COLOMBIA, "UN PERISCOPIO" PARA AMÉRICA DEL SUR

HERMILIO LÓPEZ-BASSOLS

El diferendo actual entre las naciones sudamericanas no se puede explicar si no se tiene en consideración, el emergente liderazgo continental de Lula -impulsor de Unasur-; la terca voluntad de Uribe de acatar los designios de Washington en su atribulado territorio; la voluntad de los pueblos sudamericanos por emanciparse a través de la unidad que da una historia, memoria e identidad compartidas y, un probable nuevo enfoque del presidente Obama hacia el continente, pese a que éste hoy, no constituye su prioridad en política exterior situada en las acciones que van desde Kabul hasta Jerusalén. Estados Unidos utilizará 7 bases militares en Colombia, con el propósito de luchar contra el narcotráfico, en verdad es un enroque de las tropas norteamericanas en Ecuador, para establecer "balcones de observación" en el continente sur, lo que será un factor de desestabilización regional grave. Como corolario a esta amenaza está el grado de inmunidad que gozarán los soldados estadunidenses si cometen delitos en territorio colombiano. Existía el Plan Colombia del 2000 que permitía a las tropas de EU participar en la lucha contra el narcotráfico y que en 2002 se amplió a la lucha contra la guerrilla, por el que 800 militares extranjeros transitaron libremente por el territorio colombiano. Mas tan infructuoso resultó el plan que Uribe aduce ahora que el acuerdo responde a "nuestra determinación de derrotar al terrorismo totalmente". Esto más suena a una bandera de campaña en su intento por reelegirse por segunda vez, con el decidido apoyo de la oligarquía; que una acción para los propósitos anunciados que los sucesivos Gobiernos de Colombia no han alcanzado. ("Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar").Llegaron a Bariloche, Argentina, 12 mandatarios, a fin de adoptar por consenso -única forma de acción aprobada por Unasur- una decisión que parecía imposible lograr pese a los esfuerzos de Itamaraty por la moderación y el diálogo. Uribe estaba acompañado con reticencias por Alan García y por el saliente Gobierno de Uruguay. En el otro extremo, Hugo Chávez, quien considera el acuerdo como un atentado a la unión, la soberanía y la democracia en nuestro continente. Firmes en contra también, Bolivia, Argentina, Chile y Ecuador. Antes, en el Consejo Permanente de la OEA, la que una vez muestra tras el golpe de Estado contra Zelaya, su absoluta inutilidad, Caracas y Bogotá se enfrentaron verbalmente y se calificó a las bases como un "periscopio" para observar Sudamérica y a Uribe se le denominó "el porta-aviones USA Uribe".En esta Cumbre, estaba en entredicho el liderazgo brasileño, incuestionable, aún en territorio centroamericano, donde nuestra mediocre política exterior se bate en retirada. Entonces, atar los extremos era imposible, por tanto, Lula buscó un compromiso ante un hecho casi consumado: que Colombia dé seguridades para que las bases sean utilizadas por EU, exclusivamente para los dos propósitos señalados y sólo en su territorio. Así se le comunicó a Obama, quien envió un representante a la reunión y el que regresó con el mensaje de Ecuador apoyado por Lula; convocar a una reunión entre esa organización y EU para tratar el tema. Argentina agregó que el narcotráfico y el terrorismo se tienen que combatir con medidas de "inteligencia y contrainteligencia" y no con el establecimiento de enclaves militares.Ahora resta conocer en hechos, las declaraciones de buena voluntad y respeto hacia América Latina (AL), expresadas en forma reiterada por Obama y Hillary.Bariloche fue sólo otro paso en el conflicto, en el que las partes involucradas guardaron sus armas a la espera de una acción de la Casa Blanca. AL mayoritariamente ratificó que la actual lucha contra las drogas es una estrategia que está fracasando. Colombia logró integrar un mensaje contra la lucha guerrillera y todos se preparan para otra reunión, luego de que el Consejo de Defensa de la Unasur analice el tema.Obama tiene la palabra como en su tiempo la tuvieron sus padres tutelares: Franklin D. Roosevelt y John F. Kennedy.