martes, 1 de mayo de 2012

SE VA A PONER BUENO


JORGE ALCOCER VILLANUEVA

El domingo próximo, de las 20 a las 22 horas, los cuatro candidatos presidenciales sostendrán el primero de los dos debates que, bajo la coordinación del IFE, prevé el Cofipe. En el pasado las negociaciones sobre formato, conductor y preguntas estuvieron bajo la exclusiva responsabilidad de los representantes de cada uno de los presidenciables, quienes informaron a la CIRT y al IFE del resultado, para los efectos de la logística de escenario y transmisión de la señal satelital.
Este año las cosas han sido diferentes. Hace varias semanas que el Consejo General del IFE creó una comisión especial, de tres consejeros, que preside Sergio García Ramírez, a la que concurren, con voz y sin voto, representantes personales de cada uno de los candidatos presidenciales, más cinco especialistas designados por instituciones públicas de educación superior. La comisión se ha reunido en innumerables ocasiones, ha conocido y discutido múltiples propuestas, de orden general y particular; no hay detalle que no haya sido analizado.
El evento tendrá lugar en el WTC del DF; la producción será realizada por el IFE; la conductora será la periodista Guadalupe Juárez; todos los canales y estaciones públicas lo transmitirán, en tanto que para concesionarios privados de televisión y radio es optativo hacerlo (hasta ayer Televisa y TV Azteca no habían informado al IFE si lo harán); el formato será por temas y preguntas, seleccionadas por sorteo, al igual que el orden de las intervenciones.
En cada tema/pregunta, uno de los candidatos tendrá la primera intervención, de dos minutos; luego, los otros tres replicarán, por minuto y medio y cada ronda cerrará con la dúplica, en igual tiempo, del candidato que inició. Así será, hasta que se agote el temario y el tiempo. Los candidatos conocerán previamente las preguntas; lo que ignoran es cuál les corresponderá responder, de inicio en cada ronda; eso lo decidirá la suerte.
Un detalle, que ha consumido horas de discusión, es la posibilidad de que los candidatos tengan consigo materiales de apoyo para sus intervenciones. El PRI no admite esa propuesta, lo que llama la atención. No se trata del uso de telepronter o de apuntador electrónico (chícharo) sino de que cada candidato esté en libertad de usar tarjetas, notas, documentos, recortes de prensa, y otro tipo de impresos. Parece un asunto menor, pero, como dijo Cantinflas, "ahí está el detalle".
Sin importar acuerdos y formatos, en las experiencias previas, uno o más participantes se apartaron del tema o pregunta para lanzar acusaciones de corrupción o malos manejos a sus adversarios, como un boxeador que se lanza con todo buscando poner nocaut a su rival. Si la acusación se acompaña de la exhibición de documentos que se muestran en pantalla, más allá de su verosimilitud, el efecto es como el que provoca esconder un pedazo de plomo en el guante de quien lanza el golpe. Puede ser demoledor.
Las horas consumidas en el IFE para fijar hasta el último de los detalles podrían haber sido agua de borrajas; no hay acuerdo, ni conductor, que puedan impedir a un candidato apartarse del formato, ignorar la pregunta y poner su resto en los dos minutos, o en el minuto y medio, de que dispondrá en cada ronda. Eso es lo que creo que veremos el próximo domingo, en vivo y a todo color. Y eso es lo que da interés, calor y color al evento. Es obvio que tanto López Obrador como Josefina, harán de Peña Nieto el blanco de sus ataques. Quadri apostará a obtener la positiva valoración que Gilberto Rincón Gallardo conquistó en 2000; no lo veo metiéndose al pleito entre los grandotes; sabe, con la sabiduría popular: "el que pide paz, saca más"... golpes.
Peña Nieto puede apegarse a su guión; dejar pasar, uno tras otro, cada obús, cada interpelación directa; seguir la táctica de Nixon vs. Kennedy (1960), que al primero le costó la Presidencia.
Seguro que Andrés Manuel y Josefina usarán en el debate todo su arsenal; lo que me pregunto es si Peña Nieto permanecerá impasible, confiado en la trinchera que le otorgan las encuestas, y en el postdebate, cuyo resultado depende de las televisoras, de la radio y los diarios del día siguiente.
Se va a poner bueno el debate. Véalo por canal 11. No se va a aburrir.
Y si me equivoqué, apáguele, o cambie de canal.

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