lunes, 14 de diciembre de 2009

EL PRD ANTE UN CAMBIO EN LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO

HERMILIO LÓPEZ-BASSOLS

He dicho que fui invitado por el presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), para dar mis observaciones sobre los documentos que ese Partido iba a analizar en su proceso fundamental de refundación en Oaxtepec. Acepté que podría ser casi nula mi intervención en la línea política y los Estatutos. Por tanto incliné mi interés solamente en la Declaración de Principios y en el Programa de Acción que a todos los lectores recomiendo un puntual escrutinio.Bajo la presidencia de un hombre de principios, talentoso y sumamente inteligente se oyeron los comentarios del documento que había sido trabajado por muchos meses.Debo decir que me circunscribí a un solo capítulo de la Asamblea, el Programa de Acción, porque entiendo que finalmente ese es el gran horizonte del partido de izquierda y que aunque algunos pretendían arrebatar, en su momento, será el gran camino de México.Dos cuestiones me atribulaban en el debate, una, el profundo desplazamiento ideológico que ha establecido el Gobierno de los generales hacia la educación mexicana. A ese respecto dije, que la educación laica debe ser reestablecida después de la traición de Salinas, en todos los contenidos de la educación elemental, preparatoria y profesional de México. Así quedó el Programa definitivo, porque el Partido Revolucionario Institucional (PRI), corriente distanciado del PRI, le corresponde aplicar las líneas nacionalistas que han imperado en México por los últimos 60 años.Por otra parte, dando observaciones, sólo al Programa de Acción del maestro Calderón, cuyo respeto es absoluto, dije que era imperioso modificar el Programa de Acción:1.- La política exterior es antes y después de cualquier duda, producto de nuestra experiencia histórica. Díganlo sino, Veracruz, la intervención europea, Tampico y otras ocasiones en el que los Imperios nos agredieron.2.- Dije también que nuestros principios rectores de política exterior contenidos en el artículo 89 Fracción X de la Constitución, son ley de observancia obligatoria y que ni en el sexenio anterior ni mucho menos el actual han sido observados. Correspondería una acción constitucional, que exija al Ejecutivo el cumplimiento de la norma constitucional, quebrantada por los gobiernos de Fox y del militarismo imprudente y absurdo que cuenta con una Cancillería dócil y servil.3.- Dije y ahora consta en el Programa de Acción del PRD, que el fondo de la política exterior mexicana está establecida en la política exterior que emana de nuestra experiencia histórica -fuente inagotable de experiencias contra los Imperios y la dignidad que bien fue puesta en las palabras de Melchor Ocampo, Matías Romero, Sebastián Lerdo de Tejada y más recientemente de Padilla Nervo, Alfonso García Robles y Don Jorge Castañeda-.4.- Insistí y así se quedó consignado en el documento, la necesidad de que eliminemos la usurpación de poderes de ciertas secretarías de Estado hacia la Cancillería y el reestablecimiento del gran beneficio que le corresponde al Servicio Exterior de carrera que mayoritariamente DEBE ocupar los puestos principales, como no ocurre hoy.5.- Dije también y así quedó consignado en el Programa, que Asia y África han sido ignoradas en nuestra presencia diplomática y que corresponde una acción igual para establecer una relación eficaz y prioritaria, que ahora está ausente.6.- También manifesté y el PRD lo instaló en su programa, que hay que poner un vigoroso alto al proceso del que bien dispuestos funcionarios de SRE, pretenden "integrarnos a la acción norteamericana que prevalece para subyugar nuestros intereses soberanos". Baste señalar la ignominiosa actitud mexicana tanto a la agresión israelí contra el pueblo palestino en Gaza, como la muy tibia y vergonzosa actitud ante el derribo de los poderes legítimos en Honduras y el ofrecimiento, ingenuo, de un asilo al presidente Zelaya, que no hace más que cumplir la faena negra del imperialismo que no supo sortear la primera crisis en nuestro continente. Continuaré.Por tanto hay que denunciar públicamente el entreguismo de una Cancillería cuyos títulos fueron válidos solamente a un servilismo nuestro que quizá ni el propio Departamento de Estado de los Estados Unidos aprecia. Ante esto, corresponde no el relevo de la titular, que muy poco opera, sino la voluntad explícita de lograr una política exterior independiente, camino pues a lo que todos aspiramos, la política exterior del Estado mexicano, que Calderón no comprende. Continuaré.

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