viernes, 18 de septiembre de 2009

EL TERREMOTO DEL 85 Y EL SERVICIO EXTERIOR MEXICANO

HERMILIO LÓPEZ-BASSOLS

En ocasión del 24º. aniversario del terremoto que sacudió nuestra capital, recuerdo la actuación de un Consulado General de México, en la coordinación de la ayuda a nuestros compatriotas en desgracia y otras labores de información. Minutos antes de las 10:00 a.m., la radio local daba las primeras noticias. Con las primeras informaciones disponibles fui a la televisión para situar en un mapa de la capital dónde se observaban los mayores daños e intuitivamente pedí ayuda a la población local.Al mediodía, la alcaldesa Kathy Whitmire, se apersonó en el Consulado acompañada de los micrófonos de estaciones de radio, así ratificamos la solicitud de ayuda, mientras las imágenes de televisión confirmaban la magnitud del desastre que se ocultaba por las instancias estatales. Cientos de llamadas inundaron la oficina indagando sobre la ayuda necesaria y los lugares de acopio. Un buen número de bomberos se trasladó a México gracias al apoyo de Continental Airlines que puso a disposición del Consulado. Hospitales, como el Metodista, entregaron inmediatamente toneladas de medicinas y equipo.Al interrumpirse la red telefónica en varias áreas del DF, cientos de personas en EU y Europa llamaron a la oficina para pedir informes sobre sus familiares. En la oficina se trabajó las 24 horas por espacio de cinco días, Ma. Elena, Irma, José Luis, Samuel, Rigoberto (+), Daniel, Rosa Ma., Rosita, Irene, Fanny, Javier, Belarmino, Silvia, mi esposa y muchísimos voluntarios anotaban los nombres y teléfonos y en las noches viajaban dos funcionarios, los que entregaban la ayuda en el aeropuerto y luego por teléfono en la SRE se verificaba la suerte de las personas. Así tendimos un "puente aéreo" de ayuda humanitaria e información por casi una semana. Era Houston el sitio donde se concentraba la ayuda del sur y este de EU. El día 20 -tardíamente- el presidente de la Madrid ordenó a varios secretarios de Estado que viajaran al exterior para informar de los hechos y solicitar ayuda, Antonio Enríquez Savignac (+), viajó a EU, su primera -y única- escala fue Houston donde se enteró del segundo terremoto. Inmediatamente me solicitó que organizara la primera conferencia de prensa que un miembro del gabinete daba en el exterior, misma que contó con todas las cadenas nacionales de televisión de EU y numerosos corresponsales de los grandes periódicos del mundo que viajaron la noche anterior desde Nueva York, Los Ángeles y Washington. Fue impresionante ver a más de 150 periodistas de todo el mundo en el Consulado de México, recibiendo el doloroso parte oficial. Así se pudo precisar lo que México necesitaba y rápidamente se actuó.Se realizaron exitosos maratones promovidos por las estaciones de radio en español. José Suleimán llevó a bultos mexicanos a "pelear" ante escasísimo público, incluyendo al Ratón Macías (+), -a quien finalmente se le prohibió hacerlo... por su edad-. Por tierra, partieron decenas de camiones con medicinas, ropa y comida donadas por hispanos, y la cadena de supermercados "Fiesta".Meses después, el presidente De la Madrid otorgó diplomas en "Reconocimiento a la Solidaridad Internacional" y Houston fue la ciudad en el mundo que recibió el mayor número de ellas. Como cónsul general de México las entregué a la Alcaldesa, al Concejal Ben Reyes, a varios líderes hispanos al diputado Román Martínez y al doctor Leonel Castillo, al Comité Patriótico Mexicano, a los asesores jurídicos del Consulado y al jefe de la Policía, etc. Nuestra gratitud también pertenece a cientos de voluntarios que, recibiendo llamadas en el Consulado, coordinando los envíos o recogiendo la ayuda, mostraron una impresionante solidaridad en los momentos posteriores a aquella terrible desgracia del pueblo mexicano.Vaya hoy nuevamente el agradecimiento a mis compañeros que mantuvieron abiertas las puertas del Consulado por más de 120 horas consecutivas -hecho que quizá no se repite en los anales de nuestras oficinas consulares- para atender llamadas y personas que, como un sólo hombre, cumplieron con su responsabilidad. Así lo reconoció el presidente de la República y el canciller Sepúlveda.

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