jueves, 24 de diciembre de 2009

FINALMENTE UTILIZARON LA INTELIGENCIA MILITAR Y FUERON EXITOSOS

JESÚS CANTÚ

La Armada mexicana diseñó e implementó una operación quirúrgica para detener a Arturo Beltrán Leyva; el resultado, pese a la complejidad de la tarea, fue exitoso: murió el "Jefe de Jefes" y cinco sicarios más; detuvieron a tres integrantes de su banda; fueron heridos tres elementos de la Marina, de los cuales uno falleció, otro está grave y uno más está fuera de peligro; pero, y eso es muy importante, no hubo civiles heridos o fallecidos. De acuerdo a lo narrado por el vocero de la Armada de México, el contraalmirante José Luis Vergara, y de alguna manera corroborado por declaraciones de vecinos de la colonia Lomas de la Selva y del condominio Altitude, una vez que tuvieron certeza de que Beltrán Leyva y sus sicarios se encontraban en el departamento 202 de un determinado edificio (de los cinco que componían el lujoso complejo), iniciaron un meticuloso y preciso operativo, destinado a proteger a los vecinos del lugar y a cerrar el cerco sobre el capo y sus secuaces. Vergara señala que el operativo por tierra y aire, (varios de los marinos bajaron por sogas, desde un helicóptero, sobre la azotea del edificio en el que se sabía que se encontraba Beltrán Leyva) duró aproximadamente cinco horas, iniciando a las 5:30 de la tarde y concluyendo aproximadamente a las 10 de la noche. El enfrentamiento, cuando los delincuentes se vieron acorralados y pretendieron escapar, duró aproximadamente una hora. Beltrán Leyva ya había escapado a varios operativos policiacos, particularmente se recuerda la fuga del 8 de mayo de 2008, cuando logró escapar luego de una violenta persecución en la carretera Cuernavaca-Acapulco; esa misma noche el director del operativo, Édgar Millán, brazo derecho del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, fue asesinado en su propia casa por sicarios contratados por el capo. Pero este año, en junio, sicarios del mismo cártel intercambiaron tiros con el ejército y la Policía en una céntrica zona de Acapulco, con saldo de 18 muertos, de los cuales 16 eran delincuentes y dos soldados. Así los contrastes son patentes: en enfrentamientos casuales o mal planeados, los resultados son negativos; en un operativo cuidadosamente diseñado y bien implementado, logran abatir a uno de los capos más sanguinarios y con mayor poder en México y, de acuerdo a las declaraciones de las autoridades colombianas y norteamericanas, en el mundo. En la cuarta semana de marzo de 2007, apenas tres meses después del inicio del combate frontal al narcotráfico, señalé en mi colaboración: "La mayor dificultad en el combate al crimen organizado es que tienen de su lado el factor sorpresa, por ello es casi imposible evitar que sus acciones logren sus objetivos, aunque únicamente sea en forma parcial. Por ello, el elemento central para lograr combatirlos es la labor de inteligencia: hay que identificar claramente a los cabecillas y tratar de identificar patrones de comportamiento, que permitan anticipar sus golpes. La tarea de desmantelar a los cárteles es una labor quirúrgica, en el sentido de la precisión que se requiere para descabezar dichos movimientos y evitar los estragos que ocasionan. Hay que tener un claro y acertado diagnóstico y en función del mismo diseñar, planear e implementar acciones certeras y bien dirigidas." Y más adelante decía: "Sí, el incremento en las ejecuciones, sin duda, es una reacción de los cárteles ante los golpes que les han asestado, el problema es que éstos no disminuirán mientras no se detenga a los cabecillas y ésta es precisamente la labor de la inteligencia. Con una buena labor de inteligencia previa no se requiere de muchos operativos ni muy espectaculares, sino de acciones precisas y certeras que permitan justamente detener a la gente clave y estratégica; esto tiene dos efectos: uno, efectivamente desactiva los cárteles y frena su actividad delictiva; y dos, disminuye la violencia de la lucha, pues merma la capacidad de reacción ante la ausencia de los cabecillas. Así tienen que ser menos golpes, pero más certeros y demoledores. En México se sigue justamente el camino contrario: la exposición y multiplicación de los operativos y la detención de muchos operadores menores." Desgraciadamente, es hasta ahora que se incorpora a la Armada de México de una manera más decidida, cuando se observa esta labor de inteligencia. Por otra parte, no queda muy claro si fue labor de inteligencia (mexicana o de la DEA norteamericana, que se atribuyó el mérito en un boletín de prensa) o la recepción de denuncias anónimas (como declaró el procurador Arturo Chávez Chávez), pero lo cierto es que se tuvo la información precisa y veraz y se actuó en consecuencia. Muy probablemente, como también pronosticó el procurador y algunas autoridades estatales, la muerte de Beltrán Leyva desate más violencia en el corto plazo, pues al interior del cártel surgirán las disputas para ocupar el vacante liderazgo; y al exterior, otros cárteles pretenderán ocupar algunas de las plazas que hoy controlan los Beltrán Leyva. Estas consecuencias son inevitables y, si se logra continuar con estas acciones quirúrgicas en contra de los cabecillas de los otros cárteles, también serán temporales. Lo sucedido el pasado miércoles 16 de diciembre en Cuernavaca es una buena señal, ahora hay que lograr que ésta sea la tónica que prevalezca en la lucha contra la delincuencia organizada: acciones más efectivas y precisas, dirigidas directamente contra los capos de los cárteles

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