jueves, 31 de mayo de 2012

INVITACIÓN A LEER

GENARO DAVID GÓNGORA PIMENTEL

Haciendo una remembranza de mis lecturas, recuerdo haber visto en casa un antiguo libro que tenía mi madre llamado “El Fistol del Diablo” escrito por Manuel Payno. Había sido entregado por semanas en toda la República y a Querétaro. Me contaba mi madre, el deseo de las gentes que esperaban con mucho interés la entrega semanal. Me fascinó el libro y recuerdo los exámenes finales del primer año de secundaria en que poco me preparaba para ellos, con tal de dedicar el resto de mi tiempo a leer “El Fistol del Diablo”.

Después llegó a la única librería de Ensenada, un libro extraordinaio “Sinuhé El Egipcio” de Mika Waltari, ese libro fue la novela más importante de mis años de finales de secundaria, la leí muchas veces y después procuré leer todas las novelas del finlandés Mika Waltari. No los he vuelto a ver en las librerías salvo el libro de Sinuhé que lo volví a leer en estos años y claro, no es lo mismo leer una novela en la secundaria a leerla a los setenta y cuatro años de edad. Me gustó mucho otra vez, le encontré detalles formidables, quien que lo haya leído no recuerda a “Nefer, Nefer, Nefer”. Yo sí, porque lo relaciono con alguien que conozco, a quien le digo ¡Hola Nefer, Nefer, Nefer! Después de estos episodios de las novelas de Milka Waltari, cayó en mis manos la primera novela de ficción científica de un colección española que comenzaba con aquel libro famoso de “Yo, robot” y después un buen número de novelas de ficción científica que leí durante mis estudios universitarios. Además, muchos otros relacionados con los premios Nóbel que pedía prestados en la Biblioteca Central de la Universidad.
Actualmente soy abogado, ministro en retiro que lee todos los libros de historia que puede. Tal vez sea porque a la hora de decidirme por una carrera profesional, en lugar de elegir historia, preferí derecho. En el segundo año de los estudios profesionales, en aquel entonces no se estudiaba por semestre sino por año, el profesor de derecho procesal, el doctor Medina Lima, director del seminario correspondiente en la Facturad de Derecho, nos exhortaba a los alumnos de la siguiente manera: —“¡Si quieren ser abogados váyanse a los despachos a practicar la carrera, será la única forma en que lo logren!”— Todos mis compañeros fueron a los despachos, yo no, en lugar de pedir un lugar como “pasante”, lo que hice fue visitar la Biblioteca Central de la Universidad y pedir prestadas novelas, todos los premios Nóbel y otras novelas como “La Montaña Mágica” de Thomas Mann, fascinado con las historias de los grandes escritores. Después descubrí a los escritores norteamericanos y creo haber leído todos los libros de James A. Michener, comenzando con una extraordinaria novela llamada “The Source” que en el fondo es una historia del pueblo judío. Treinta años después se hizo una edición de “The Source”, la compré porque la había leído en los días en que elaboraba mi tesis profesional.
Me gustan los libros, son una sociedad encantadora. Cuando entra uno a un cuarto y lo encuentra lleno de libros, aún sin sacarlos de los anaqueles, ya parecen hablarnos, dando la bienvenida. Parecen decirnos que tienen algo dentro de sus cubiertas que puede ser bueno, y que están deseosos de entregárnoslo. Debemos darles la gran importancia que merecen. 

No hay comentarios: