Congreso. En 2006, los instrumentos funcionaron bien, pero su manejo fue deficiente. Los conteos rápidos certificaron que la distancia entre el primero y segundo lugar sería mínima, y que un ejercicio muestral estaba incapacitado para proclamar al ganador. Por desgracia, el Consejo General del IFE había acordado no dar los resultados de los conteos en caso de una votación cerrada. Lo contario de lo que manda el sentido común. Se perdió la oportunidad no sólo de informar con precisión sino de llevar a cabo un ejercicio de pedagogía social. En el caso del PREP, que otra vez funcionó de manera adecuada, se generó un error en su carátula, ya que no alertaba al usuario de la diferencia entre las actas y votos recibidos, y los votos computados. Lo que suscitó desconcierto y una utilización política de esa falla.
Hoy, por fortuna, el IFE contará con ambos mecanismos para proporcionar información veraz y oportuna la noche misma de la elección.

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