miércoles, 26 de mayo de 2010

ASIMETRÍA EN EL TLCAN

CARLOS ARELLANO GARCÍA

El tiempo sigue su marcha inexorable. Ya se ha iniciado el decimosexto año de vigencia del Tratado de Libre Comercio de la América del Norte (TLCAN), dado que dicho acto jurídico internacional, de carácter trilateral, entre México, Estados Unidos de América y Canadá, entró en vigor el día primero de enero de 1994.Suele aseverarse que el tiempo todo lo cura, pero el tiempo no es una panacea capaz de encubrir los errores. El presidente Bush, padre del siguiente presidente Bush, de los Estados Unidos de América, lanzó hace más de tres lustros, hacia todos los países de América Latina, la invitación para suscribir con su país tratados de libre comercio y el único país que mordió el anzuelo fue el nuestro. México fue el único país que negoció, suscribió y posteriormente ratificó el llamado Tratado de Libre Comercio con esa gran potencia anglosajona, al que también se adhirió a la negociación, suscripción y ratificación Canadá, convirtiéndose en un tratado trilateral, mismo que, como ya se indicó, ha iniciado su año decimosexto de vigencia.Seducidos por presuntas ventajas de ese tratado trilateral, no fueron escuchadas diversas advertencias, objetivamente válidas y de mucho peso. Entre otras consideraciones adversas a ese tratado trilateral, se mencionó que se trataba de un tratado a celebrar entre nuestro país, en vías de desarrollo, con dos países desarrollados: Estados Unidos y Canadá, y el articulado de ese acto jurídico internacional tripartita establecía plena igualdad jurídica, frente a una, lesiva para México, desigualdad. Es desafortunado establecer en un tratado trilateral igualdad jurídica, sin tomar en cuenta la existencia de una clarísima desigualdad de facto, fundamentalmente económica, lo que conduce a la explotación del país que es débil económicamente.Si se quieren resguardar los derechos de un país económicamente más débil, está fuera de duda de que deben establecerse prerrogativas que tutelen al país que sufre la debilidad económica. Esta situación de precariedad deriva de las claras características de subdesarrollo que padece nuestro país, lo que conduce a una falta de competitividad frente a dos países desarrollados. La competitividad deriva de una aptitud para competir en el mercado internacional, con calidad y precio. Nuestro país carecía de elementos para competir con dos países desarrollados, pues no estaba en condiciones de igualdad.Cualquier persona, hasta con inteligencia precaria, sabe que no puede entrar en pugna con los grandes, pues lleva las de perder. Así, la madre de familia, a su hijo que regresa de la escuela primaria golpeado, le señala: "Te dije que no te metas con los grandes, y no entiendes, para que entiendas, yo te voy a pegar porque soy más grande que tú". México se metió de igual a igual con los grandes, sin tomar en consideración la existencia de aspectos asimétricos insuperables. La población norteamericana es de 300 millones de habitantes y la nuestra es de 107 millones. Los territorios de Estados Unidos de América y Canadá son vastísimos, y el aprovechamiento de sus recursos es óptimo, como sucede con países desarrollados.La población de los países dizque socios del TLCAN, Canadá y Estados Unidos tienen capacidad óptima de compra, mientras que hay una gran porción de mexicanos que tienen una economía de mera subsistencia. Los dos países desarrollados, Canadá y Estados Unidos, tienen ventajas indudables respecto de nuestro país, de las que deriva la asimetría a que nos referimos, entre las cuales podemos citar las siguientes: tienen recursos pecuniarios que producen como consecuencia dinero barato; poseen tecnología de punta; son conocedores autorizados de la mercadotecnia; disfrutan de una gran experiencia exportadora; sus respectivas plantas industriales son de jerarquía mayor; tienen posibilidades de producción masiva; y, jurídicamente, gozan de orden obrero-patronal, orden administrativo y orden tributario. Tienen amplitud considerable en su mercado propio y han desarrollado su mano de obra con suficiente capacitación y adiestramiento. Este enunciado de la asimetría, por supuesto, que es ejemplificativo y no exhaustivo.

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