lunes, 21 de septiembre de 2009

DERECHOS HUMANOS: UN BALANCE

EMILIO ÁLVAREZ ICAZA

Revisar la situación de los derechos humanos en nuestro país resulta un ejercicio indispensable para dar cuenta, tanto de una cultura que debería reconocer el valor de cada una de las personas que conformamos esta sociedad, como de las responsabilidades del Estado para garantizar una vida digna para todos. En este sentido, los derechos humanos se convierten en un instrumento indispensable de la democracia porque obligan al Estado a cumplir con sus obligaciones y, principalmente, protege a los habitantes de los abusos de poder. De ahí que su análisis sea una de las mejores radiografías de la realidad nacional y de las fortalezas y debilidades de nuestra democracia.En lo que respecta a la vigencia de los derechos humanos en nuestro país, los pendientes son numerosos.La apertura democrática propició avances en los derechos y libertades civiles y políticas, sin embargo, el contexto creciente de violencia e inseguridad está generando retrocesos en la materia. Además de los límites al derecho a la seguridad, la libertad de expresión, por ejemplo, se ve amenazada por el narcotráfico y el crecimiento del crimen organizado, al grado que los periodistas se encuentran en una situación de riesgo nunca antes vista. A ello habría que agregar los graves ataques que enfrentan defensores y defensoras de derechos humanos, situación que creímos parte de un pasado superado.Las omisiones estatales en materia de procuración y administración de justicia son responsables de numerosas violaciones. Dentro de las peores consecuencias destacan por su gravedad: la situación de las víctimas del delito, la persistencia de la impunidad y la saturación y deficiencias del sistema penitenciario.Resulta urgente adoptar en las políticas de seguridad una perspectiva de derechos humanos que ponga en el centro la seguridad integral de las personas y la atención a los grandes problemas estructurales que propician violaciones en la materia. En este sentido, es necesario transcender de la aplicación de estrategias reactivas a estra- tegias preventivas, así como revisar la actuación del Ejército en labores de seguridad pública.Por otro lado, es imposible desligar la atención a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, que si bien significan obligaciones de carácter progresivo para el Estado mexicano, hoy son factores estructurales que impiden el goce y ejercicio de todos los derechos humanos para todas las personas.Especial énfasis merecen el derecho a la salud, a la educación, a un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado y el derecho al agua, cuyo ejercicio ha dado signos de alerta en fechas recientes.Actualmente, y de acuerdo con cifras oficiales, la mitad de la población vive en condiciones de pobreza, situación que tiende a incrementarse por los efectos de la crisis económica mundial. Revertir esta situación es un gran pendiente, pues hoy en día la pobreza es una de las principales causas de violaciones a los derechos humanos.Otro gran déficit es el impulso del reconocimiento del derecho a la no discriminación pues su violación todavía genera exclusión y coloca en situación de vulnerabilidad a numerosos grupos como los niños y las niñas, las mujeres, las personas con discapacidad, los y las indígenas, las y los adultos mayores, aquellos con diferente orientación o preferencia sexual a la heterosexual, las víctimas de trata y explotación sexual, las y los migrantes, las poblaciones callejeras, entre otras.Por lo que se refiere a los aspectos institucionales y normativos en materia de derechos humanos, México ha dado pasos significativos desde la década de los noventa con la creación del Sistema no Jurisdiccional de Protección a los Derechos Humanos, que hoy integran la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y 32 organismos homólogos en las entidades federativas. Aporta también la elaboración de dos planes nacionales de derechos humanos y la participación de nuestro país en 93 instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos.1 Sin embargo, debemos destacar grandes pendientes como la reforma constitucional en derechos humanos; el avance en la armonización de la legislación con los instrumentos señalados; la implementación y evaluación del plan nacional vigente; la consolidación de la autonomía de todos los Organismos Públicos de Derechos Humanos (OPDH), la ampliación de su mandato y su fortalecimiento institucional.La situación y análisis de los derechos humanos no se puede seguir viendo preeminentemente hacia el pasado. Tenemos graves pendientes en el presente y enfrentarlos mediante el diseño de políticas públicas y con visión de Estado será el mejor mecanismo para que en el corto, mediano y largo plazos nuestra democracia se consolide y eso repercuta directamente en la mejora de las condiciones de vida de las y los mexicanos. Al final de cuentas ése es precisamente la utilidad y el sentido de la democracia.Notas:1 Secretaría de Relaciones Exteriores, Tratados internacionales celebrados por México, disponible en: http://www.sre.gob.mx/tratados/, consultado: 01/09/09.

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