miércoles, 4 de agosto de 2010

PEQUEÑA PROVOCACIÓN

JORGE ALCOCER VILLANUEVA

Al iniciar su actos anticipados de precampaña, Andrés Manuel López Obrador, afirmó" "De acuerdo a la ley electoral, de manera mañosa, la campaña presidencial es de tres meses. ¿Para qué reformaron la ley de esa manera? Para que tenga ventaja siempre el candidato de los medios de comunicación y de manera particular el candidato de la televisión".Eso es falso.Reducir el plazo de las campañas era una demanda de larga data, compartida por la opinión pública y los partidos, sin distingo. Se intentó en 1996, cuando él era presidente del PRD; se logró en la reforma de 2007, vinculada a la prohibición de compra de espacios en TV y radio y a la regulación de las precampañas, que iniciarán la tercera semana de diciembre de 2011, lo que, sumado a los meses de campaña arroja un periodo de cinco meses de proselitismo.Asiste razón a AMLO cuando se duele de la conducta de gobernadores y otros servidores públicos que en los medios difunden, pago de por medio, propaganda personalizada, disfrazándola de notas informativas, en flagrante violación a lo dispuesto por el artículo 134 de la Constitución. Sin embargo, la manera de enfrentar esa violación no debería ser incurriendo en otra, como es la de iniciar, con más de 16 meses de anticipación, una precampaña para la candidatura a la Presidencia de México.Si, como es sabido, los políticos repiten lo que les funcionó, AMLO parece decidido a repetir la experiencia de 2000 y 2005, cuando contra él se intentaron recursos legales para dejarlo fuera de la competencia electoral. En 2000, cuando fue candidato a jefe de Gobierno del DF, por no cumplir, de manera flagrante, con el requisito de residencia, y en 2005 cuando Fox tramó el asunto del desafuero. En ambos casos, AMLO se presentó como víctima de "la mafia"; salió airoso y obtuvo su registro. Ahora lanza una pequeña provocación buscando repetir la historia.El PRI, en boca de su representante ante el IFE, anticipó que no le harán el juego; el PAN está más ocupado en otros temas, como el de las coaliciones con el PRD para 2011. Entiendo, vistos los precedentes, la conducta de los dos partidos, pero me preguntó por la que seguirá el IFE, obligado a investigar y sancionar, de oficio, conductas que de manera pública y notoria son violatorias del Cofipe. ¿Dirá Leonardo Valdés que no pueden actuar a menos que un partido lo solicite?La provocación de AMLO dio lugar a reacciones encontradas dentro del partido al que sigue afiliado, aunque no simpatice con sus dirigentes; también motivó respuesta del coordinador del Frente que agrupa al PRD, PT y Convergencia (DIA), Manuel Camacho, quien le advirtió que llenar el Zócalo no basta para ganar la Presidencia; por su parte, el único aspirante con capacidad de competir con AMLO por la candidatura de la izquierda, Marcelo Ebrard, decidió ajustar su gabinete y equipo de trabajo más directo, así como constituir una asociación civil para defender sus personales aspiraciones hacia el 2012. Le queda poco tiempo, si de pelear se trata.Dice verdad Manuel Camacho, que de esas cosas sabe como pocos. En tiempos pasados abarrotar el Zócalo era una hazaña, como la que lograron Arnoldo Martínez Verdugo, en 1982 ("Zócalo rojo") y Cuauhtémoc Cárdenas en 1988. Con dinero, que nunca explica de dónde viene, AMLO abarrota esa plaza cada que lo decide. Pero ni ayer, ni hoy, zócalos llenos dieron, ni darán, el triunfo electoral.AMLO rectificó el domingo pasado. De gira por Zacatecas, informó que ya no hablará más sobre su posible candidatura, para no dar motivo a que sus adversarios lo acusen de "actos anticipados de campaña".Pero es obvio que AMLO seguirá adelante con sus actos anticipados de precampaña, para consolidar la plataforma que sustente su segunda candidatura; el "movimiento" que encabeza es intransferible a otro. Sin él toda esa estructura se derrumbará, como castillo de naipes. Hay quienes confían que el tabasqueño respetará el pacto, no sabemos si está escrito, que lo compromete a someter su pretensión y popularidad a una o varias encuestas, en el segundo semestre de 2011.Por sus antecedentes y acciones, soy de la opinión contraria: AMLO será candidato presidencial, pase lo que pase y tope donde tope. Así lo confirmó con su pequeña provocación.

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