La encuesta publicada el pasado domingo en Enfoque, relativa a las percepciones y preferencias ciudadanas para la elección presidencial de 2012 (dentro de 30 meses), merece análisis.Las preferencias por partido repiten el orden de julio pasado, pero con ajustes a la baja para los tres mayores. El PRI obtiene 31% vs 37%; el PAN 20% vs 28% y el PRD 10% vs 13%; los otros cuatro partidos se reparten 13 puntos, de los cuales 6 son para el PVEM. Los indecisos suman 22%, mientras que los partidarios de anular el voto 4%. Lo anterior indica -creo- que el electorado está aún dominado por la inercia.Al asociar partido con nombres de posibles candidatos presidenciales, los resultados reflejan, de manera evidente, la sobreexposición en medios (especialmente televisión y radio) de que se beneficia Enrique Peña Nieto, que en cualquiera de los escenarios obtiene una considerable ventaja sobre Santiago Creel, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Marcelo Ebrard.En el escenario en que aparece el senador Beltrones, con AMLO y Creel, los tres quedan en zona de indefinición (empate) ya que el margen de error de la encuesta es 2.5 puntos porcentuales. Ejemplo: si el valor por AMLO se ajusta a la baja queda en 20.5%, mientras que si Beltrones se ajusta al alza, queda ubicado en el mismo nivel de preferencia. En tal escenario el mayor beneficiario es Santiago Creel, que aumenta en 7 puntos su nivel de preferencia (de 14% a 21%).En los tres escenarios que combinan partido y posible candidato presidencial la encuesta registra un sesgo en los resultados: el PRI gana hasta 12 puntos (con Peña Nieto) y pierde (con Beltrones) 13 puntos; el PAN pierde 6 puntos en dos escenarios y solamente gana un punto en el tercero (siempre con Creel como candidato), mientras que el PRD pierde un punto en la hipotética fractura que enfrente a AMLO con Ebrard, pero gana 13 puntos con AMLO de candidato de coalición, como en 2006. La causa del sesgo es, reitero, la abrumadora ventaja que a Peña Nieto reporta su presencia en los medios de comunicación, producto tanto del gasto que el gobierno del estado de México realiza para tal fin, como por el evidente respaldo que le otorgan desde hace meses las dos empresas dominantes de televisión, su verdadera avanzada en el proyecto de colocarlo como abanderado del PRI en 2012.Como toda encuesta, la comentada no puede hacerse cargo de factores y hechos que resultarán determinantes para la competencia en 2012.No siempre la aparición privilegiada en medios asegura las aspiraciones de futuro; recordemos que en 1993 Colosio no era el aspirante más conocido ni mejor valorado; en 2005 Arturo Montiel y Santiago Creel aparecían al frente en las encuestas, pero no alcanzaron la candidatura.En el cónclave priista que decidirá candidato presidencial, no estarán presentes la mayoría de los gobernadores que hoy están en funciones, pues nueve serán relevados en 2010 y otros tres en 2011, tampoco estará la actual presidenta nacional del PRI, que termina su mandato en febrero de 2011; habrá nuevos cardenales, y diferente correlación de fuerzas internas; también distinta podría ser la conducta de las televisoras ante los aspirantes de cada partido.En el PAN será decisiva la preferencia del presidente Calderón, que no parece tener en su ánimo favorecer el segundo intento de Santiago Creel, obligado a remar contra la corriente que surge de Los Pinos. La ausencia de figuras con fuerza y proyección propias provoca especulaciones a granel, como acaba de ocurrir con el arribo de Ernesto Cordero a Hacienda, y de Heriberto Félix a la Sedesol, que se suman a Alonso Lujambio, Josefina Vázquez Mota y Francisco Ramírez Acuña, más los que se apunten, y menos los que se descarten.Para el PRD el dilema está escrito: repetir con AMLO, lo que asegura la coalición con el PT y Convergencia, o pagar el costo de la división, con un candidato externo, ya que es remoto que Ebrard rompa con el tabasqueño y sus tribus, de los que depende la estabilidad de su gobierno en el DF.En conclusión: falta mucho.
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