miércoles, 30 de junio de 2010

CERRAR FILAS

JORGE ALCOCER VILLANUEVA

Ya no es una hipótesis, una especulación a partir de hechos aislados; la emboscada y asesinato del candidato del PRI a gobernador de Tamaulipas, Rodolfo Torre, con otras cuatro víctimas fatales y varios heridos, nos pone frente a una realidad terrible para la democracia y los procesos electorales. El crimen organizado ha pasado a la acción directa, letal, en contra de un candidato a gobernador en plena campaña y a unos cuantos días de la jornada electoral.Antes que señalar culpas o repartir responsabilidades, cabe exigir que la serenidad y el sentido de responsabilidad imperen entre todos los partidos y demás actores políticos. Lo ocurrido ayer en Tamaulipas debe provocar la inmediata reacción de las autoridades federales y estatales a fin de brindar a los candidatos en situación de riesgo -especialmente a los aspirantes a gobernador- la protección que requieran para proteger su integridad física. Es también indispensable que las mismas autoridades brinden a los ciudadanos de los 14 estados que tendrán jornada comicial el próximo domingo la seguridad de que podrán acudir a emitir su voto en paz y tranquilidad.Determinar, en el menor tiempo posible, los responsables materiales e intelectuales del atentando, así como el móvil del crimen, es una obligación que las procuradurías federal y estatal deben cumplir con total transparencia. Si, como todo indica, estamos en presencia de una acción del crimen organizado, la sociedad debe ser informada, con veracidad y objetividad, del resultado de las investigaciones.Es evidente que el clima previo a la jornada electoral del 4 de julio está enrarecido; acciones y declaraciones de partidos y candidatos han contribuido a crispar los ánimos en varios estados, a lo que se suma el efecto provocado por el conocimiento de conversaciones, grabadas de manera ilegal, que muestran el accionar de gobernadores y la subordinación de funcionarios electorales locales del más alto rango.Sin embargo, sería infundado atribuir al enrarecimiento del clima político lo ocurrido en Tamaulipas; se trata de un crimen que, todo indica, es responsabilidad de una organización delictiva cuyas motivaciones están más allá de la competencia electoral o de los conflictos entre partidos políticos. Cabe lanzar la hipótesis de que podemos estar ante una acción del crimen organizado para demostrar su capacidad de atentar contra personajes de la vida nacional, retando de manera abierta al Estado. El asesinato de Rodolfo Torre no debe ser motivo para extremar la confrontación entre partidos y candidatos, menos para buscar ventajas electorales.Toda proporción guardada, desde el asesinato de Luis Donaldo Colosio, en marzo de 1994, no vivíamos una situación de tal gravedad; en aquel entonces, la reacción de los partidos, candidatos presidenciales, Congreso de la Unión y gobierno federal, fue responsable y prudente, lo que permitió culminar la reforma electoral que estaba en curso y aseguró la realización de las elecciones federales de agosto de 1994, las de más alta participación de nuestra historia electoral contemporánea.Viene al caso rememorar aquella tragedia para expresar la esperanza de que, ante el desafío lanzado por los autores del asesinato de Rodolfo Torre, partidos, candidatos, autoridades electorales y gobiernos cierren filas para no solo condenar el crimen, sino también para preservar la civilidad en estos días previos a la jornada comicial, durante la misma y en los días posteriores, tanto en Tamaulipas como en los otros 13 estados inmersos en la parte final de los procesos electorales, y en todo el territorio nacional.Aunque cabe la posibilidad de que el Congreso local suspenda y posponga la jornada comicial en Tamaulipas, tal decisión solamente podría tomarse en el caso extremo de que la información de que dispongan las autoridades federales y locales haga suponer un riesgo inminente para la seguridad de los ciudadanos tamaulipecos que acudan a votar el domingo próximo. No existe previsión legal para una situación de tal tipo, como sí existe para la sustitución del candidato a gobernador del PRI, lo que es previsible ocurrirá en las próximas horas.Es la hora de la responsabilidad, de cerrar filas en defensa de la civilidad y la democracia.

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